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Becciu no entrará al cónclave, pero los escándalos de los cardenales 'rebeldes' no se acaban ni ante la tumba de Francisco
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Un cardenal acusado de abusos

Becciu no entrará al cónclave, pero los escándalos de los cardenales 'rebeldes' no se acaban ni ante la tumba de Francisco

A pesar de que el papa prohibió al cardenal peruano Cipriani lucir los hábitos cardenalicios, éste se presentó el domingo ante su sepultura vestido con ellos

Foto: Foto de archivo del cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne (Reuters/Max Rossi)
Foto de archivo del cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne (Reuters/Max Rossi)

Lleva enterrado sólo tres días, desde el pasado sábado. Pero el papa Francisco debe de estar revolviéndose en su tumba ante los recientes escándalos que sacuden al Vaticano. Aunque el culebrón del cardenal Becciu, el prelado defenestrado que aun así se empeñaba en asistir al cónclave, parece que se soluciona con el italiano tirando finalmente la toalla, acaba de aparecer otro. El último tiene como protagonista al cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne, de 81 años, acusado de abusos sexuales y a quien por ese motivo en enero pasado el pontífice argentino, entre otras sanciones, le prohibió hacer uso del hábito cardenalicio, de la sotana roja que visten los purpurados.

Y, sin embargo… Numerosos cardenales acudieron en la tarde del pasado domingo a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la tumba de Francisco y rendirle homenaje. Y sí: entre ellos estaba el cardenal Cipriani, el primer purpurado de la historia del Opus Dei, quien, desoyendo por completo la punición dictada contra él por Francisco, lucía el hábito cardenalicio. Ante la sepultura del papa argentino, tan campante.

La presencia de Cipriani ante la tumba de Francisco, y vistiendo además el hábito que el papa le había prohibido expresamente llevar, no pasó inadvertida y ha desatado una oleada de rechazo. Sin embargo, cuando Matteo Bruni, jefe de la oficina de prensa vaticana, fue preguntado al respecto, escurrió el bulto: "No damos información sobre los cardenales individuales", fue todo lo que dijo.

En febrero pasado, Bruni sí que confirmó que a Cipriani le habían sido impuestas varias sanciones por su implicación en casos de abusos sexuales cometidos a principios de los años 80. Esas sanciones incluyen el exilio de Perú, su país natal; la prohibición de llevar símbolos cardenalicios y la de hacer declaraciones públicas. Cipriani, que en la actualidad vive en Madrid, mantiene que es inocente y que las acusaciones contra él son falsas.

Foto: El cardenal Angelo Becciu junto a otros cardenales. (EFE/Fabio Frustaci)
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La oficina de prensa del Vaticano no ha indicado si Cipriani está participando en las llamadas congregaciones generales, las reuniones preparatorias del cónclave a las que están llamados a asistir todos los cardenales, tanto aquellos que participarán en la elección del nuevo como para como aquellos que, por haber superado los 80 años, no entrarán en la Capilla Sixtina para designar al sucesor de Francisco.

Cipriani no participará en el cónclave que arrancará el próximo 7 de mayo, al ser mayor de 80 años. Pero no se sabe si está tomando parte en las congregaciones generales, que es donde se empiezan a mantener las discusiones de las que emergerá el nuevo pontífice La oficina de prensa del Vaticano no ha querido dar información al respecto.

Foto: Cardenal Angelo Becciu (d) (EFE/EPA/FABIO FRUSTACI)

El que finalmente sí que ha decidido dar un paso atrás y tirar la toalla en su absurdo empeño por participar en el cónclave es el cardenal italiano Becciu. Este purpurado, condenado en primera instancia a cinco años y seis meses de reclusión por fraude agravado contra la Santa Sede (sentencia contra la que ha interpuesto recurso), llevaba desde la muerte de Francisco protagonizando un auténtico culebrón. A pesar de que Bergoglio le había despojado de sus derechos cardenalicios (entre los que destaca el de participar en el proceso de elección del nuevo papa), Becciu se empeñaba en participar a toda costa en el cónclave.

Pero hoy el propio Becciu ha puesto fin a la telenovela, al informar a través de un comunicado de que renuncia a participar en el cónclave que elegirá al sucesor de Francisco. "Estando en el centro de mi corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho la voluntad del papa Francisco de no entrar en el cónclave, a pesar de estar convencido de mi inocencia", ha destacado. Lo único es que Becciu podría haber obedecido al papa Francisco desde el principio y nos habría ahorrado este bochornoso espectáculo.

Lleva enterrado sólo tres días, desde el pasado sábado. Pero el papa Francisco debe de estar revolviéndose en su tumba ante los recientes escándalos que sacuden al Vaticano. Aunque el culebrón del cardenal Becciu, el prelado defenestrado que aun así se empeñaba en asistir al cónclave, parece que se soluciona con el italiano tirando finalmente la toalla, acaba de aparecer otro. El último tiene como protagonista al cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne, de 81 años, acusado de abusos sexuales y a quien por ese motivo en enero pasado el pontífice argentino, entre otras sanciones, le prohibió hacer uso del hábito cardenalicio, de la sotana roja que visten los purpurados.

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