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Roberto Regoli, experto en Historia de la Iglesia: "A Francisco le criticaron de todos los lados"
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"EL CATOLICISMO ES PLURAL"

Roberto Regoli, experto en Historia de la Iglesia: "A Francisco le criticaron de todos los lados"

El director del Departamento de Historia de la Iglesia de la Universidad Pontificia Gregoriana cree que el próximo Papa debe ser una figura conciliadora, para reducir la polarización actual

Foto: El sacerdote y experto Roberto Regoli (Cedida)
El sacerdote y experto Roberto Regoli (Cedida)

“Lo opuesto se une; la más fina armonía se compone de cosas en desacuerdo”, aseguraba Heráclito. Y esa es la idea que según Roberto Regoli (Roma, 1975), director del Departamento de Historia de la Iglesia de la Universidad Pontificia Gregoriana, debería presidir el próximo cónclave, el que elegirá al sucesor de Francisco. Este experto considera que la polarización es uno de los problemas más acuciantes que en la actualidad padece el catolicismo y que, para resolverlo, se necesitaría un papa conciliador, alguien capaz de armonizar a las distintas corrientes que ahora mismo están en desacuerdo.

PREGUNTA. ¿Qué balance hace del pontificado de Francisco?

RESPUESTA. Una de las grandes características de este pontificado ha sido el deseo de mirar hacia lo humano y, en concreto, a los pobres, a los marginados, a los excluidos. Esta sensibilidad del papa Francisco proviene de su propia historia personal. La Iglesia de América Latina en estos últimos años, a nivel tanto de conferencias episcopales como continental, ha estado muy comprometida con los pobres. Francisco ha llevado ese patrimonio a su pontificado. No es que sus predecesores no estuvieran atentos a los pobres, pero no de manera tan fuerte y acentuada como Francisco, que con sus gestos ha hecho que a nivel instintivo su pontificado se identificase fuertemente con los pobres. Otro argumento que creo que ha definido su pontificado es la paz: Francisco ha sido visto por jóvenes y por mayores como un operador por la paz. También pontífices anteriores han hecho discursos sobre la paz, basta pensar en los encuentros de Asís de Juan Pablo II, pero la paz ha atravesado todo el pontificado de Francisco, quien no solo ha alzado su voz sino que con frecuencia se ha implicado personalmente en intentos de resolución de conflictos. Otra gran corriente que ha marcado su pontificado ha sido la fraternidad universal. Pero el legado de Francisco que en mi opinión más permanecerá en el tiempo es el de la sinodalidad.

P. Francisco ha sido un papa reformista, revolucionario en algunos aspectos. ¿El siguiente también lo será?

R. ¿Qué significa ser reformista? Simplemente, que se aspira a que se lleven a cabo reformas. Desde cierto punto de vista, todos los cardenales son reformistas

P. Se lo pregunto de otro modo. Francisco ha sido un papa reformista e incluso revolucionario. ¿Cree que el próximo pontífice puede dar pasos atrás?

R. ¿Pasos atrás desde qué punto de vista? La fuerza del papa Francisco ha sido su modo de comunicar, Francisco ha introducido una sensibilidad a la hora de comunicar que creo que permanecerá en el tiempo. El tema de los últimos siempre ha estado en la Iglesia, pero Francisco lo ha dotado de una centralidad tan fuerte que creo que se mantendrá en el tiempo. Francisco siempre ha dicho que su objetivo era iniciar procesos, más que concluirlos. Y ha iniciado muchos procesos. Lo que los cardenales ahora deben decidir es cuáles de esos procesos desean continuar, porque el cónclave también implica una valoración sobre el pontificado pasado, decidir lo que debe permanecer y aquello de lo que se puede prescindir, deben decidir cuáles son los desafíos actuales, que es lo más urgente.

P. Y según usted, ¿qué es lo más urgente?

R. Yo creo que lo más urgente es superar la polarización que desde hace algunos años hay dentro de la Iglesia, creo que lo más urgente en este momento es encontrar unidad.

P. Durante los 12 años de pontificado de Francisco, ¿la polarización en la Iglesia ha aumentado?

R. El catolicismo permite la pluralidad, el catolicismo es plural, no es singular, es plural desde hace 2.000 años, es algo que está muy claro. Siempre habrá diferencias. Pero una cosa es la pluralidad y otra la polarización, y es eso lo que hay que recomponer.

P. Francisco fue duramente criticado durante su pontificado por los más tradicionalistas, especialmente los estadounidenses.

R. Francisco ha recibido críticas desde todos los lados. Ha habido quien lo criticaba por ser poco reformista y quien lo criticaba por ser revolucionario. Los cardenales ahora tendrán que ver cómo recomponer esa situación.

P. ¿El próximo papa podría ser italiano? Se habla mucho de las posibilidades de que el cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano, sea elegido como sucesor de Francisco.

R. Yo no entro en nombres de papables. Lo que le puedo decir es que tras la muerte de Juan Pablo II, en el cónclave de 2005 se quería dar continuidad a ese pontificado y mantener el foco en Europa, la mayoría de los cardenales consideraba que Europa era fundamental para el futuro de la Iglesia, y en base a eso eligieron papa a Joseph Ratzinger. Tras la renuncia de Ratzinger, las discusiones en el cónclave de 2013 se centraron en el mal funcionamiento de la curia y en cómo los italianos eran los responsables de ese mal funcionamiento, lo que hizo que se buscara a alguien lo más lejos posible de la curia y de Italia, lo que abrió paso a la elección de Jorge Bergoglio como papa.

P. ¿Y qué asunto centrará los debates que marcarán el próximo cónclave?

R. Ahora estamos en 2025 y creo que lo más urgente es acabar con la polarización en la Iglesia. Creo que el candidato que los cardenales buscarán será alguien capaz de agrupar a las distintas corrientes de la Iglesia. Ahora se necesita unidad.

P. Está levantando una fuerte polémica el caso del cardenal Becciu, quien está empeñado en que se le permita participar en el cónclave a pesar de que el papa Francisco le despojó de sus derechos como purpurado. ¿Qué opina usted?

R. En el pasado la Iglesia ha tenido cardenales que han renunciado al título cardenalicio. Pero esta situación es muy distinta, porque no se conoce ningún documento papal que diga que a Becciu le han sido retirados los derechos cardenalicios, lo único que hay al respecto es un comunicado de la sala de prensa vaticana diciéndolo. Para excluir a Becciu del cónclave debe haber un documento papal, un documento firmado por Francisco, que diga que Becciu ha perdido sus derechos cardenalicios.

P. ¿Los cardenales podrían decidir entonces admitir a Becciu en el cónclave?

R. La cuestión no es admitirlo, la cuestión es saber si está excluido.

P. Se dice que el cardenal Parolin, el secretario de Estado vaticano, podría tener dos documentos firmados por Francisco en los que se especificaría que el papa retiraba a Becciu sus derechos cardenalicios. ¿Pondría eso el punto final a la discusión?

R. Hasta que no salgan a la luz esos documentos es difícil valorarlos. ¿Sabemos qué dicen exactamente? ¿Sabemos si Becciu sabía de esa disposición o si la conocía el Colegio Cardenalicio?

“Lo opuesto se une; la más fina armonía se compone de cosas en desacuerdo”, aseguraba Heráclito. Y esa es la idea que según Roberto Regoli (Roma, 1975), director del Departamento de Historia de la Iglesia de la Universidad Pontificia Gregoriana, debería presidir el próximo cónclave, el que elegirá al sucesor de Francisco. Este experto considera que la polarización es uno de los problemas más acuciantes que en la actualidad padece el catolicismo y que, para resolverlo, se necesitaría un papa conciliador, alguien capaz de armonizar a las distintas corrientes que ahora mismo están en desacuerdo.

PREGUNTA. ¿Qué balance hace del pontificado de Francisco?

RESPUESTA. Una de las grandes características de este pontificado ha sido el deseo de mirar hacia lo humano y, en concreto, a los pobres, a los marginados, a los excluidos. Esta sensibilidad del papa Francisco proviene de su propia historia personal. La Iglesia de América Latina en estos últimos años, a nivel tanto de conferencias episcopales como continental, ha estado muy comprometida con los pobres. Francisco ha llevado ese patrimonio a su pontificado. No es que sus predecesores no estuvieran atentos a los pobres, pero no de manera tan fuerte y acentuada como Francisco, que con sus gestos ha hecho que a nivel instintivo su pontificado se identificase fuertemente con los pobres. Otro argumento que creo que ha definido su pontificado es la paz: Francisco ha sido visto por jóvenes y por mayores como un operador por la paz. También pontífices anteriores han hecho discursos sobre la paz, basta pensar en los encuentros de Asís de Juan Pablo II, pero la paz ha atravesado todo el pontificado de Francisco, quien no solo ha alzado su voz sino que con frecuencia se ha implicado personalmente en intentos de resolución de conflictos. Otra gran corriente que ha marcado su pontificado ha sido la fraternidad universal. Pero el legado de Francisco que en mi opinión más permanecerá en el tiempo es el de la sinodalidad.

P. Francisco ha sido un papa reformista, revolucionario en algunos aspectos. ¿El siguiente también lo será?

R. ¿Qué significa ser reformista? Simplemente, que se aspira a que se lleven a cabo reformas. Desde cierto punto de vista, todos los cardenales son reformistas

P. Se lo pregunto de otro modo. Francisco ha sido un papa reformista e incluso revolucionario. ¿Cree que el próximo pontífice puede dar pasos atrás?

R. ¿Pasos atrás desde qué punto de vista? La fuerza del papa Francisco ha sido su modo de comunicar, Francisco ha introducido una sensibilidad a la hora de comunicar que creo que permanecerá en el tiempo. El tema de los últimos siempre ha estado en la Iglesia, pero Francisco lo ha dotado de una centralidad tan fuerte que creo que se mantendrá en el tiempo. Francisco siempre ha dicho que su objetivo era iniciar procesos, más que concluirlos. Y ha iniciado muchos procesos. Lo que los cardenales ahora deben decidir es cuáles de esos procesos desean continuar, porque el cónclave también implica una valoración sobre el pontificado pasado, decidir lo que debe permanecer y aquello de lo que se puede prescindir, deben decidir cuáles son los desafíos actuales, que es lo más urgente.

P. Y según usted, ¿qué es lo más urgente?

R. Yo creo que lo más urgente es superar la polarización que desde hace algunos años hay dentro de la Iglesia, creo que lo más urgente en este momento es encontrar unidad.

P. Durante los 12 años de pontificado de Francisco, ¿la polarización en la Iglesia ha aumentado?

R. El catolicismo permite la pluralidad, el catolicismo es plural, no es singular, es plural desde hace 2.000 años, es algo que está muy claro. Siempre habrá diferencias. Pero una cosa es la pluralidad y otra la polarización, y es eso lo que hay que recomponer.

P. Francisco fue duramente criticado durante su pontificado por los más tradicionalistas, especialmente los estadounidenses.

R. Francisco ha recibido críticas desde todos los lados. Ha habido quien lo criticaba por ser poco reformista y quien lo criticaba por ser revolucionario. Los cardenales ahora tendrán que ver cómo recomponer esa situación.

P. ¿El próximo papa podría ser italiano? Se habla mucho de las posibilidades de que el cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano, sea elegido como sucesor de Francisco.

R. Yo no entro en nombres de papables. Lo que le puedo decir es que tras la muerte de Juan Pablo II, en el cónclave de 2005 se quería dar continuidad a ese pontificado y mantener el foco en Europa, la mayoría de los cardenales consideraba que Europa era fundamental para el futuro de la Iglesia, y en base a eso eligieron papa a Joseph Ratzinger. Tras la renuncia de Ratzinger, las discusiones en el cónclave de 2013 se centraron en el mal funcionamiento de la curia y en cómo los italianos eran los responsables de ese mal funcionamiento, lo que hizo que se buscara a alguien lo más lejos posible de la curia y de Italia, lo que abrió paso a la elección de Jorge Bergoglio como papa.

P. ¿Y qué asunto centrará los debates que marcarán el próximo cónclave?

R. Ahora estamos en 2025 y creo que lo más urgente es acabar con la polarización en la Iglesia. Creo que el candidato que los cardenales buscarán será alguien capaz de agrupar a las distintas corrientes de la Iglesia. Ahora se necesita unidad.

P. Está levantando una fuerte polémica el caso del cardenal Becciu, quien está empeñado en que se le permita participar en el cónclave a pesar de que el papa Francisco le despojó de sus derechos como purpurado. ¿Qué opina usted?

R. En el pasado la Iglesia ha tenido cardenales que han renunciado al título cardenalicio. Pero esta situación es muy distinta, porque no se conoce ningún documento papal que diga que a Becciu le han sido retirados los derechos cardenalicios, lo único que hay al respecto es un comunicado de la sala de prensa vaticana diciéndolo. Para excluir a Becciu del cónclave debe haber un documento papal, un documento firmado por Francisco, que diga que Becciu ha perdido sus derechos cardenalicios.

P. ¿Los cardenales podrían decidir entonces admitir a Becciu en el cónclave?

R. La cuestión no es admitirlo, la cuestión es saber si está excluido.

P. Se dice que el cardenal Parolin, el secretario de Estado vaticano, podría tener dos documentos firmados por Francisco en los que se especificaría que el papa retiraba a Becciu sus derechos cardenalicios. ¿Pondría eso el punto final a la discusión?

R. Hasta que no salgan a la luz esos documentos es difícil valorarlos. ¿Sabemos qué dicen exactamente? ¿Sabemos si Becciu sabía de esa disposición o si la conocía el Colegio Cardenalicio?

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