El papa Francisco cambió el rito de los funerales pontificios para ser visto "como un pastor": las reformas de su entierro fuera del Vaticano
Francisco I marcó un cambio histórico en los funerales papales al simplificarlos y eliminar elementos de poder. Su deseo de ser enterrado en Santa María la Mayor rompe con siglos de tradición vaticana
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Uno de los últimos deseos del papa Francisco I va a marcar un punto de inflexión en la historia de la Iglesia. Antes de su fallecimiento, el pontífice aprobó una serie de modificaciones en el rito de los funerales papales, buscando eliminar cualquier vestigio de pompa o solemnidad excesiva. Su visión era clara: que el entierro de un papa no se vea como el de un gobernante con poder terrenal. Estas reformas fueron plasmadas en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que guiará las exequias del obispo de Roma en adelante.
El arzobispo Diego Giovanni Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, explicó que estos cambios respondían a la intención de Francisco de resaltar la dimensión espiritual del pontificado por encima de cualquier otro simbolismo. "Con estas modificaciones se pretende realzar la figura del pontífice como pastor y no como gobernante", afirmó hace algún tiempo Ravelli.
Publicada la nueva edición del libro litúrgico para las exequias del Papa - Vatican News https://t.co/vhT9fsfGqy
— Vatican News (@vaticannews_es) November 20, 2024
Además de las medidas tomadas, un gesto simbólico a título personal, ha llamado la atención. Francisco I pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, fuera del Vaticano, rompiendo así con siglos de tradición. Francisco había manifestado en varias ocasiones su profunda devoción por la Virgen Salus Populi Romani, cuya imagen se encuentra en ese templo. Desde su elección como pontífice, solía acudir allí a orar antes y después de cada viaje apostólico, por lo que su elección refleja su deseo de descansar en un lugar con un significado especial en su vida.
Los ocho cambios en los funerales papales
El nuevo rito fúnebre para los pontífices, introducido por el fallecido Francisco I, dejará su huella en la historia de la Iglesia con una serie de reformas que simplifican el boato fúnebre con el que se celebraba estas ceremonias papales hasta la fecha. Con estos cambios, el pontífice buscó eliminar el fasto y el lujo de este ritual con el fin de reflejar una Iglesia más sencilla y cercana a los fieles.
Francisco I impulsó estos cambios con la intención de despojar las exequias de formalismos innecesarios y centrarlas en su dimensión espiritual. Estas modificaciones redefinen la despedida de un pontífice, alejándola de tradiciones marcadas por la solemnidad y el poder. Estas son las principales reformas aprobadas por el papa recientemente fallecido:
- Constatación de la muerte en la capilla del Palacio Apostólico: en lugar de certificar el fallecimiento en la habitación del pontífice, la verificación se llevaría a cabo en la capilla privada del Palacio Apostólico. Con este cambio, se buscaba dotar el momento de un mayor significado religioso.
- Un solo ataúd en lugar de tres: la tradición de utilizar tres féretros ha sido reemplazada por un único ataúd de madera con revestimiento de zinc en su interior, simplificando así el proceso y eliminando elementos innecesarios.
- Supresión del velatorio privado: el cuerpo del papa será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, sin la tradicional despedida previa exclusiva para altos cargos de la Curia Romana.
- Desaparición del catafalco y del báculo papal: durante la exposición del cuerpo en la basílica, el féretro permanecerá abierto y colocado a nivel del suelo, sin la estructura elevada que se utilizaba en siglos anteriores.
- Cierre del ataúd antes de la misa exequial: a diferencia de los rituales anteriores, en los que el féretro se cerraba durante la ceremonia principal, ahora se sellará la víspera del funeral.
- Uso de títulos más simples: los títulos honoríficos y de poder serán eliminados de la liturgia, reduciendo la denominación del pontífice a papa, obispo de Roma y pastor.
- Elección libre del lugar de sepultura: la normativa permitirá que cada papa pueda elegir su lugar de descanso final, en vez de quedar restringido a las grutas vaticanas. En el caso de Francisco I, eligió la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, fuera de la Ciudad del Vaticano.
- Eliminación de la Cámara Apostólica: aunque se mantiene la figura del camarlengo, el colegio de funcionarios que gestionaba la Sede Vacante ha sido suprimido, dando mayor agilidad al proceso de sucesión.
Francisco I y su visión sobre la muerte
El papa Francisco habló en múltiples ocasiones sobre la muerte, reflexionando sobre su significado para los cristianos. Su pensamiento estuvo marcado por una visión serena y llena de esperanza, en la que el fallecimiento no es un final, sino un paso hacia la eternidad, como recogió la agencia de noticias televisiva Rome Reports.
- La muerte como límite humano: "Es una bofetada a nuestra ilusión de omnipotencia", afirmó en 2019. Para él, la muerte recordaba la fragilidad de la condición humana y la necesidad de confiar en la misericordia divina.
- El valor de la oración por los difuntos: en 2020, destacó la importancia de rezar por aquellos que han partido: "Esta oración nos inculca una verdadera visión de la vida y nos abre a la verdadera libertad".
- La conciencia de la muerte como guía de vida: Francisco creía que tener presente la muerte ayudaba a tomar mejores decisiones: "Antes de cualquier elección importante, debemos imaginarnos de pie ante Dios", dijo también en 2019.
- La esperanza cristiana en el momento final: "Señor, dame esperanza", fue una de sus frases en 2020 al hablar sobre el último aliento. Para él, la confianza en Dios era el mejor antídoto contra el miedo a la muerte.
El legado de Francisco I quedará marcado por su énfasis en una Iglesia humilde, comprometida con los más necesitados y libre de excesos. Su funeral y su descanso eterno en Santa María la Mayor serán un reflejo de esa visión, alejando el pontificado de cualquier vestigio de poder terrenal y acercándolo a su esencia pastoral y su visión de una Iglesia más sencilla y cercana a los fieles.
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