El párroco de la Basílica de San Pedro: "Hemos prohibido hacer fotos, había gente que se hacía selfies con los restos del papa"
La Santa Sede prohíbe tomar fotografías dentro de la Basílica tras la difusión en redes sociales de varios selfies de asistentes junto al féretro del pontífice
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Agnello Stoia es desde hace cuatro años el párroco de la Basílica de San Pedro. Es, así, el hombre al frente de la iglesia católica más importante del mundo; por la que desde el miércoles a las 11.00 y hasta su clausura hoy a las 19.00 están desfilando decenas de miles de personas para dar su último adiós al papa Francisco. Una gestión monumental que ya está dando sus primeros problemas, aunque la fe de los fieles prevalece.
Stoia, un fraile franciscano de 58 años nacido en la localidad napolitana de Pagani, recibió en junio de 2021 el encargo de hacerse cargo de la única basílica situada en el Vaticano, donde ejerce lo que él llama ‘el ministerio del pulgar’. "Cada vez que veía al papa Francisco me saludaba con el pulgar hacia arriba, ‘Adelante, adelante’, me animaba", cuenta a El Confidencial.
Las imágenes de las enormes colas de fieles que esperan durante horas para entrar en la Basílica de San Pedro y despedirse de Francisco están dando la vuelta al mundo. Pero también han circulado por redes sociales imágenes de algunas personas que se han hecho selfies ante el féretro del pontífice argentino. Un gesto que ha suscitado polémica e indignación y que ha obligado a la Santa Sede a prohibir las fotografías en el interior de la basílica. El padre Agnello así nos lo confirma.
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PREGUNTA. ¿Cree que Francisco ha cambiado la Iglesia durante sus 12 años de pontificado?
RESPUESTA. Yo veo a su antecesor, Benedicto XVI, como un arquitecto que ha proyectado una dirección, y a Francisco, como un papa que ha continuado por ese camino, en ese mismo proyecto, pero con un lenguaje completamente distinto. Francisco nos ha acostumbrado a determinadas palabras que nos hacen comprender mejor el Evangelio: hermandad, proximidad, descartados, discernimiento, ternura, misericordia… Son palabras que con Francisco han cobrado una frescura y un sabor completamente nuevos. Francisco ha conseguido traducir el Evangelio para la gente sencilla. Es algo que se ve claramente en los miles y miles de personas, la mayoría gente sencilla, que estos días están pasando por la Basílica de San Pedro para rendir homenaje a Francisco y despedirse de él.
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P. El Vaticano ha informado de que desde el miércoles a las 11.00 hasta las 8.00 horas de hoy son ya más de 128.000 las personas que han pasado por la capilla ardiente de Francisco. ¿Qué tipo de gente es la que está acudiendo a decirle adiós?
R. La gran mayoría es gente del pueblo, personas sencillas. He visto personas de otras religiones, he visto muchas personas inválidas que han hecho horas de cola para poder saludar a Francisco, he visto a muchísimos, muchísimos jóvenes… Una variedad enorme de personas, lo que muestra lo enormemente transversal que era su mensaje. Volviendo a su pregunta anterior, Francisco es un papa que ha llevado la Iglesia a nuestro tiempo. Francisco es alguien que iba 20 años por delante. Es increíble la cantidad de personas que están viniendo y la calidad de esas personas. No sé los grandes de la Tierra cuánto caso habrán hecho de Francisco, cuánto habrán escuchado sus palabras de un papa que ha dado testimonio de la paz, pero su mensaje sí que caló entre la gente del pueblo. Creo que Francisco quería morir con las botas puestas y, gracias a dios, no ha muerto en el hospital. No tuvo miedo de mostrar que era un hombre enfermo, frágil, de acudir el Jueves Santo a la cárcel de Regina Coeli, de ir el sábado a rezar ante la virgen en Santa María la Mayor y el domingo dio una vuelta por la Plaza de San Pedro repartiendo caramelos a los niños como un abuelito, pudimos escuchar la preciosa homilía que había escrito y dio la bendición urbi et orbi. A la mañana siguiente moría, y su muerte tenía perfume de Pascua.
P. El mundo se ha conmovido al ver a sor Geneviève Jeanningros, una monja de 82 años que era amiga del papa, llorando ante los restos mortales de Francisco. ¿Ha habido otros casos similares?
R. Claro que sí. Son muchas, muchísimas las personas que se han conmovido fuertemente al estar delante de Francisco. Yo he visto llorar a cientos de ellas.
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P. ¿Le ha impresionado contemplar cómo algunas personas se hacían selfies junto al féretro con los restos mortales de Francisco?
R. Ahora hemos prohibido hacer fotos. Yo entiendo que la gente quiera hacer fotos del papa, también yo de joven las habría hecho para tener un recuerdo de ese momento. Pero hay quien se ha pasado. Han sido solo unos pocos, unos casos aislados, pero cuando algunas personas han comenzado a hacerse selfies con el papa hemos decidido prohibir las fotografías. Además, ya hay muchas en Internet para los que quieran tener un recuerdo de ese momento.
Agnello Stoia es desde hace cuatro años el párroco de la Basílica de San Pedro. Es, así, el hombre al frente de la iglesia católica más importante del mundo; por la que desde el miércoles a las 11.00 y hasta su clausura hoy a las 19.00 están desfilando decenas de miles de personas para dar su último adiós al papa Francisco. Una gestión monumental que ya está dando sus primeros problemas, aunque la fe de los fieles prevalece.