El Reino Unido ha iniciado un despliegue militar estratégico con el HMS Prince of Wales al frente, en una misión internacional de ocho meses que refuerza el papel de la OTAN en el Indo-Pacífico. Una operación que pretenden demostrar la capacidad naval de los británicos y su compromiso con la seguridad global.
El HMS Prince of Wales, valorado en 3,5 millones de euros, ha zarpado desde la base naval de Portsmouth al mando del Carrier Strike Group 25. En esta agrupación participan más de 2.500 efectivos de la Royal Navy, el Ejército y la Royal Air Force, acompañados por tropas de España, Noruega, Canadá y otras naciones aliadas.
El despliegue forma parte de la operación Highmast, que incluye escalas y maniobras conjuntas en el Mediterráneo, Oriente Medio, Asia-Pacífico, Japón y Australia. La primera fase contempla ejercicios de defensa aérea en aguas próximas a Francia, en el marco de entrenamientos liderados por la OTAN.
Un 'buque insignia' de la marina británica
El HMS Prince of Wales es el segundo portaaviones de la clase Queen Elizabeth y actual buque insignia de la Royal Navy. Su diseño se orienta a maximizar la flexibilidad operativa y la capacidad de proyección de fuerza. Construido para operar aeronaves de despegue corto y aterrizaje vertical, puede embarcar hasta 48 cazas F-35B Lightning II y helicópteros Merlin destinados tanto a la alerta temprana como a la lucha antisubmarina.
En situaciones excepcionales, la nave es capaz de albergar más de 70 aeronaves, lo que la convierte en uno de los portaaviones con mayor potencial de despliegue aéreo del mundo. Además, puede acomodar a 250 infantes de marina y dispone de infraestructura para operar helicópteros de transporte de gran tamaño, incluidos Chinook y Osprey, así como Apache en misiones de apoyo de fuego.
La dotación aérea del buque incluye hasta 24 cazas F-35B Lightning, helicópteros Merlin Mk2 y Merlin Mk4, así como Wildcat y drones Puma y T-150 Malloy. Estas aeronaves permiten operaciones tácticas avanzadas, desde la vigilancia hasta la respuesta ante amenazas submarinas o costeras.
Un proceso de construcción complejo
El buque fue ensamblado a partir de 52 bloques construidos por seis astilleros repartidos por todo el Reino Unido. Las labores comenzaron oficialmente en 2011 en el astillero de Rosyth, donde fue botado en diciembre de 2017 y entregado a la Royal Navy en 2019. Su bautizo oficial tuvo lugar el 8 de septiembre de 2017, en una ceremonia presidida por la entonces duquesa de Rothesay, actual reina Camila.
La elección del nombre responde a una tradición histórica. Esta es la octava unidad de la Armada británica que lleva el título de HMS Prince of Wales, denominación asociada tradicionalmente al heredero al trono. La fecha de su incorporación oficial a la flota, el 10 de diciembre de 2019, coincidió con el aniversario del hundimiento del acorazado homónimo durante la Segunda Guerra Mundial.
Una vez desplegado, el portaaviones se convierte en la pieza central de un grupo de combate aeronaval británico, escoltado por destructores, fragatas y buques logísticos. Este dispositivo permite ejecutar lo que se denomina carrier-enabled power projection, o capacidad de proyección de poder mediante portaaeronaves, con aplicaciones tanto defensivas como ofensivas.
La cubierta del HMS Prince of Wales dispone de seis puntos de aterrizaje marcados, aunque puede albergar hasta diez helicópteros medianos en operaciones simultáneas. Su hangar fue diseñado para acomodar aeronaves sin necesidad de plegar aspas, lo que incluye modelos como el CH-47 Chinook. Además, cuenta con ascensores capaces de transportar dos helicópteros de gran tamaño completamente desplegados.
Autonomía, defensa y sostenibilidad operativa
Para el transporte de personal, el buque integra modernas embarcaciones Sea-class, sustituyendo a las antiguas lanchas PTB. También está equipado con un conjunto de sistemas defensivos de última generación, como el Phalanx CIWS contra amenazas aéreas y misiles, y ametralladoras pesadas Browning .50 tras la retirada del Minigun en 2023.
El sistema de armas se completa con cañones automáticos de calibre 30 mm, listos para instalación si la situación lo requiere. Esta configuración ofrece una defensa integral en proximidad, adaptada a escenarios navales modernos donde los ataques asimétricos y los drones representan amenazas cada vez más frecuentes.
El Reino Unido ha iniciado un despliegue militar estratégico con el HMS Prince of Wales al frente, en una misión internacional de ocho meses que refuerza el papel de la OTAN en el Indo-Pacífico. Una operación que pretenden demostrar la capacidad naval de los británicos y su compromiso con la seguridad global.
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