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Un hombre consigue comprarse una casa con 36 años reciclando latas y botellas: esto es todo lo que logró reunir y el tiempo que dedicó
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La historia que da la vuelta al mundo

Un hombre consigue comprarse una casa con 36 años reciclando latas y botellas: esto es todo lo que logró reunir y el tiempo que dedicó

En plena crisis de acceso a la vivienda y ante el encarecimiento generalizado del mercado inmobiliario, su historia ha llamado la atención en todo el mundo

Foto: Comenzó en a recolectar envases por su cuenta sin ninguna expectativa concreta y ha acabado comprándose una vivienda. (iStock)
Comenzó en a recolectar envases por su cuenta sin ninguna expectativa concreta y ha acabado comprándose una vivienda. (iStock)

Lo que para muchos parecía imposible se ha convertido en realidad para un joven australiano que, con constancia, ha conseguido comprarse una vivienda reciclando latas y botellas durante siete años. En plena crisis de acceso a la vivienda y ante el encarecimiento generalizado del mercado inmobiliario, su historia ha llamado la atención en todo el mundo.

Damian Gordon, residente en Nueva Gales del Sur, comenzó en 2017 a recolectar envases por su cuenta sin ninguna expectativa concreta, según informa Europa Press. Según declaró a ABC News Australia, lo hizo como una forma de mantenerse activo, ahorrar dinero y contribuir al cuidado del medio ambiente. “Simplemente fui acumulando”, confesó, reconociendo que su estrategia consistía en “tener una cuenta bancaria donde no podía ver el saldo”. Lo que comenzó como un gesto casi anecdótico, terminó por convertirse en un compromiso firme con el reciclaje: recorrió calles, playas, festivales y todo tipo de eventos masivos recogiendo cada lata y botella que encontraba.

Cuánto dinero recaudó reciclando

En total, llegó a reunir más de 450.000 envases reciclables. Gracias al programa australiano Return and Earn, que recompensa con 10 céntimos de dólar por cada envase, Damian transformó ese esfuerzo en un total de 46.000 dólares australianos (unos 41.000 euros), dinero que utilizó como entrada para adquirir una vivienda. En 2023 logró comprarse una pequeña casa de dos habitaciones en una subasta celebrada en la costa central de Nueva Gales del Sur. “Es una antigua choza de pescadores, pero tengo la suerte de tener un techo sobre mi cabeza”, declaró.

Durante estos años, combinó su empleo estable con la participación como voluntario en festivales de música, donde aprovechaba la ocasión para recoger grandes cantidades de latas. “Quería involucrarme en la cultura de los festivales y eso fue lo que me impulsó”, explicó. Además de los envases, también llegó a recuperar alimentos no perecederos, luces, sombreros y otros objetos reutilizables, con lo que amplió aún más el impacto de su iniciativa.

Foto: Ciudades más baratas en las que vivir en España (Europa Press/ Tomàs Moyà)

Pero más allá del aspecto económico, su experiencia lanza un potente mensaje contra el consumo irresponsable. “Vivimos en una sociedad de usar y tirar”, lamentó Gordon, recordando la cantidad de residuos que se generan en celebraciones, bodas o eventos deportivos. En su opinión, la clave está en cambiar de mentalidad y asumir que cada gesto, por pequeño que parezca, puede marcar una diferencia.

Ahora, como propietario y con una hipoteca que afrontar, asegura que no piensa abandonar este hábito que ha integrado por completo en su estilo de vida. “Reciclar y cuidar del medio ambiente es parte de lo que soy”, afirma con convicción.

Su historia recuerda iniciativas similares que empiezan a extenderse por otros países, incluida España, donde el sistema de ‘reverse vending’ —máquinas que devuelven dinero o descuentos por cada lata o botella introducida— ya está presente en regiones como Canarias, Zaragoza, La Rioja, Vizcaya, Asturias, Pontevedra, Murcia, Sevilla o Jaén. Aunque la recompensa por envase en estos casos es menor, de hasta tres céntimos, el sistema representa una vía efectiva para fomentar el reciclaje y premiar a quienes contribuyen activamente al cuidado del entorno.

Lo que para muchos parecía imposible se ha convertido en realidad para un joven australiano que, con constancia, ha conseguido comprarse una vivienda reciclando latas y botellas durante siete años. En plena crisis de acceso a la vivienda y ante el encarecimiento generalizado del mercado inmobiliario, su historia ha llamado la atención en todo el mundo.

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