¿Cuánta gente vive en el Vaticano y cuánto mide? Lo que se sabe sobre la peculiar ciudad del Papa donde se encuentra Santa Marta

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Con la muerte del papa Francisco, ocurrida este lunes en la residencia de Santa Marta, vuelve la curiosidad de fieles y turistas sobre el lugar más asociado al pontífice: ¿cuánta gente vive en el Vaticano, el país más pequeño del mundo? Aunque es fácil imaginarlo como un lugar densamente habitado por clérigos y religiosos, la realidad es mucho más singular y limitada.

El Vaticano tiene solo 0,44 km², lo que equivale a unas 60 veces menos que el barrio madrileño de Salamanca. Rodeado por Roma y sin espacio para desarrollos urbanísticos, sus edificios están ocupados, en su mayoría, por instituciones eclesiásticas, museos y, por supuesto, la majestuosa basílica de San Pedro. Solo el 30% del territorio está disponible para residencias u otros usos civiles.

Oficialmente viven allí 246 personas, aunque la población total con ciudadanía vaticana asciende a 618. Es decir, más de la mitad de los ciudadanos viven fuera del Vaticano, principalmente en embajadas de la Santa Sede repartidas por el mundo. La ciudadanía no se hereda ni se adquiere por nacimiento, sino que se concede de forma temporal a quienes desempeñan funciones específicas dentro del Estado.

De los 246 residentes, 104 son Guardias Suizos, el cuerpo militar más pequeño y pintoresco del mundo, fácilmente reconocible por sus uniformes renacentistas. A ellos se suman algunos cardenales (unos 17), personal eclesiástico y, hasta esta madrugada, el propio papa Francisco. Santa Marta es una de las pocas residencias permanentes del país.

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El Vaticano no tiene hospital ni sala de partos, por lo que no se producen nacimientos dentro de sus fronteras. Aunque no está prohibido, las condiciones no lo hacen viable. De hecho, el número medio de nacimientos al año es de uno, habitualmente hijos de Guardias Suizos, y siempre fuera del Estado. Se registran unos cinco fallecimientos anuales.

La ciudadanía vaticana no es permanente, y suele expirar cuando cesa el cargo que la justificó. También puede extenderse de forma puntual a familiares directos que convivan con el titular, pero nunca se mantiene si se pierde el vínculo con la Santa Sede. Actualmente hay unos 70 pasaportes en vigor.

Vivir en el Vaticano implica servir a la Iglesia, no formar parte de un país en sentido convencional. Los residentes no pagan impuestos locales, no hay bancos comerciales ni tiendas al uso. Apenas hay vida cotidiana más allá de la institucional y religiosa. Los únicos animales domésticos permitidos son algunos perros acompañantes.

Tras la muerte del Papa, el Vaticano volverá a ser el centro de atención mundial durante los días de duelo y el próximo cónclave. Mientras las campanas resuenan desde San Pedro, los ojos vuelven a posarse sobre este enclave minúsculo pero simbólicamente inmenso, donde viven menos personas que en una sola calle de Roma, pero cuya influencia llega a millones de fieles en todo el planeta.