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Farrell, el 'irlandés': el hombre más importante del Vaticano después de la muerte del papa
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los ojos puestos en el 'camarlengo'

Farrell, el 'irlandés': el hombre más importante del Vaticano después de la muerte del papa

Kevin Joseph Farrell tomará las riendas de la gestión de la Santa Sede y de la organización del cónclave después de la muerte del papa Francisco

Foto: Kevin Joseph Farrell, en 2016. (Reuters/Stefano Rellandini)
Kevin Joseph Farrell, en 2016. (Reuters/Stefano Rellandini)
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En el momento en el que el papa Francisco dio su último aliento, Kevin Joseph Farrell se convirtió en la persona más importante del Vaticano. "Debo anunciar la muerte de nuestro Santo padre Francisco. A la hora 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma Francisco ha regresado a la casa del Padre". Con estas palabras, se ponía fin a 12 años de pontificado histórico y a una vida de la que Farrell destacó el servicio al "Señor y de su Iglesia". "Nos ha enseñado a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universales, de manera particular, a favor de los más pobres y los marginados", señaló.

Para Farrell, este ha sido el inicio de unas semanas en las que el obispo irlandés tomará las riendas del Vaticano. Es el papel del llamado camarlengo, un cargo que viene del latín camerarius domini papae y que podría traducirse como "camarero del Señor Papa".

Pero este cargo es mucho más de lo que puede significar la traducción. Su primera tarea, después de certificar la muerte del papa, es retirar el anillo simbólico del dedo del Pontífice antes de destruirlo, marcando así el fin de su reinado sobre la Iglesia Católica Romana. El acto ceremonial también garantiza que nadie pueda falsificar documentos utilizando el sello del máximo representante de la Iglesia Católica.

Hasta que se nombre a un nuevo papa, el obispo irlandés está a cargo de las decisiones administrativas y de gestión del Vaticano. Además de administrar los asuntos cotidianos de la Santa Sede, Farrell también debe organizar el funeral y asegurarse que todo esté listo para la elección del nuevo Pontífice.

Foto: El papa Francisco en su encuentro con JD Vance el 20 de abril. (Reuters/Vatican Media)

Una gran mayoría de los irlandeses nunca es probable que nunca hubieran oído hablar del obispo de 77 años nacido en Dublín. Al menos no hasta este lunes. Pero Kevin Joseph Farrell tiene una larga carrera religiosa a sus espaldas, que se inició con su noviciado en los Legionarios de Cristo y a estudiar Filosofía y Teología en España e Italia. En 1978, fue ordenado sacerdote en Roma y se desempeñó como obispo de Dallas durante casi 10 años.

Las voces dentro de la Iglesia apuntan a que el irlandés es una figura respetada, pero también tiene varias polémicas a sus espaldas. Algunas de ellas están relacionadas con posturas contra el matrimonio entre personas del mismo sexo y, durante su estancia en Estados Unidos, Farrell opinó sobre la decisión de la Corte Suprema de reconocerlo, en 2015, como un derecho constitucional. "El matrimonio es el compromiso sagrado de por vida entre un hombre y una mujer, y se trata de crear una nueva vida y la siguiente generación. Esto requiere tanto de un hombre como de una mujer", dijo.

Antes, en 2010, Farrell invitó a sus feligreses a una misa especial en memoria de los millones de fetos que han sido abortados y de sus padres, afectados por el aborto. A esto le siguió una concentración y una marcha por la vida.

Ya en el Vaticano, en 2018, el obispo irlandés, que entonces era el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, impidió que la expresidenta de Irlanda, Mary McAleese, participara en una conferencia en la Santa Sede para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. La mandataria, que dio al final una charla en otras instalaciones fuera del Vaticano, presentó después una queja formal al Papa, pero no recibió respuesta.

La tarea más importante de Farrell

Farrell también estuvo en el centro de la polémica cuando afirmó que no tenía conocimiento de los abusos sexuales relacionados con Theodore McCarrick, excardenal destituido por Francisco. El irlandés vivió con McCarrick en Washington a principios de la década de 2000. Años después, Farrell tuvo que lidiar con un escándalo financiero que involucraba al obispo estadounidense Michael Bransfield, quien le dio al ahora camarlengo miles de dólares para reformar su apartamento en Roma. Farrell recibió el regalo de buena fe, asumiendo que el dinero había pertenecido a Bransfield, según informó The Times.

Sin embargo, en los últimos años, ciertas posturas del camarlengo parecen haberse relajado, precisamente durante el periodo de Francisco como máximo Pontífice. El argentino será recordado como el primer papa latinoamericano, pero también por haber empezado a romper ciertos moldes que parecían imposibles con sus antecesores. Hace cuatro años, Francisco sacudió al mundo católico con su comentario sobre los sacerdotes homosexuales: "¿Quién soy yo para juzgar?".

Desde ese momento, algunos miembros de la Iglesia se han mostrado más abiertos, como el cardenal Joseph W. Tobin, líder de la Arquidiócesis de Newark, que abrió las puertas de su iglesia a un grupo de personas abiertamente homosexuales. Farrell, a pesar de las polémicas anteriores, dijo que "ayudaría a los católicos LGBT a sentirse más a gusto en lo que, después de todo, es su iglesia".

Foto: Todos los detalles tras la muerte del papa Francisco: las fechas y el funeral, paso a paso (EFE/CLAUDIO PERI)
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Por otro lado, otros perfiles como el de Univision apuntan que el irlandés destacó por su cercanía con las comunidades de inmigrantes y su compromiso con la justicia social. También implementó diversas iniciativas para apoyar a los fieles hispanos, quienes representan una parte significativa de la Iglesia en Texas, y parte de sus misas eran en español. Además, promovió la transparencia en la gestión eclesiástica y trabajó en la prevención de abusos dentro de la institución.

Ahora, la tarea de Kevin Joseph Farrell es la más importante dentro del Vaticano. Junto a los cardenales, determinará el inicio de las congregaciones generales y preparar la residencia de Santa Marta, donde residirán los cardenales que formen parte de las votaciones durante el cónclave. En ese momento será responsable, junto al sustituto de la Secretaría de Estado, de la seguridad y de la protección de la ceremonia. También lo será de cerciorarse de que los edificios cercanos y la Capilla Sixtina están incomunicados con el exterior.

El camarlengo deberá escribir, después del cónclave, un informe sobre cada votación y se lo entregará al nuevo Papa. Ahí finalizará su labor como el "camarero" de Francisco y como la persona más importante del Vaticano después de la muerte del primer pontífice latinoamericano.

En el momento en el que el papa Francisco dio su último aliento, Kevin Joseph Farrell se convirtió en la persona más importante del Vaticano. "Debo anunciar la muerte de nuestro Santo padre Francisco. A la hora 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma Francisco ha regresado a la casa del Padre". Con estas palabras, se ponía fin a 12 años de pontificado histórico y a una vida de la que Farrell destacó el servicio al "Señor y de su Iglesia". "Nos ha enseñado a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universales, de manera particular, a favor de los más pobres y los marginados", señaló.

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