El Papa lanza un mensaje de paz en su reaparición en el Urbi et Orbi: "Basta de carrera de armamentos"

En su reaparición pública tras semanas de convalecencia, el papa Francisco ha lanzado este domingo un contundente mensaje de paz al mundo. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, en la tradicional bendición Urbi et Orbi, ha condenado la escalada militar global y ha reclamado un verdadero desarme: “La paz no es posible sin un verdadero desarme. ¡Basta de carrera de armamentos!”.

“La necesidad de defensa no puede convertirse en una carrera general hacia el rearme”, ha advertido el pontífice, al tiempo que instó a redirigir los recursos disponibles hacia “quienes lo necesitan, para combatir el hambre y promover el desarrollo”.

Con un tono grave, Francisco ha lamentado el clima de violencia y dolor que atraviesa el mundo. “Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes”, ha denunciado.

El Papa, que no ha participado en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a su frágil estado de salud, volvió a dejarse ver desde la logia central, sentado en silla de ruedas y sin las cánulas de oxígeno que ha necesitado en las últimas semanas. La misa del Domingo de Resurrección fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri, mientras que el mensaje papal fue leído por el maestro de ceremonias, Diego Ravelli, ante unas 50.000 personas en la Plaza de San Pedro.

Tras la bendición, Francisco sorprendió al público recorriendo en papamóvil la plaza durante varios minutos. Se detuvo en varias ocasiones para bendecir a niños y saludar a los fieles, aunque se le notaba todavía con limitaciones en los movimientos. Durante la mañana, también recibió en su residencia de Casa Santa Marta al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, con quien intercambió un breve saludo pascual, según informó el Vaticano.

"Dramática e indigna crisis humanitaria" en Gaza

El mensaje pascual del Papa no eludió ninguno de los principales conflictos del planeta. En un tono especialmente duro, expresó su consternación por la situación en Oriente Medio, en especial en Gaza: “El terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, provocando una dramática e indigna crisis humanitaria”.

Francisco pidió un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y el acceso urgente de ayuda humanitaria. También se mostró preocupado por “el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo”, y condenó los ataques a hospitales y trabajadores humanitarios, aunque sin mencionar expresamente a Israel.

Llamamiento por Ucrania, África y Oriente Medio

En otro pasaje de su discurso, el pontífice rogó por la paz en Ucrania: “Que Cristo resucitado infunda el don pascual de la paz a la martirizada Ucrania y anime a todos los actores implicados a alcanzar una paz justa y duradera”.

Mencionó también la necesidad de un acuerdo definitivo entre Armenia y Azerbaiyán, así como el riesgo de tensiones en los Balcanes occidentales. No se olvidó de África, donde pidió consuelo para las víctimas de la violencia en la República Democrática del Congo, Sudán, Sudán del Sur, el Sahel, el Cuerno de África y la Región de los Grandes Lagos.

Por último, se refirió a la situación en Birmania, “atormentada desde hace años por conflictos armados”, y pidió apoyo internacional tras el devastador terremoto que ha golpeado la región de Sagaing. “Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible”, ha dicho el Papa. Su mensaje, cargado de preocupación, ha sido también un llamamiento a la esperanza en un mundo herido por la guerra y la desigualdad.