Noboa arrasa por sorpresa en las elecciones de Ecuador y el correísmo denuncia fraude
El presidente ecuatoriano seguirá en el cargo tras haberse impuesto a su rival Luisa González por más de 13 puntos de diferencia
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fccf%2Fdf1%2Fd2c%2Fccfdf1d2c8dd620263c438f520517f8d.jpg)
Daniel Noboa es afín a las sorpresas. El presidente ecuatoriano ganó las elecciones en 2023, contra todo pronóstico, cuando apenas unas semanas antes de la primera vuelta ni siquiera aparecía entre los candidatos punteros. Este domingo ha vuelto a dar la campanada. Encuestas y analistas vaticinaban un resultado ajustadísimo después de que en febrero apenas 16.000 votos le separasen de Luisa González, la candidata del expresidente Rafael Correa.
Todos se equivocaron. Noboa ha arrasado, ganando por más de 13 puntos a su rival, infligiendo al correísmo su mayor derrota en dos décadas y gobernará Ecuador hasta 2029, mientras su rival política no reconocía los resultados, denunciaba un “fraude” y que el país sudamericano vive “una dictadura”. “Hoy será un gran día”, vaticinaba el líder ecuatoriano cuando cerraron las urnas. Tres horas después, los analistas calificaban como “increíble” su holgada victoria, que nadie esperaba en Ecuador y que ha sorprendido al propio círculo del joven mandatario, de 37 años.
Noboa obtenía un 56% de los votos con el 88% de las actas escrutadas, mientras González lograba un 44% y casi un 7% de los ecuatorianos se decantaron por el voto nulo. La diferencia entre ambos candidatos superaba los 1,2 millones de votos a las 20:00 horas en Ecuador, las 03:00 de la mañana en España. “Sorpresa para todos, incluso para el mismo Gobierno. Nadie esperaba una victoria así. Que sirva de aprendizaje para todos. Más escuchar a la gente, menos burbuja”, declaró el analista político hispanoecuatoriano Jacobo García.
Esos resultados no han sido aceptados por González y el correísmo, que denunciaron fraude pasadas las ocho de la tarde en Ecuador, pidiendo la apertura de urnas y un recuento voto por voto, proceso que podría generar tensión en las calles en un país polarizado y con los nervios a flor de piel. "En nombre del pueblo al que representamos nosotros no reconocemos los resultados presentados por el CNE", señaló González, visiblemente molesta, mientras decenas de sus seguidores coreaban “fraude, fraude”. “Cerca de 11 encuestas nos daban la victoria, así como un exit poll. Ningún estudio dio una diferencia como la que mostró el Consejo Nacional Electoral”, criticó la candidata izquierdista, asegurando que "Ecuador está viviendo una dictadura y estamos viviendo el peor y más grotesco fraude de la historia” del país.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F01a%2F68d%2Ff28%2F01a68df2867fc8f7dddd5182726e1eb5.jpg)
Rafael Correa se expresó en el mismo sentido desde Bélgica, donde reside después de haber sido condenado a 8 años de prisión por un caso de corrupción, que él denuncia como lawfare. “Todos saben que estos resultados son imposibles. Sacamos el mismo 44% de la primera vuelta. Estos mafiosos hubiesen podido disimular un poquito más”, dijo el exmandatario izquierdista, que gobernó Ecuador entre 2007 y 2017 y que continúa condicionando la vida política del país.
Errores de la oposición
El discurso de González fue rápidamente puesto en cuestión por algunos miembros de su partido. “Si el pueblo eligió, hay que respetarlo. Más allá de que nos guste o no, el pueblo eligió democráticamente y hay que ser honestos en reconocerlo. Lo peor es ser un mal perdedor”, señaló Aquiles Álvarez, alcalde correísta de Guayaquil. “No existe un fraude que pueda mover un millón de votos. No existe”, expresaba el periodista Andersson Boscán, director del portal independiente La Posta.
Noboa se impuso en los resultados oficiales a pesar del repunte de la violencia. El presidente ecuatoriano declaró el estado de excepción en 2024, sacando a los militares a la calle para enfrentar a las bandas de narcotraficantes adscritas a los cárteles internacionales que generan zozobra en un país que había registrado su récord de asesinatos el año anterior. Los homicidios se redujeron un 15% el año pasado, pero la violencia ha crecido fuertemente en el principio de 2025. Enero y febrero fueron los meses con más homicidios desde que hay registros y muchos pusieron en duda el plan de Noboa para afrontar la violencia.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff2a%2F57b%2F4e3%2Ff2a57b4e30a77e85de362f8fda98bcdb.jpg)
Se ha sobrepuesto también a escándalos, como el enfrentamiento con su vicepresidenta, Verónica Aráoz, a quien llegó prácticamente a desterrar a Israel, y el asalto a la embajada de México en Quito por parte de la policía nacional para detener al exvicepresidente de Correa, Jorge Glas, procesado por corrupción después de haber sido condenado con anterioridad y refugiado en esa sede diplomática.
Parte de la explicación puede estar en su rival. Ecuador ha vuelto a rechazar el proyecto político que propone Correa. “El correísmo sigue cometiendo tres errores masivos cada elección. Ceder, por lealtad o miedo, a un líder envejecido que ha estado en Bélgica durante años y cuya marca es tóxica para entre el 30 y el 40% del electorado”, escribió el analista Will Freeman, experto en América Latina, señalando que también daña a ese sector no “romper con Nicolás Maduro y Daniel Ortega, convenciendo a los electores de que no convertirán a Ecuador en la próxima Venezuela”. “Creo genuinamente que una izquierda democrática al estilo de la chilena, la guatemalteca o la uruguaya podría haber ganado, o por lo menos haberse acercado en estas elecciones”, añadió el analista.
A la candidata correísta podría haberle afectado también su alianza con la formación indígena Pachakutik, tercera en la primera vuelta de febrero, y que fue muy criticada por las mismas bases del movimiento indígena. Parte importante del indigenismo en Ecuador recela de Correa por los proyectos extractivistas que el expresidente impulsó en sus territorios y sus formas a la hora de criticar la protesta de esos mismos pueblos. La misma Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), que integra Pachakutik, denunciaba en 2015 que Correa se refería a su antigua dirección como "emplumados", "ponchos dorados", "tira piedras", "desubicaditos" "adefesiosos" o "ridículos". Muy pocos de los votos de Pachakutik han acabado yendo a González, que con el 92% de los votos escrutados había obtenido 4,36 millones de apoyos, incluso menos de los que logró en primera vuelta, algo que desde la campaña correísta consideran como prueba de un fraude electoral masivo.
Seguridad y relación con EEUU
El anticorreísmo vuelve, así, a ser la fuerza dominante en Ecuador, algo que supera ideologías, porque ya en 2021 distintas formaciones de izquierda fueron mayoría en las elecciones parlamentarias, pero el candidato correísta acabó perdiendo la segunda vuelta. Otros analistas mentaron errores de la campaña de González. Desde la campaña correísta se habló de crear comités barriales, algo que la campaña rival comparó con los que existen en Nicaragua y Venezuela y que son señalados por las organizaciones de la sociedad civil. González tuvo que asegurar en los días previos a la campaña que había desechado esa idea. Creó controversia también la posición de parte de la izquierda correísta de elaborar una “dolarización a la ecuatoriana”, algo que muchos ciudadanos interpretaron como una amenaza a la dolarización, uno de los pocos aspectos de la política nacional de las últimas décadas en los que la práctica totalidad de los ecuatorianos están de acuerdo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F387%2F683%2Ff48%2F387683f48898130c40ae405510fa754b.jpg)
Noboa hizo su discurso de la victoria en su casa en Olón, en la costa pacífico-ecuatoriana. El presidente volvió a ser parco en palabras, como acostumbra. Calificó la campaña como "llena de conflictos y de intentos por negar la imagen de un presidente que siempre buscó progreso, justicia y libertad para todos los ecuatorianos”, agradeciendo a su equipo de campaña. "El Ecuador está cambiando. El Ecuador ya escogió un diferente camino. Y ese camino va a hacer que nuestros hijos vivan mejor que nosotros, que las futuras generaciones tengan una vida más digna, más justa y más transparente”, dijo, sin referirse a las acusaciones de fraude.
Su primera tarea será lograr los apoyos suficientes en la Asamblea Nacional, donde no tiene mayoría y el correísmo es la primera minoría de la cámara. Su madre, Anabella Azín, asambleísta, podría convertirse en la líder del parlamento ecuatoriano. Los retos son mayúsculos. La crisis de violencia no da tregua y el sistema de seguridad de Noboa no ha dado los resultados esperados. El presidente firmó recientemente un polémico acuerdo de colaboración con Erick Prince, fundador de la gigante estadounidense de los soldados a sueldo Blackwater y quiere reabrir las bases estadounidenses en el país.
Noboa es un gran aliado del presidente estadounidense Donald Trump. Estuvo en primera fila en su toma de posesión en Washington y lo visitó a finales de marzo en Florida. La Casa Blanca podría además aumentar su influencia en la región en los próximos meses: "La rotunda victoria de Noboa en Ecuador mantiene a otro gobierno latinoamericano en la columna pro-Trump, con potencialmente 3 o 4 más por venir en los próximos 18 meses", escribió en la red social X el analista Brian Winter, director de Americas Quarterly, sopesando las futuras elecciones en Bolivia, Honduras, Chile, Colombia y Brasil. La magnitud de la victoria probablemente de alas a Noboa para lanzar su propuesta más ambiciosa: una Asamblea Nacional Constituyente para reemplazar la Constitución de Montecristi, aprobada en 2008, durante el primer Gobierno de Correa.
Daniel Noboa es afín a las sorpresas. El presidente ecuatoriano ganó las elecciones en 2023, contra todo pronóstico, cuando apenas unas semanas antes de la primera vuelta ni siquiera aparecía entre los candidatos punteros. Este domingo ha vuelto a dar la campanada. Encuestas y analistas vaticinaban un resultado ajustadísimo después de que en febrero apenas 16.000 votos le separasen de Luisa González, la candidata del expresidente Rafael Correa.