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Ecuador, unas urnas al rojo vivo: entre la violencia y la profunda polarización en torno a Correa
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Ecuador, unas urnas al rojo vivo: entre la violencia y la profunda polarización en torno a Correa

Ecuador vivirá este domingo una jornada que promete emociones fuertes. Daniel Noboa y Luisa González se enfrentan en las urnas de un país todavía profundamente polarizado en torno a la disruptiva figura del expresidente

Foto: Daniel Noboa, candidato de las elecciones presidenciales de Ecuador. (Reuters)
Daniel Noboa, candidato de las elecciones presidenciales de Ecuador. (Reuters)

Podrían saltar chispas. Noboa se adjudicó la primera vuelta de febrero por apenas 16.000 votos de ventaja. La mayoría de los analistas espera un resultado muy ajustado y ambos candidatos ya han alertado de posibles fraudes

La polarización, el crimen y el bolsillo son elementos de un cóctel difícil de digerir para un electorado muy decepcionado por su clase política y los constantes casos de corrupción e incluso de colusión con el crimen organizado de los altos funcionarios.

"La política ecuatoriana es un circo de intereses", lamenta el indeciso Andrés Mena en las calles de Quito, llenas estos días de propaganda electoral, a diferencia de en la primera vuelta, cuando la previsión era que habría un balotaje en abril. Carteles de González cuelgan de farolas y paredes y en ventanas y expositores de comercios pueden verse las populares figuras de cartón de tamaño real de Noboa que se han popularizado en los últimos años.

Muchos están en la situación de Andrés y otros han decidido que no elegirán a ningún candidato. "Yo voy a ejercer mi derecho constitucional de votar nulo. Ningún candidato ofrece soluciones para la seguridad, que es lo que más nos interesa", comenta Isabel Vargas, vecina de Solanda, un barrio capitalino que está sintiendo de forma especial el estallido violento que vive el país. Nueve personas han sido asesinadas en sus calles en lo que va de año.

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Votantes como Andrés e Isabel decidirán la elección. Alrededor de dos tercios del país son fervientes defensores de los dos candidatos en liza, y el resto elegirá al menos malo, aunque incluso el noboísmo se puede calificar como un fenómeno cuyo asentamiento se explica como una reacción contra el ex mandatario Correa, que gobernó al país entre 2007 y 2017 y continúa siendo el gran foco polarizador del Ecuador.

"El país se encuentra fracturado entre dos proyectos políticos que, aunque no encarnan extremos ideológicos irreconciliables, han fragmentado al electorado en bloques profundamente antegónicos: el correísmo, liderado por González, y el anticorreísmo, liderado por Noboa", considera el analista ecuatoriano Christian Bravo.

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"La figura del ex mandatario permanece como un factor determinante en esta dinámica, ejerciendo una influencia ambivalente sobre el electorado. El fenómeno, lejos de disiparse, se ha institucionalizado como una lente a través la cual los ecuatorianos interpretan la política, condicionando no solo las campañas, sino también la gobernabilidad futura", añade el analista.

Quienes adoran a Correa recuerdan las políticas sociales de su gobierno, el descenso de la pobreza y la violencia y el desarrollo del país a través de la obra pública, en una época de alto valor de las materias primas.

Quienes lo repudian traen a colación las acusaciones y sentencias de corrupción contra miembros de su movimiento político, el control de los medios y la fractura social generada por el discurso del ex presidente, que actualmente reside en Bélgica tras ser inhabilitado y condenado a ocho años de prisión en Ecuador por un caso de corrupción, proceso que él considera como ‘lawfare’ en su contra.

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Esas dos visiones del país parecen, a día de hoy, irreconciliables, y marcan profundamente la política nacional, que también se ha visto sacudida por las implacables acciones de las bandas adscritas a los grandes carteles de narcotraficantes mundiales que siembran el terror en las calles del país latinoamericano.

Ecuador era en 2017 uno de los países menos violentos de toda América Latina y desde hace dos años lidera los índices de homicidios de la región. La violencia se desbordó en 2023, el año más violento en el país desde que hay registros.

El crimen se abrió paso a través del narcotráfico en la medida en que Ecuador, y especialmente su zona costera, se convirtió en el principal punto de salida de la droga producida en los vecinos Colombia y Perú.

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A rebufo del tráfico de drogas se expandieron brutalmente otros crímenes como el secuestro y la extorsión. Miles de negocios están obligados en el país a pagar coimas a los pandilleros por una supuesta protección que no se da, afectando gravemente a la economía del país.

Noboa declaró la existencia de un conflicto armado interno en 2024, después de un día de extrema violencia en Guayaquil, la capital de la costa, incluido el asalto armado a un canal de TV. Decretó un estado de excepción, sacó a los militares a la calle y designó a las bandas como organizaciones terroristas.

Esas acciones tuvieron un resultado aceptable los primeros meses. En 2024 los homicidios cayeron un 15%.

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Fue un espejismo. Este año 2025 ha iniciado con cifras de violencia nunca antes vistas en el país sudamericano. Entre enero y febrero hubo 1.529 asesinatos en todo el país, un aumento del 40% con respecto a 2023. Si la tendencia continúa, se superarán a final de año todos los registros conocidos.

Noboa ganó las elecciones en un país hastiado por su clase política siendo una cara nueva, sin el pasado cuestionable de muchos políticos, y prometiendo acciones contra el crimen después del asesinato del periodista y candidato presidencial Fernando Villavicencio, en agosto de 2023, que marcó al país.

Ahora ya no puede jugar la baza de ser una nueva figura en la política, y sufre el desgaste de quien lleva 18 meses en el poder en un país en ebullición como es Ecuador, con resultados cuestionables en cuestiones de seguridad.

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"Noboa capitalizó hace dos años el voto antichavista con un discurso de renovación y mano dura contra la inseguridad, derrotando a Luisa González por un margen estrecho. El contexto de 2025 difiere radicalmente de ese. Ahora enfrenta el peso de gobernar un país azotado por el crimen organizado, una recesión técnica y una crisis energética que provocó apagones de hasta 14 horas diarias, afectando la producción y el empleo", comenta el analista Bravo.

"El repunte de la violencia a inicios de 2025, junto con casos como el de ‘los Cuatro" de Guayaquil, cuatro menores torturados y asesinados por militares, generó críticas por excesos y violaciones a los derechos humanos", añade.

No solo la violencia y la economía están marcando su mandato. También los escándalos.

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Ha sido clave en su periodo en el poder la crisis diplomática con México tras la irrupción violenta de la policía ecuatoriana en la embajada en búsqueda del ex vicepresidente de Correa, Jorge Glass, que se refugiaba allí tras ser procesado por corrupción. Notorias fueron, asimismo, sus disputas con su vicepresidenta Verónica Abad, a quien "desterró" a Israel nada más comenzar su mandato.

"Esas controversias han dañado su imagen, proyectando una gestión errática. Esas decisiones, junto con promesas incumplidad en lo económico, han alimentado el desencanto entre los votantes moderados que lo respaldaron en 2023. A diferencia de entonces, cuando su novedad le permitió sortear el escrutinio, Noboa debe ahora defender un historial cuestionado, lo que lo expone a una narrativa correísta que lo señala como incapaz de resolver las crisis estructurales del país", considera el analista Bravo.

El presidente y candidato tiene además polémicas propuestas, como su proyecto de crear una Asamblea Nacional Constituyente para reescribir la Carta Magna, aprobada en 2008, durante el Gobierno de Correa.

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Plantea, además, reabrir las bases estadounidenses que cerraron durante el correísmo e incluso ha firmado estos días un acuerdo de colaboración con Erick Prince, fundador de la gigante de soldados a sueldo Blackwater, para luchar contra el crimen organizado.

EEUU es su principal aliado y Noboa promociona ese aspecto siempre que puede. Estuvo en primera fila en la toma de posesión de Trump y fue a visitar al presidente estadounidense a su casa en Florida hace dos semanas, aunque eso no lo salvó del tipo mínimo del 10% de los nuevos aranceles establecidos por la Casa Blanca.

"El desgaste no ha despojado a Noboa de ventajas competitivas. Conserva un respaldo significativo gracias al apoyo de las Fuerzas Armadas, el sistema judicial y una relación estratégica con EEUU que refuerza su imagen de líder firme frente al correísmo, percibido por muchos como un regreso al socialismo autoritario", cree el analista Bravo.

Foto: Yoon Suk-yeol, en una imagen de archivo. (EFE/Jeon Heon-Kyun)

Enfrente tendrá en las urnas a una candidata que ha ejecutado un notable cambio de discurso en segunda vuelta para intentar acercarse al centro e incluso a parte del espectro conservador.

Ha dicho que no permitirá operaciones en menores transexuales e incluso señaló que solo consideraba a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela para pactar con él la deportación de migrantes venezolanos en situación irregular en Ecuador, un mensaje para aquellos ciudadanos que rechazan la llegada de ciudadanos de ese país, pero también para las bases más radicales del correísmo.

El mismo Correa continúa indisimuladamente avalando el Gobierno de Maduro en Venezuela, algo que le resta votos a su movimiento en sectores centristas que necesita para ganar pero que hasta ahora no había sido puesto tan en duda.

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González ha llegado incluso a invitar a su eventual Gobierno al polémico Jan Topic, un ex militar derechista que fue candidato presidencial en 2023 -quedó en tercer lugar- y es conocido por sus propuestas de mano dura contra el crimen.

Topic respondió afirmativamente al ofrecimiento y todo indica que podría convertirse en secretario de seguridad de González si esta gana las elecciones.

Muchos no compran esa reconversión. "El intento de González por reposicionarse genera escepticismo tanto en los votantes como en su propio movimiento, y su éxito electoral sigue limitado por la sombra de Correa y la polarización estructural del país", asegura el analista Bravo.

Foto: Soldados patrullan una calle mientras el Gobierno se prepara para aplicar un apagón nacional para realizar tareas de mantenimiento en el sistema eléctrico del país. (REUTERS/Cristina Vega)

"Entre los votantes, el giro carece de credibilidad por su historial y la persistente influencia de Correa y el elector moderado la ve como una extensión del ex presidente, cuya figura sigue siendo un lastre en segunda vuelta", añade el analista.

El correísmo ganó claramente las primeras vueltas de 2021 y 2023, pero se estrelló en los balotajes debido a la oposición que todavía levanta Noboa en amplios sectores de la población.

Este año es diferente, porque es la primera vez que su oponente es un presidente en activo que también arrastra un porcentaje importante de personas que nunca votarían por él. En el juego del menos malo, el correísmo tiene más posibilidades que en los dos anteriores procesos electorales.

Foto: Un policía ayudan al tránsito de vehículos debido a uno de los apagones sufridos por Ecuador en los últimos meses. (EFE/Santiago Fernández)

Claves van a ser los 538.000 votos que obtuvo en primera vuelta el partido indígena Pachakutik. Sus cinco puntos porcentuales se antojan clave para ambos candidatos, que obtuvieron el 44% de los votos.

González firmó un acuerdo con esa formación hace dos semanas con el objetivo de ganar esos votos, pero el pacto podría no trasladarse a una adhesión masiva de los votantes.

De hecho, el acuerdo fue muy cuestionado por un sector relevante del movimiento indígena, que estuvo en pie de guerra contra Correa durante años por la insistencia del ex mandatario en proyectos extractivistas en tierra indígena y la demonización de las protestas de ese sector por parte del Gobierno.

"El intento de aliarse con Pachakutik enfrenta resistencias históricas. Provincias como Cotopaxi y Chimborazo, bastiones indígenas muestran rechazo al correísmo por su pasado conflictivo con el movimiento indígena y las encuestas proyectan una victoria contundente de Noboa en estas zonas", subraya Bravo.

Foto: Detención de los presuntos cabecillas de Los Tiguerones. (Policía de Ecuador)

El giro de González también ha generado recelo dentro del correísmo más duro, que aún recuerda cómo el ex presidente Lenín Moreno (2017 - 2021) fue elegido como sucesor de Correa y cortó con el mandatario a los pocos meses de llegar al poder.

"Dentro del correísmo, el temor a un Lenín 2.0 es palpable. La estrategia de moderar a González, sumada a la incorporación de figuras como Jan Topic, un outsider derechista, genera recelo entre las bases, que exigen lealtad ideológica. Este equilibrio entre apertura y fidelidad al núcleo correísta resulta insostenible. Cualquier señal de autonomía refuerza las sospechas internas", considera Bravo.

"El balotaje será una prueba de si este reciclaje táctico puede persuadir a los indecisos o si, por el contrario, perpetúa la derrota del correísmo", añade.

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