El holding real de Mohamed VI, golpeado por el mayor ciberataque en Marruecos desde 2014

Marruecos padeció el martes el mayor ciberataque en una década en el que, entre otras muchas sociedades, resultó damnificada Siger, el holding del rey Mohamed VI, según reveló el diario digital marroquí Le Desk. Toda la prensa marroquí atribuye al ataque a un grupo de hackers argelinos denominado JabaROOT que subió el martes a un canal de Telegram algunos de los documentos robados como la nómina de varios años de Mounir Majidi, secretario particular del rey y gestor de Siger.

Majidi, que ostenta otros cargos, tuvo en 2023 como gerente de Siger un sueldo anual que rondó los 1,3 millones de euros, según la información filtrada. La revista estadounidense Forbes estimó, por su parte, hace ya una década, que la fortuna del monarca alauí ascendía a unos 5.500 millones de euros. Desde entonces no se ha vuelto a hacer ninguna evaluación del patrimonio real.

El ciberataque no estuvo dirigido contra Siger, el holding bautizado con el anagrama de Regis (rey en latín) que, a su vez, es el principal accionista de Al Mada, el fondo de inversión controlado por la familia real. Su principal objetivo fue la Tesorería Nacional de la Seguridad Social (CNSS, según sus iniciales en francés) y, después, el Ministerio de Inclusión Económica, Pequeña Empresa y Empleo.

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A la CNSS le robaron los datos de medio millón de empresas, así como los de más de dos millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social desde su cuenta corriente hasta su nómina. Es ahí donde apareció la ficha salarial de Mounir Majidi. Además de Siger, los ciberdelincuentes obtuvieron datos personales de empleados del Fondo Mohamed VI para la Inversión, de la oficina de enlace de Israel en Rabat, que actúa en la práctica como una embajada, y de varias entidades bancarias como la Banque Centrale Populaire y el Crédit du Maroc.

En un país en el que la renta per cápita apenas llega a los 3.500 dólares anuales, la décima parte de la española, los elevados sueldos de los directivos de grandes empresas públicas, como Royal Air Maroc y Medi 1 TV, así como de las privadas marroquíes y extranjeras, han causado estupor entre los marroquíes. Suben las nóminas a las redes sociales y las comentan sorprendidos y, a veces, indignados.

La CNSS publicó el miércoles por la noche un comunicado en el que reconoce el ciberataque e indica que, tras efectuar "las primeras comprobaciones", ha constatado que algunos documentos filtrados en las redes sociales "son falsos, inexactos o incompletos", pero no da más detalles sobre la supuesta manipulación.

El grupo de hackers volcó además el miércoles un archivo con las nóminas del Ministerio de Inclusión Económica. Desde el entorno del ministro, Younes Sekkouri, se insistió, sin embargo, en que su web no cuenta con ninguna base de datos de carácter profesional cuyo pillaje pueda perjudicar a empresas o particulares. La web del ministerio seguía siendo inaccesible el jueves, 48 horas después del ciberataque.

Algunos diarios marroquíes sostienen que el ataque de los piratas argelinos podría ser una represalia por algún golpe que en el ciberespacio se habría asestado recientemente desde Marruecos a su eterno adversario, concretamente a su agencia de prensa oficial (APS). Si se ha producido tal ataque, no hay rastro de él en los medios de comunicación de Argelia, que no suelen tardar en denunciar las supuestas tropelías de "hackers" afines a Marruecos. La relación entre los dos "pesos pesados" del Magreb es muy tensa.

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Hace más de una década, a principios del otoño de 2014, empezaron a aflorar en las redes sociales, sobre todo en X, documentos internos pirateados del Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos y, sobre todo, de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), su agencia de inteligencia exterior.

Gracias a ellos se supo, por ejemplo, que había periodistas en Francia y EEUU a sueldo del servicio secreto marroquí y que la supuesta relación sentimental entre el expresidente José María Aznar y Rachida Dati, entonces ministra de Justicia francesa, era un bulo del director de un semanario de Casablanca que trabajaba para la DGED.

Las autoridades marroquíes publicaron un comunicado en términos muy parecidos al que difundió el miércoles pasado la CNSS. No desmintieron el ciberataque, pero aseguraron que los documentos habían sido manipulados sin dar más precisiones. Hoy en día se sabe que aquel hackeo fue protagonizado por la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), el servicio secreto francés que actúa fuera de Francia.

París y Rabat atravesaban ya entonces una crisis, que estalló en febrero de 2014. La prensa marroquí publicó el nombre de la jefa de los espías franceses en Marruecos, obligándola a salir rápidamente del país. Sus colegas se vengaron desencadenando el primer gran ciberataque que padeció Marruecos.