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La elección que obsesiona a Musk: el "futuro de la humanidad" se decide hoy en... ¿Wisconsin?
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Juez estatal, alcance planetario

La elección que obsesiona a Musk: el "futuro de la humanidad" se decide hoy en... ¿Wisconsin?

En Wisconsin eligen a uno de los siete asientos de la Corte Suprema estatal. Pero eso no ha impedido a Elon Musk desembarcar en la carrera electoral con un cheque gigante bajo el brazo

Foto: Elon Musk durante su mitin en Green Bay con un sombrero con forma de queso. (Reuters/Vincent Alban)
Elon Musk durante su mitin en Green Bay con un sombrero con forma de queso. (Reuters/Vincent Alban)
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Puede que usted se haya despertado este martes pensando que le esperaba una jornada cualquiera. Pero, según el hombre más rico del planeta, este 1 de abril está en juego nada menos que el destino entero de la humanidad.

¿La causa de semejante alarma? Una elección en Wisconsin, un estado del norte de Estados Unidos que cobra un protagonismo crucial cada cuatro años, cuando se elige presidente, al ser una de las entidades bisagra que lo mismo votan demócrata que republicano. Esta vez, sin embargo, Donald Trump apenas acaba de estrenar su segundo mandato, y lo que se decide en las urnas es algo, en apariencia, mucho más discreto: uno de los siete asientos de la Corte Suprema estatal. Pero eso no ha impedido a Elon Musk desembarcar en la carrera electoral con un cheque gigante bajo el brazo. Literalmente.

El pasado domingo, durante un mitin con más de mil asistentes en Green Bay, Musk sorteó dos cheques de un millón de dólares y aseguró que el futuro de Estados Unidos —y del mundo— depende de lo que ocurra en la elección de Wisconsin. “Siento que esto es una de esas cosas que puede que no parezca que vaya a afectar todo el destino de la humanidad, pero creo que sí lo hará”, aseveró el propietario de Tesla y X, que también ha realizado múltiples aportaciones multimillonarias a la campaña de Brad Schimel, el aspirante conservador en la contienda —técnicamente no partidista— por la Corte Suprema estatal.

Con más de 90 millones de dólares de gasto entre los dos candidatos, la carrera ya es oficialmente la elección judicial más cara de la historia de Estados Unidos. Lo que se decide, en última estancia, es si los conservadores logran arrebatar la mayoría a los progresistas, que actualmente controlan la corte por un estrecho 4 a 3. Una misión que obsesiona a Musk y a gran parte del Partido Republicano porque, con una mayoría en el tribunal, podrían revertir una sentencia clave dictada en 2023 que ordenó redibujar el mapa electoral del estado, al considerar que los distritos favorecían de forma inconstitucional al Partido Republicano.

Foto: El CEO de Tesla, Elon Musk, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukel, en la gigafactoría de Tesla en Austin, Texas. (Reuters/Secretaría de Prensa de la Presidenci)

En un país donde un puñado de circunscripciones pueden decidir el control legislativo, una distribución de votantes más o menos favorable en Wisconsin adquiere una dimensión nacional. Como explicó sin rodeos el propio Musk durante su mitin: “Quien controla la Cámara, en gran medida, controla el país y a su vez dirige el curso de la civilización occidental”.

Más allá del alcance trascendental que le atribuye el multimillonario, lo que realmente ha convertido esta elección en el centro de atención nacional es que funciona como el primer referéndum a la nueva administración de Donald Trump. Su segundo mandato ha arrancado con una oleada de medidas que han sacudido al país: despidos masivos en el funcionariado federal, recortes sin precedentes en la mayoría de programas sociales y educativos y una cruzada contra la inmigración que ha llevado a la deportación de personas que llevaban décadas en el país. Varias de esas decisiones —y el contorsionismo legal utilizado para justificarlas— terminarán siendo examinadas por los tribunales. Entre ellos, el de Wisconsin.

Foto: Guardias del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) trasladando a los deportados por Donald Trump. (Presidencia de El Salvador)

De ahí el interés de Musk por la elección de este martes, no solo como empresario —Tesla mantiene una demanda abierta contra el estado de Wisconsin—, sino también como rostro visible del llamado Department of Government Efficiency (DOGE), la agencia creada por Trump para “depurar” la administración pública. Una misión a la que el magnate de origen sudafricano se ha entregado con entusiasmo, pero que empieza a inquietar al Partido Republicano, donde algunos temen que tantos recortes y despidos acaben siendo kriptonita electoral.

Y esa es, precisamente, la esperanza del Partido Demócrata. No es casualidad que los partidarios de Susan Crawford, la candidata progresista para la Corte, hayan convertido al hombre más rico del mundo en su antagonista principal. Bajo el lema “El pueblo contra Elon Musk”, una oleada de propaganda electoral ha inundado Wisconsin y presentado la elección como una oportunidad para frenar la creciente influencia del empresario en la política y el poder judicial.

En uno de los anuncios, se ve al dueño de Tesla blandiendo una motosierra mientras celebra los recortes impulsados por DOGE. En otro, aparece en un mitin de Trump haciendo un gesto que sus críticos han interpretado como un saludo nazi. Para quien no siga de cerca la política local, podría parecer que el propio Musk es quien se presenta a las elecciones. La estrategia, agresiva y personalizada, está siendo seguida con atención por estrategas demócratas de todo el país, convencidos de que Musk planea exportar su modelo de intervención política —y su chequera— a futuras contiendas estatales y federales.

Por ahora, la intervención de Musk —y su empeño en convertir una elección menor en un combate por el futuro de Occidente— parece estar dando resultado para el candidato conservador. Schimel, que hasta hace poco estaba 13 puntos por detrás de Crawford, ha recortado distancias y ya se encuentra dentro del margen de error, según encuestas internas de su campaña. Si finalmente logra imponerse, el senador republicano por Wisconsin Ron Johnson ya ha anticipado a quién habrá que darle las gracias: “A Elon”, dijo la semana pasada en una entrevista.

Puede que usted se haya despertado este martes pensando que le esperaba una jornada cualquiera. Pero, según el hombre más rico del planeta, este 1 de abril está en juego nada menos que el destino entero de la humanidad.

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