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Los gazatíes a los que Israel robó las ganas de luchar: "Ya no nos queda vida, solo esperamos a la siguiente"
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Un futuro que se apaga

Los gazatíes a los que Israel robó las ganas de luchar: "Ya no nos queda vida, solo esperamos a la siguiente"

Las difíciles condiciones a las que están sometidos los habitantes de Gaza han hecho replantearse la idea de abandonar su país. Sin dinero, sin acceso seguro a los recursos y con la vuelta de la guerra, para muchos las opciones se agotan

Foto: Un palestino con su hijo en brazos camina entre casas destruidas en el campo de refugiados de Al Shatea, en Ciudad de Gaza. (EFE/Mohammed Saber)
Un palestino con su hijo en brazos camina entre casas destruidas en el campo de refugiados de Al Shatea, en Ciudad de Gaza. (EFE/Mohammed Saber)

El sonido de los drones dificulta la conversación. Al otro lado de la videollamada, Amin Latif (nombre ficticio para preservar su seguridad), ni siquiera se inmuta. Su zumbido se ha convertido en algo que ya forma parte de su rutina. "Es así durante todo el día. No dormimos ni siquiera porque el sonido de los drones siempre están ahí como un ruido que se mete muy dentro de tu oído. No sabemos si son drones de vigilancia o de ataque. Es la guerra psicológica de Israel". En el momento de esta conversación, faltaban tres días para que Israel rompiera de forma unilateral el alto el fuego en Gaza, alcanzado en enero pasado. Sus habitantes, al igual que Latif, esperaban que la tregua temporal fuera el primer paso hacia la paz, pero la primera fase del acuerdo se estaba extendiendo más de lo previsto.

La conversación con Latif se desarrolla casi en completa oscuridad. Se disculpa brevemente para alejarse. Minutos después regresa con una linterna en la mano. Al encenderla, se puede distinguir un edificio bombardeado detrás de él. "Israel nos ha cortado la electricidad", relata. "En cuanto se pone el sol, solo podemos movernos con esto". Latif no sabía que, en 72 horas, las bombas israelíes volverían a caer a pocos metros de donde se encuentra. Durante la primera fase de la guerra, una bomba impactó en su casa, acabando con su estructura. Desde entonces, vive en una tienda de campaña con seis de sus familiares, incluidas sus dos hijas pequeñas y su hijo de dos años. Se despide y promete volver a llamar.

El 17 de marzo el teléfono suena. Durante esa madrugada, Israel ejecutó un ataque masivo contra toda la Franja, rompiendo el alto el fuego y dinamitando las pocas esperanzas que parte de su población mantenía para que acabara finalmente la guerra. Latif, que antes del conflicto trabajaba como jugador profesional en el equipo de futbol Palestina de la Ciudad de Gaza, expresa el sentir de muchos de sus vecinos: "El regreso de la guerra es un gran desastre para nosotros y para nuestras almas".

"Durante la tregua los gazatíes empezaron a preparar poco a poco sus negocios y sus proyectos para poder, ya no seguir adelante, sino simplemente poder comer pan", afirma. En su caso personal, este gazatí trabajaba junto con varios de sus compañeros en la reconstrucción de uno de los estadios de fútbol en los que jugaba. Cuenta que, incluso durante los primeros meses de la guerra, el futbol servía a la comunidad como una vía de escape. "La gente necesitaba el fútbol para no pensar. Jugábamos incluso entre los escombros y a escasos metros de las bombas". Ahora, con la reanudación de la guerra, afirma que teme por sus proyectos y por toda su familia. "No podemos permitirnos otra vez una guerra de exterminio", lamenta.

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Desde que Israel rompió el alto el fuego, los ataques en la Franja no han dejado de sucederse. Más de 500 gazatíes han muerto desde la reanudación de los ataques, entre los que se encuentran más de 270 niños, de acuerdo con Save the Children. En las últimas 72 horas, las fuerzas israelíes han matado al periodista gazatí, de 23 años, Hossam Shabat con un misil contra su vehículo, y a su compañero, Mohamed Mansou, quien se encontraba en su apartamento. "No hay ningún lugar seguro en Gaza", sostiene Latif. "Ya no nos queda vida, solo esperamos a la siguiente. Hemos perdido la capacidad de poder ser felices".

Y los ataques aun no han acabado. En los próximos días se espera que Israel vuelva a lanzar un nuevo ataque masivo. Así lo ha anunciado el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, quien ha señalado que "las Fuerzas de Defensa de Israel pronto operarán con toda su fuerza en áreas adicionales de Gaza y se os pedirá que evacuéis las zonas de combate por vuestra propia seguridad. Los planes ya están preparados y aprobados”.

placeholder Dos niños sentados en la morgue del Hospital Bautista Al-Ahli. (Europa Press)
Dos niños sentados en la morgue del Hospital Bautista Al-Ahli. (Europa Press)

El nuevo jefe del ejército israelí, Eyal Zamir, fue más allá: las Fuerzas de Defensa Israelíes están preparando un ataque terrestre a gran escala en la Franja. Según Zamir, con esta operación acabarían definitivamente con Hamás y con sus capacidades militares.

El pasado 24 de marzo, el Gabinete de Seguridad israelí ya aprobó la creación de un organismo encargado de gestionar "la migración voluntaria" de los gazatíes hacia otros países. De acuerdo con el Ministerio de Defensa israelí, esta entidad se encargaría de supervisar "la transferencia voluntaria" de los habitantes del enclave "alineadas con la ley isrsaelí", algo que las ONGs han denunciado como parte de la "limpieza étnica" cometida por Israel.

En este contexto, para los gazatíes las opciones son muy limitadas: huir o quedarse en un territorio en el que el futuro se apaga y en el que no se atisba por el momento un futuro político encabezado por los palestinos. "A nivel personal, desde el principio de la guerra, tuve algo de dinero durante 4 meses, pero después de ese tiempo me quedé sin nada", señala Latif.

"Hamás es un movimiento que ha agotado a la sociedad palestina"

"Antes de la guerra, yo era acomodado, gracias a Dios. Ahora no hay futuro en este país", lamenta. "Mira el futuro de mi único hijo. Tiene dos años. A largo plazo, aunque haya un acuerdo de tregua, no hay escolarización, ni sanidad, ni educación, que es lo más básico en la vida. Nuestra vida es muy difícil y la sociedad vive en una calamidad en el sentido literal de la palabra".

Desde hace más de un año, este futbolista — al igual que miles de gazatíes — se ha mantenido resiliente a todas las consecuencias de la guerra. Pero, con la reanudación de la guerra, sus esperanzas de encontrar un futuro en la Franja cada vez son menores. "Lo he pensado bien. Nuestro país no es estable a causa de las guerras y estoy pensando en dejarlo atrás por el futuro de mis hijos. También quiero vivir con algo de estabilidad, pero mis medios económicos no me permiten viajar. Nosotros, en nuestro país, sufrimos mucho en todos los aspectos de la vida y de la existencia".

Dentro de la Franja, pensar en opciones políticas diferentes a Hamás — grupo que gobierna el territorio desde el año 2006 — son muy limitadas. Sus habitantes, sin embargo, aseguran que mantener al grupo islamista en el poder es insostenible. "Yo, por mi parte, no quiero a Hamás en el poder", asegura Latif. "Sinceramente, Hamás es un movimiento que ha agotado a la sociedad palestina y las calles de Gaza le están exigiendo que abandone el país".

Precisamente, en las últimas horas centenares de palestinos se han manifestado en el norte de Gaza en contra del grupo islamista. "Fuera, fuera, fuera, Hamás, fuera", han sido algunos de los cánticos que se han escuchado en estas marchas, de acuerdo con los vídeos publicados en redes sociales. "Deberían entregar el Gobierno a la Autoridad Palestina o a cualquier otra organización que trabaje en beneficio del pueblo", opina Latif.

placeholder Palestinos corean consignas contra Hamás en Beit Lahia, en el norte de Gaza. (EFE/Haitham Imad)
Palestinos corean consignas contra Hamás en Beit Lahia, en el norte de Gaza. (EFE/Haitham Imad)

Aprovechando el malestar de la población gazatí contra Hamás, Katz ha animado a los palestinos a seguir manifestándose contra el grupo islamista. "Aprendamos del pueblo de Beit Lahia y exijamos, como ellos, que Hamás abandone Gaza y la liberación inmediata de todos los israelíes secuestrados. Ésta es la única manera de detener la guerra". Un tono que también ha sido empleado por Trump quien ha amenazado con que "ningún miembro de Hamás estará a salvo si no hace lo que le digo".

Para la Administración de Trump, la verdadera víctima del conflicto continúa siendo Israel. Razón por la que han apoyado abiertamente los últimos ataques sobre Gaza, según confirmó su portavoz, Karoline Leavitt. "Como ha dejado claro el presidente Trump, Hamás, los hutíes, Irán, todos aquellos que buscan aterrorizar no solo a Israel, sino también a Estados Unidos, pagarán un precio: se desatará el infierno", justificó.

Foto: Donald Trump en la reunión con Netanyahu en el Despacho Oval. (Reuters/Elizabeth Frantz)

Los planes de Trump en la Franja ya son más que conocidos: convertir el territorio en un resort a gran escala y expulsar a los más de un millón de gazatíes a los países vecinos en un medio o largo plazo. Pero, en realidad, hay muchas opciones para Gaza desde la óptica de Israel y de Estados Unidos. Desde la reocupación, los reasentamientos o la migración forzosa de los palestinos. De hecho, una exclusiva reciente del medio Financial Times apunta a que las Fuerzas de Defensa israelíes ya tendrían un plan para hacerse con la Franja en los que se incluyen todos escenarios.

Según la propuesta, que aún debe ser aprobada por el Gabinete de Seguridad, las FDI movilizarían varias divisiones de combate para invadir y "someter a Hamás", tomar el control de grandes áreas del enclave y forzar a los 2,2 millones de habitantes a trasladarse a una pequeña zona denominada humanitaria a lo largo de la costa mediterránea. De acuerdo con estos funcionarios, citados por el mismo medio, el ejército israelí administraría Gaza, reocupando de facto la Franja. Israel mantuvo el control del enclave durante casi 40 años hasta 2005, tras capturarlo en la guerra de 1967.

"La administración anterior quería que pusiéramos fin a la guerra. Trump quiere que la ganemos", afirmó un tercer funcionario israelí. "Estados Unidos tiene un interés supremo en la derrota de Hamás". Pero, la victoria sobre el grupo islamista implica directamente el desarraigo de millones de civiles palestinos, que, de acuerdo con el plan, quedarían relegados a un área aún más reducida y árida, donde dependerían de la ayuda alimentaria para sobrevivir como ya ocurre en la actualidad.

Para muchos gazatíes, que observan a distancia y sin poder influir de ninguna forma en estos planes, el tiempo para sobrevivir se está agotando. Ghassan Jewad, ginecólogo gazatí, es uno de los habitantes de la Franja que, obligado por las condiciones extremas de la guerra, decidió salir de este territorio rumbo a Egipto. Lleva más de nueve meses en El Cairo, pero, aunque cuenta con un techo y comida, su vida no ha mejorado.

Hartazgo hacia Hamás

"En Gaza ya no quedarán doctores, ni ingenieros, ni ningún tipo de gente cualificada. No permitirán vivir dentro a nadie que esté lo mínimamente cualificado porque temen que puedan convertirse en el próximo líder o en un ídolo del pueblo de Gaza", sostiene en conversaciones a El Confidencial. "Permitirán que la gente abandone Gaza si así lo deciden y dirán que se han ido por sus propios medios y que no han sido trasladados por el ejército israelí. El resto de las personas que se queden serán trabajadores".

Respecto al futuro político de la Franja, Jewad coincide con Alafif en que "Hamás es una organización militar a la que la mayoría de la población de Gaza odia". Afirma que, desde que se hicieron con el poder, "tratan muy mal a la población de Gaza".

"Hamás trabaja para obtener beneficios y no se preocupa por la gente, explica. "Mucha gente de Gaza considera que Hamás es peor que el ejército israelí. Es una organización radical. Creen que no hay nada llamado paz. Solo creen que matando es la única forma de conseguir derechos. Realmente Hamás es la gente más terrible y terrorista".

"He pensado incluso en suicidarme porque ya no me queda ninguna ilusión"

Desesperanzado con cualquier alternativa a Hamás, este médico señala que, fuera del territorio "hay muchos planes para Gaza, pero no sabemos cuál se aprobará. Lo que es seguro es que Israel solo permitirá que se queden los gazatíes que trabajen en proyectos de construcción para Israel. Nos han arrebatado todo", lamenta. "Los países árabes también nos han dejado solos. No nos facilitan la documentación, ni siquiera la condición de refugiado. Pensar en salir a Europa es absurdo porque eso es todavía más complicado. El mundo nos ha abandonado".

"La vida en Gaza es imposible como un ser humano. Viven como animales. Solo se puede dormir y comer y yo en Egipto hago lo mismo porque no se me permite ni ejercer mi profesión como médico", afirma. "He pensado incluso en suicidarme porque ya no me queda ninguna ilusión".

Actualmente, este médico busca poder viajar a Libia para ejercer su profesión, donde asegura que recientemente le han ofrecido un trabajo. Hasta que consiga viajar hasta este país, mantiene su tiempo ocupado con lo que puede para "dejar de pensar en mi condición a causa de la guerra".

El sonido de los drones dificulta la conversación. Al otro lado de la videollamada, Amin Latif (nombre ficticio para preservar su seguridad), ni siquiera se inmuta. Su zumbido se ha convertido en algo que ya forma parte de su rutina. "Es así durante todo el día. No dormimos ni siquiera porque el sonido de los drones siempre están ahí como un ruido que se mete muy dentro de tu oído. No sabemos si son drones de vigilancia o de ataque. Es la guerra psicológica de Israel". En el momento de esta conversación, faltaban tres días para que Israel rompiera de forma unilateral el alto el fuego en Gaza, alcanzado en enero pasado. Sus habitantes, al igual que Latif, esperaban que la tregua temporal fuera el primer paso hacia la paz, pero la primera fase del acuerdo se estaba extendiendo más de lo previsto.

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