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No pienses en Rusia, piensa en Valencia: de qué va realmente el plan de 'preparación' de la UE
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Informe de la Comisión

No pienses en Rusia, piensa en Valencia: de qué va realmente el plan de 'preparación' de la UE

La estrategia de ‘Preparación’ que la Comisión Europea ha presentado este miércoles observa la posibilidad de un ataque militar, pero se centra en incidentes más relacionados con el clima

Foto: Varias personas colaboran en las labores de limpieza en Valencia. (Víctor Fernández/Europa Press)
Varias personas colaboran en las labores de limpieza en Valencia. (Víctor Fernández/Europa Press)
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La Comisión Europea ha publicado este miércoles su estrategia para mejorar el nivel de preparación de la Unión Europea ante catástrofes naturales y otro tipo de imprevistos... incluida la guerra.

En buena parte del continente, la atención se ha centrado en las ideas que la estrategia desarrolla en caso de conflicto militar, que se menciona en varias ocasiones en el documento y que, en el escenario actual de la invasión rusa de Ucrania, está ocupando buena parte de la agenda europea. Sin embargo, y aunque el documento subraya la necesidad de prepararse ante la posibilidad de un “ataque armado” en el futuro, el núcleo no es ese: para cualquier español, la cabeza no debería irse a Rusia, sino a Valencia y la DANA que el pasado octubre dejó 225 muertos y 3 desaparecidos.

El documento sobre la estrategia "no solo es en perspectiva del escenario de una guerra o acciones por la mano del hombre [ciberataques], sino también desastres naturales", explica una fuente comunitaria a El Confidencial. "Pensemos en la tormenta de Irlanda el pasado septiembre, en la que miles de personas se quedaron sin comida ni agua durante varios días; en las inundaciones repentinas de Valencia; en Eslovenia el año pasado...", ejemplifica. Así, la idea de "preparación" se entiende "de manera muy diferente entre Estados miembros", apunta una segunda fuente. La Comisión no estaría intentando "generar alarma", pero sí ser claros con los ciudadanos respecto a riesgos futuros, incluyendo de seguridad. "Se puede leer el informe desde la perspectiva de incendios masivos [como en Portugal], de inundaciones, de guerra, de tsunami... es una estrategia transversal".

Foto: Entrada a una exhibición de búnkeres de la Segunda Guerra Mundial en Berlín. (Reuters/Fabrizio Bensch)

El documento se centra en una idea fundamental: cómo lograr que Europa sea más proactiva y se prepare mejor ante este tipo de desastres y crisis, naturales o fruto de la mano del hombre. Y para ello, hay que mejorar la preparación de los civiles, la coordinación entre administraciones y la cooperación civil-militar.

En el fondo se trata de contar con respuestas claras a muchas de las preguntas que dejaron las inundaciones de Valencia. ¿Quién era responsable de qué?, ¿Qué falló?, ¿Qué podría haberse prevenido? La estrategia presentada por la Comisión es una llamada de atención para reflexionar, sacar conclusiones y mejorar el enfoque para el siguiente desastre. Porque si algo deja claro el Ejecutivo comunitario es que habrá muchas más ocasiones en los próximos años para comprobar si se han aprendido o no las lecciones.

"Europa es el continente que se está calentando más rápido. También ha experimentado con mayor frecuencia desastres naturales devastadores. Los costes humanos, económicos y sociales del cambio climático aumentarán en los años venideros", explica la Comisión.

Foto: Personas esperan en una playa a ser evacuadas en barcos durante un incendio forestal en Nea Anchialos, cerca de Volos. (EFE/Ikonomou Vassilis)

Uno de los principales objetivos es concienciar a los ciudadanos comunitarios de que es necesario contar con una cierta autosuficiencia en el corto plazo. Como ya se vio en Valencia, en ocasiones al Estado le cuesta días poder acceder a poblaciones aisladas en caso de desastre. En escenarios como este, Bruselas asegura que apoyará a los Estados miembros para que establezcan "la autosuficiencia de la población durante al menos 72 horas".

Independientes durante tres días

El documento explica que “en caso de perturbaciones extremas, es posible que las autoridades públicas no puedan cubrir las necesidades básicas de todos en el periodo inicial de una crisis”. “Las personas y los hogares deben poder mantenerse de forma independiente durante los tres primeros días, garantizando el acceso a necesidades esenciales como agua, alimentos, medicamentos y servicios básicos antes de que llegue la ayuda exterior”, subraya el documento. En el caso de la DANA de Valencia, varios días después de las inundaciones, 78.000 vecinos seguían sin acceso a electricidad y unos 366.000 habitantes de un buen número de localidades seguían sin suministro de agua potable.

Para preparar mejor el terreno, la Comisión Europea ha señalado que “elaborará directrices sobre el almacenamiento de suministros esenciales, la planificación de crisis y las medidas de protección de personas, animales y bienes en caso de crisis, y colaborará con los Estados miembros y la sociedad civil para garantizar su difusión”, sin establecer ahora mismo ningún ‘kit’ básico necesario.

Foto: Cartel de Putin en un castillo frente al río Narva, en Estonia. (Reuters/Janis Laizans)

Bruselas también pone el énfasis en la cooperación entre las autoridades civiles y el Ejército, una colaboración que, como mostró la DANA de Valencia, en muchas ocasiones es central. “En la mayoría de los escenarios de crisis, las autoridades civiles nacionales tienen la responsabilidad principal. En un número creciente de escenarios (por ejemplo, emergencias sanitarias, fenómenos meteorológicos extremos, amenazas híbridas, incluidas las amenazas a infraestructuras críticas y sabotaje, ciberataques), las autoridades civiles necesitan apoyo militar”, explica la institución europea.

La Comisión Europea también subraya la necesidad de mejorar los servicios de avisos a los ciudadanos. “El Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus y el Servicio de Alerta de Emergencias por Satélite (EWSS) de Galileo permitirán a las autoridades nacionales de protección civil acceder a tiempo a la información de alerta temprana obtenida desde el espacio para difundir directamente mensajes de alerta a la población”, subraya el Ejecutivo comunitario.

Una buena preparación de la sociedad civil sirve tanto para incidentes meteorológicos como ataques híbridos, que son las opciones más probables en el corto plazo, como para casos de agresión militar.

El riesgo de una guerra

La posibilidad de una guerra está presente en el documento, mencionándose en tres ocasiones de manera directa. El lenguaje está cuidadosamente elegido. En distintas ocasiones, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha hablado de que, si bien la guerra no es “inminente”, no es “imposible”. Tanto en el seno de la Unión Europea como de la OTAN lo que se considera una opción más realista no es tanto una guerra total, sino que Rusia pueda probar con algún tipo de acción cuál es la capacidad europea de respuesta ante el riesgo de una agresión.

Son cosas distintas. Existe la preocupación extendida en muchas capitales europeas de que el Kremlin pueda “comprobar” hasta qué punto los socios de la OTAN están comprometidos con el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, la cláusula de defensa colectiva de la Alianza. Es una idea que ya ha expresado Bruno Kahl, el jefe de la inteligencia alemana.

Foto: Soldados ucranianos en la frontera con Bielorrusia. (Reuters/Gleb Garanich)

Ese ‘test de estrés’ inducido por Moscú no tiene necesariamente que tener la forma de una guerra a gran escala, sino que podría ser un conflicto regional, centrado en cuestiones relacionadas con minorías lingüísticas, como ocurre en Estonia. Este es el mensaje enviado también por los servicios de inteligencia de Dinamarca, que consideran que si Rusia detecta una falta de compromiso americano con la OTAN el Kremlin podría intentar utilizar “fuerza militar” contra algún país europeo a finales de la década.

La idea de la “estrategia de preparación” es que se adapta a todo tipo de acontecimientos inesperados, no solamente a una acción militar y, de hecho, especialmente para acontecimientos que no tienen que ver con la cuestión militar. “En estos meses en los que hemos estado trabajando en esta estrategia hemos hablado mucho con los Estados miembros, hay muchas diferencias tanto en cuanto a preparación como en los tipos de riesgos” a los que se enfrentan porque “tiene que ver con la exposición a las crisis”. Hay países que ya tienen mucho trabajo hecho en el ámbito de la preparación, como por ejemplo Suecia, que tiene un “manual de supervivencia” en caso de guerra desde el año 2018.

La Comisión Europea ha publicado este miércoles su estrategia para mejorar el nivel de preparación de la Unión Europea ante catástrofes naturales y otro tipo de imprevistos... incluida la guerra.

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