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El hombre que susurra a Zelenski: "La guerra es un instrumento primitivo. Putin es la prueba"
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ENTREVISTA A Mykhailo Podolyak

El hombre que susurra a Zelenski: "La guerra es un instrumento primitivo. Putin es la prueba"

Podolyak, asesor del presidente ucraniano, afirma que Rusia aún no está preparada para alcanzar un acuerdo de paz. La Administración Trump y el equipo ruso vuelven a sentarse hoy en la mesa de negociaciones en Arabia Saudí

Foto: Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano. (Fermín Torrano)
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano. (Fermín Torrano)
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A dos, a tres o a cuatro bandas. Todo el mundo habla de negociaciones y de poner fin a la guerra en Ucrania, aunque nadie parece saber cómo. Washington y Moscú vuelven a sentarse hoy en la mesa de Arabia Saudí (el equipo de EEUU se reunió con el ucraniano el domingo) tras acordar, la semana pasada, un alto al fuego de 30 días en los ataques a infraestructuras energéticas.

Pegado a su teléfono, Mykhailo Podolyak (Leópolis, 1972), atiende a El Confidencial. Es uno de los principales asesores del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. El encargado de esculpir la estrategia ucraniana e instruir con el mensaje de la Oficina del Presidente a los altos cargos del país.

Enérgico, con cara juvenil y en sudadera, Podolyak consulta notificaciones entre respuesta y respuesta. Periodista en una vida pasada, vivió más de una década en Bielorrusia, antes de ser expulsado en 2004 por el servicio secreto del país, acusado de desestabilizar el Estado con sus artículos críticos hacia el régimen de Aleksandr Lukashenko. Regresó allí en las primeras semanas de la invasión a gran escala, esta vez como principal negociador de Kiev ante los emisarios del Kremlin.

De pie, y con su asistente golpeando el reloj con el dedo bajo el marco de la puerta, Mykhailo Podolyak se gira para responder si Kiev guarda alguna sorpresa para este 2025: "Terminar la guerra", contesta. Pero mejor empecemos por el principio.

"Moscú se siente dominante, por suerte, Europa empieza a despertar. Hace falta un poco más de tiempo, pero va en la dirección correcta"

PREGUNTA. Usted dijo en 2022 que negociar con Rusia era jugar a la ruleta rusa con el arma cargada. ¿Qué ha cambiado para que Kiev esté dispuesto a sentarse en la mesa?

RESPUESTA. Si no tienes las herramientas adecuadas para presionar a Rusia, no tiene sentido negociar. Ellos siempre quieren más. Te arrinconan. En cuanto llegas a un acuerdo, suben la apuesta. Esa es la principal regla que hay que entender al negociar con Rusia: si aceptas algo hoy, mañana el precio será más alto. Puedes enfrentarte a ellos, sí, pero solo desde una posición de fuerza. Si pides algo, te percibirá débil. Y a los débiles, según su lógica, hay que someterlos. Por desgracia, ya sabemos de antemano qué van a decir y cómo van a justificarlo. Sin embargo, todos aceptan participar en el espectáculo. Esto demuestra que [muchos países] no están preparados para un diálogo real con Rusia. Un diálogo auténtico solo puede venir desde la confianza, la fuerza y la comprensión de que el derecho internacional no es algo que pueda romperse para contentar al Kremlin.

P. Entonces, ¿diría que no se trata de una negociación real?

R. Putin ha dicho de forma casi explícita que no quiere ningún alto el fuego. Incluso uno parcial le resulta inaceptable. A Putin le interesa que la guerra continúe, busca ganar tiempo. Las contrainiciativas que ofreció tan solo demuestran que no está preparado para poner fin a la invasión porque no son realistas. Ahora bien, quiero subrayar que la fórmula propuesta por EEUU de alto al fuego estratégico de 30 días nos resulta bastante interesante.

"EEUU es un socio fiable, solo tenemos que discutir nuestros malentendidos"

P. Mucha gente se pregunta a quién beneficia más este acuerdo

R. Fue Rusia la que propuso no atacar la infraestructura energética, pero lo importante es entender que Moscú seguirá destruyéndola porque el componente terrorista de esta guerra es esencial. Lo hacen cada noche. Hoy han sido 150 drones; ayer, 250; anteayer, 300. Y también misiles. Utilizan estos ataques como instrumento de presión psicológica sobre toda la población, y como herramienta para presionar a las sociedades europeas, para que no olvidemos sus condiciones. Ucrania ya ha anunciado que está lista para cumplir con la iniciativa estadounidense. Si fuera necesario, podríamos detener mañana mismo los ataques en toda la línea del frente. Solo queda resolver quién supervisaría el cumplimiento de las condiciones. El siguiente paso es que Rusia acepte. Pero el lunes pasado, dejaron claro que no lo harán. En el comunicado posterior a la llamada, Putin anunció exigencias que no habían sido acordadas, como la suspensión del envío de armas e inteligencia a Ucrania. Es decir, su único objetivo en este proceso es debilitar a Ucrania, rearmarse y seguir atacando. Rusia no está lista.

Y siempre negocia igual: empieza con ciertas exigencias. Luego esas exigencias crecen. Y crecen. Más tarde, te tratan bien, incluso con cortesía. Pero hoy, por ejemplo, vemos un desprecio abierto hacia Europa. Un desprecio sin disimulo. En la mesa de negociaciones, dicen hablar solo con nosotros y con Estados Unidos. ¿Y Europa? Esto demuestra que Moscú se siente dominante, y que no la considera un actor con voz propia. Por suerte, Europa empieza a despertar. Hace falta un poco más de tiempo, pero va en la dirección correcta. Si algún día quieren negociar de verdad con Rusia, hay algo que deben grabarse a fuego: solo se puede hacer desde una posición de fuerza. Ahora, debemos esperar a Estados Unidos para entender qué nos depara el futuro a corto plazo.

P. Donald Trump restableció la ayuda militar, pero al mismo tiempo frenó la financiación para probar la deportación ilegal de niños, entre otros proyectos. Ustedes insisten que es un socio, ¿pero es uno fiable?

R. Sí, entiendo que tienen una política más dominante y agresiva, pero Estados Unidos sigue siendo un socio fiable de Ucrania y de Europa. Tan solo tenemos que discutir nuestras diferencias y malentendidos. ¿Por qué? Porque nuestros intereses están sincronizados. Nosotros estamos en una guerra abierta contra Rusia. Europa tiene un interés absoluto en eliminar los riesgos que esta genera. Y Estados Unidos es el enemigo natural de Rusia. Por lo tanto, nunca llegarán a un verdadero entendimiento, aunque puedan tener coincidencias puntuales. La Casa Blanca tiene esta idea de “reiniciar” las relaciones. Pero es imposible. Son rivales en cuanto a los objetivos que persiguen. Rusia necesita que domine la lógica de la violencia: que el más fuerte tenga derecho a imponer su voluntad. En Occidente lo importante es existir dentro de un marco de reglas. Reglas que pueden discutirse. Pero para Rusia no debe haber reglas en absoluto. Y por eso considero que Estados Unidos es un socio fiable, a pesar de los acontecimientos que vemos en las últimas semanas.

placeholder Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano. (Fermín Torrano)
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano. (Fermín Torrano)

P. La llamada entre Trump y Putin tuvo lugar el 18 de marzo, el mismo día en que Rusia se anexionó ilegalmente Crimea. Y, según filtraciones a la prensa estadounidense, la Casa Blanca podría estar considerando reconocer la península como territorio ruso.

R. Todos los territorios, también los ocupados, son legalmente ucranianos. Nadie reconocerá esa ocupación, porque hacerlo significaría que, en cualquier parte del mundo, otras regiones podrían ser conquistadas. Sería el fin del orden internacional tal como lo conocemos. En la práctica, Rusia controla parte de ellos, pero esto es un fenómeno temporal. Rusia no mantendrá el control sobre esos territorios y existen diferentes herramientas para lograrlo. Si contáramos con más capacidades militares, podríamos hacerlo. En cualquier caso, no será por esa vía. Luego hay una segunda cuestión. No entiendo muy bien qué se pretende ofreciendo incentivos a Rusia. ¿Quieren conseguir la paz? Rusia es un país que solo puede existir en estado de guerra. Si la estimulas con concesiones, seguirá expandiéndose hacia Europa, aumentando las amenazas sobre el continente. La libertad está en juego.

P. Usted participó en las negociaciones desde 2022 y está en contacto con diferentes aliados. ¿Cree que los líderes europeos tienen tan clara la respuesta que acaba usted de dar?

R. Europa no lo entendió en 2014, con Crimea y el Donbás. Tampoco en 2008, con la guerra de Georgia. Pensó que la cesión de territorio detendría a Putin. Todos recordamos esa lógica aplicada por Merkel y Sarkozy. ¿Y qué obtuvimos a cambio? Una escalada del conflicto. Hoy Europa lo entiende mucho mejor. Está dispuesta a construir garantías de seguridad. Y proteger el espacio aéreo sobre Ucrania sería una muy importante, también la seguridad europea. Y, ¿qué pasa con Rusia? Si se le impide avanzar, se la considera una potencia contenida. Pero si se le entrega algo, lo interpretará como una señal para modernizar su ejército, aumentar la producción de armamento y seguir invadiendo. Por eso tenemos que seguir trabajando para que esta guerra termine de forma justa. Y eso implica, necesariamente, que haya un castigo para Rusia.

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Mykhailo Podolyak ha defendido en los últimos meses los ataques contra depósitos y refinerías de petróleo como una forma de golpear la economía rusa, aunque reconoce que deberían multiplicarse entre cinco y diez veces para lograr el efecto deseado.

"Trump es proactivo, tiene enfoques que a veces no funcionan e intenta corregir. Hay una cierta lógica. Putin es profundamente irracional"

Las sanciones, asegura, funcionan, pero no al ritmo necesario para doblegar al Kremlin. Y aunque Trump, Putin y Zelenski acordaron detener los ataques a estas y otras infraestructuras críticas, la misma noche en que se firmó el acuerdo, Rusia dejó sin luz la ciudad de Sloviansk y golpeó el sistema ferroviario ucraniano. Kiev respondió atacando con drones un depósito de petróleo en Krasnodar, que, cinco días después, sigue ardiendo.

Probablemente, el cumplimiento del alto el fuego será uno de los temas que las delegaciones estadounidense y ucraniana abordaron el domingo (y, con la rusa, el lunes) en Arabia Saudí. Andriy Yermak, jefe de la Oficina del Presidente, es ahora quien dirige las negociaciones por parte de Ucrania, en las que también participan los ministros de Exteriores y de Defensa. Exproductor de cine y amigo personal de Zelenski, muchos en Kiev lo ven como el verdadero poder en la sombra.

P. ¿Le veremos a usted en Arabia Saudí?

R. Actualmente hay dos mesas. Rusia-Estados Unidos y Estados Unidos-Ucrania. Son paralelas. La negociación entre Rusia y Ucrania no existe. Si el presidente quiere, quizás entonces yo entraría ahí.

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Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano. (Fermín Torrano)

P. Usted participó en las de Bielorrusia, a los pocos días de comenzar la invasión. ¿Qué recuerda de entonces?

R. No hubo errores, porque sabíamos perfectamente con quién estábamos tratando. Lo difícil era enfrentarse a personas que, en primer lugar, no estaban preparadas para un proceso de negociación; en segundo lugar, eran totalmente incapaces de evaluar la situación real; y, en tercer lugar, despreciaban al resto y se creían con el derecho a imponer sus condiciones. En aquel momento, Rusia ya había decidido entrar en conflicto y buscaba la humillación de Ucrania, también en la mesa de negociación. ¿Podía lograrlo? No. Porque teníamos muy claro que hablábamos con actores no autorizados, con personas que no se comportan como seres humanos a la hora de tomar decisiones.

P. Ha escrito varias veces que Putin es un libro abierto para Ucrania. ¿Y Donald Trump?

R. No. Son personas completamente distintas. Trump es proactivo, tiene enfoques que a veces funcionan y otras no e intenta corregir el rumbo sobre la marcha. Pero hay una cierta lógica detrás de sus decisiones. El pensamiento de Putin, en cambio, es profundamente irracional. Está convencido de que tiene derecho a destruir un país simplemente porque alguna vez formó parte de la Unión Soviética. Si fuera inteligente, habría ganado la partida de ajedrez sin necesidad de una guerra. Porque la guerra es el instrumento de los primitivos. Y Putin es la prueba. Controla un recurso enorme: 140 millones de personas que puede tomar y enviar al frente, como ya hemos visto. Pero no lo hace con agudeza. Cuanto más débil es la mente, más agresiva se vuelve, y más arcaicos serán sus métodos. En resumen, enviará más hombres a morir. La guerra es la herramienta de los débiles, de los primitivos. Putin lo es. Trump, no.

P. En los últimos días hemos visto la retirada casi total del ejército ucraniano en Kursk. Para muchos, la mejor carta de Kiev en una futura mesa de negociación. En la segunda semana de incursión usted defendió la utilidad política. ¿Sigue pensando lo mismo?

R. Han pasado más de siete meses y, desde un punto de vista político, todo entra dentro de lo previsto. Se ha implementado por completo lo que estaba planeado. Pero la verdadera cuestión es otra: estamos es una guerra que no se detiene, con una escasez constante de recursos, mientras Rusia acumulaba efectivos con una proporción de uno a diez, e incluso de uno a quince. La realidad objetiva es que se trata de territorio ruso, y si enfrentas una situación de inferioridad, simplemente no puedes controlar el terreno. ¿El problema? Que la escasez de recursos no desaparece. Y, por desgracia, eso no va a cambiar. Si esto se limitara a la política, sería distinto. Y no hablo solo de la región de Kursk.

A dos, a tres o a cuatro bandas. Todo el mundo habla de negociaciones y de poner fin a la guerra en Ucrania, aunque nadie parece saber cómo. Washington y Moscú vuelven a sentarse hoy en la mesa de Arabia Saudí (el equipo de EEUU se reunió con el ucraniano el domingo) tras acordar, la semana pasada, un alto al fuego de 30 días en los ataques a infraestructuras energéticas.

Conflicto de Ucrania Estados Unidos (EEUU)
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