¿Cómo será Europa en cinco años? Un posible Telón de Acero, desde el Ártico hasta el Mar Negro
Europa quiere reinventarse, pero cada país a su manera. Lo que nos espera: más compra de armas y gas licuado
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Faec%2F6e8%2F2a2%2Faec6e82a2cda1e4f2df5c6292e47fed2.jpg)
"Miren, seamos honestos, la Unión Europea se formó para joder a Estados Unidos”, dijo Donald Trump a un grupo de periodistas el 26 de febrero. “Ese es el propósito y lo han hecho bien. Pero ahora soy presidente”, añadió. Las acciones y declaraciones del presidente de Estados Unidos han tensado el equilibrio de la alianza de la OTAN y han provocado tensiones entre los estados miembros de la UE. ¿Puede el magnate romper la alianza transatlántica o solo está fanfarroneando?
Para Heinz Gärtner, politólogo austriaco y experto en política exterior estadounidense y seguridad internacional, “la alianza transatlántica no se acabará”. El experto subraya que los Estados Unidos de Trump no abandonarán la OTAN “porque, a través de ella, tienen una influencia considerable sobre los estados miembros europeos”. Y recuerda que todos los presidentes estadounidenses han exigido más contribuciones a los miembros europeos de la alianza. “Lo que Trump ha hecho es visibilizar las relaciones de dependencia dentro de la alianza transatlántica”, apunta.
Gärtner recuerda que el expresidente Joe Biden también subrayó el papel de liderazgo estadounidense, “pero, a diferencia del estilo de Trump, los europeos solían ser informados de antemano de las intenciones de EEUU”. Incluso, antes de la retirada de Afganistán —“preparada por el presidente republicano y llevada a cabo por el presidente Biden”, matiza—, los aliados europeos de la OTAN no fueron consultados.
De hecho, durante el primer mandato de Trump, “los europeos apoyaron todas las decisiones importantes de política exterior”, recuerda, incluida la política sobre Corea del Norte “y la cena de hamburguesas con Kim”; el “acuerdo del siglo” del yerno del mandatario y la cancelación del acuerdo nuclear con Irán. “Hasta los aranceles fueron tolerados”, añade. Los europeos tampoco aprovecharon las negociaciones de Estambul de marzo de 2022, que preveían la retirada de las tropas rusas y la renuncia de Ucrania a la OTAN, que “habrían sido mucho más favorables para Ucrania”. El viejo continente tiene una nueva oportunidad. Y, en este contexto de rearme ideológico y literal, muchos se hacen la pregunta: ¿cómo será Europa en cinco años?
Escenario 1. Un nuevo telón de acero
El politólogo austriaco Heinz Gärtner dice que la historia ha demostrado que “las zonas de influencia se crean allí donde se encuentran los ejércitos”. Recuerda que ya se está creando un Telón de Acero moderno con una valla inteligente electrónica en la frontera entre Finlandia y Rusia. Finlandia es el país de la UE que comparte una mayor frontera con Rusia. Empezó a construir una valla de 200 km en 2023 y su gobierno espera finalizarla para 2027 o 2028. El objetivo inicial era frenar la inmigración tanto de fuera de Europa como de rusos que huían del alistamiento en el ejército.
En la actualidad, se preparan para otras posibilidades: “Debemos estar listos y preparados para prevenir y responder a las crisis, los conflictos e incluso a los escenarios más graves, como la guerra”, enunció la ministra del Interior de Finlandia, Mari Rantanen, en una reunión con el ministro de preparación y resiliencia de Dinamarca, Torsten Schack en Helsinki el 4 de marzo. Ya se están instalando nuevos sistemas de armamento a ambos lados de la frontera. Para Gärtner, un posible escenario es “la creación de un nuevo Telón de Acero desde el Ártico hasta el Mar Negro, que atravesaría Ucrania”. El resultado sería el rearme de los países y “una intensificación del dilema de seguridad”, que implica que cuando más refuerza un estado su propia seguridad, más se alimenta la inseguridad y temores del resto de estados.
Lamentablemente, “creo que los europeos tienen claro que no vamos a volver al statu quo anterior”, afirma, en entrevista con El Confidencial, Lisa Musiol, jefa del programa de la UE del International Crisis Group. Musiol dice que se ha producido un cambio fundamental en la forma “en que los europeos entienden la amenaza a la seguridad que proviene de Rusia” y “también reconocen, o están empezando a reconocer, que Estados Unidos no es un socio tan fiable como hubieran deseado”, añade. “Y creo que estos cambios se mantendrán”, continúa.
Europa vive un cambio radical en su política de defensa. El ejemplo más evidente es Alemania, que se prepara para un rearme sin precedentes. El que está a punto de convertirse en nuevo canciller, Friedrich Merz, de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), ha propuesto modificar las estrictas reglas de deuda que limitan el superávit de gasto para ampliar el gasto en defensa. Su objetivo es crear un fondo de 500 mil millones de euros. Para ello, una disposición eximiría del control de la deuda el gasto en defensa superior al 1% del PIB.
Otra alternativa podría ser un mecanismo de gasto a nivel europeo o un fondo especial adicional para la Bundeswehr. También es significativo el momento en que Alemania y Europa se rearman. No lo han hecho durante los más de tres años de guerra en Ucrania, sino ahora, empujados por la grandilocuencia de la nueva administración de EEUU.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Faf7%2Fad1%2F0af%2Faf7ad10af507590db11c9f77ce0ea3b9.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Faf7%2Fad1%2F0af%2Faf7ad10af507590db11c9f77ce0ea3b9.jpg)
Escenario 2. El contramodelo, para evitar el dilema de seguridad
“Ambas partes en el continente europeo, Rusia, por un lado, y los europeos y Ucrania por otro, desconfiamos mutuamente y nos vemos como una amenaza”, admite Mosiul. Un informe de Crisis Group de enero, sobre el Futuro de la Seguridad de Europa, analizó las diferentes percepciones de las amenazas y “observamos que ambas partes están aumentando sus capacidades de defensa y disuasión”, explica Mosiul. Dice que, como organización de prevención de conflictos, “sabemos que esto conlleva riesgos”. Por lo que “este orden de seguridad europeo basado en la disuasión tendrá que gestionarse con mucho cuidado porque es bastante peligroso y esto supondría más esfuerzos en el frente diplomático”.
Para Gärtner existe un contramodelo al dilema de seguridad. Se refiere al período posterior a la guerra de Rusia, donde sería necesaria “una gran conferencia internacional”, sugiere. Dice que se trataría de “crear un sistema de seguridad común en el que la seguridad se considere indivisible”. Pero un proceso de este tipo, añade, “no sería posible sin la participación del Sur global”. En última instancia, para el politólogo austriaco, “las garantías políticas son más efectivas que las militares”, añade.
Escenario 3. ¿Y si todo esto se alarga?
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbfd%2F9ec%2Fbb0%2Fbfd9ecbb0b3e54bcc762954f1d7ab266.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbfd%2F9ec%2Fbb0%2Fbfd9ecbb0b3e54bcc762954f1d7ab266.jpg)
Para Musiol, “este momento es muy decisivo”. Dice que “lo que está sucediendo ahora, en las próximas semanas y meses, va a ser crucial no solo para la seguridad de Ucrania, sino también para la seguridad europea y la forma que tomará”. Dice que, aunque Trump presiona por un acuerdo rápido, la predicción de Crisis Group, es que “las negociaciones probablemente se prolongarán”. Podría haber más conversaciones entre EE.UU. y Rusia; incluso otras más amplias con ucranianos y europeos. Musiol también cree que Trump se dará cuenta “de que Putin no está realmente interesado en un acuerdo”, por lo que “el escenario más probable es que esto se alargue”, afirma.
Escenario 4. Una espiral de unilaterlismo
La nueva administración de EEUU también ha provocado tensiones dentro de la propia UE, reavivando la vieja rivalidad entre Meloni y Macron. “Me gustaría saber en qué calidad fuiste a Washington”, le preguntó la primera ministra italiana al presidente francés durante la reunión entre los líderes europeos. Una semana antes, Meloni había asistido a la convención conservadora MAGA en Washington. Meloni también ha sido cuestionada por un acuerdo secreto entre SpaceX de Eleon Musk y el gobierno italiano en enero.
Dentro de los gobiernos, también empiezan a aflorar discrepancias, pese a que los líderes de los 27 avalaron por unanimidad la propuesta de Von der Leyen de movilizar 800.000 millones de euros en defensa en cuatro años. En los Países Bajos, este martes, el parlamento neerlandés votó en contra del plan multimillonario de rearme. En París, a la izquierda de Macron, la Francia Insumisa no quiere ni oír hablar de rearme: “La guerra solo puede ser un desastre ecológico irreversible”, ha escrito Jean-Luc Mélenchon en su blog. Y a la derecha de Macron, para Le Pen, “Rusia no es el principal peligro que enfrenta Francia”, sino “el fundamentalismo islámico”, ha declarado. En España, los socios de Sánchez también rechazan el rearme.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8f4%2F312%2F814%2F8f431281448156be3f533a0f4e92ef4c.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8f4%2F312%2F814%2F8f431281448156be3f533a0f4e92ef4c.jpg)
En un corto plazo, en el centro de Europa, dos elecciones pueden ser decisivas. En Polonia, donde se votan las presidenciales el 18 de mayo, el tono contra Rusia se endurece. El actual presidente, Andrzej Duda, ha instado a EEUU a transferir armas nucleares a su territorio: “Las fronteras de la OTAN se trasladaron al este en 1999, por lo que, 26 años después, también debería haber un desplazamiento de su infraestructura hacia el este”, expuso en una entrevista con Financial Times. Mientras, el candidato del PiS, Karol Nawrocki, pidió que se corten lazos diplomáticos con Moscú.
En República Checa, el actual bloque gobernante de la coalición de centroderecha es proeuropeo, pero su principal partido, el thatcherista ODS, se opone a una mayor integración. La fuerza dominante en la oposición, la formación populista del oligarca Andrej Babiš, llamada ANO, que los sondeos dan como vencedora de las elecciones de octubre, se opone al rearme, pero podría seguir la corriente principal de la UE si hay dinero de por medio.
En Alemania, algunos vislumbran en este rearme una oportunidad económica. Los gigantes alemanes de defensa se esfuerzan por aumentar su capacidad de producción ante la llegada de importantes nuevos pedidos de tanques, vehículos blindados, instalaciones de radar y misiles de defensa aérea. Han encontrado capacidad y trabajadores en el debilitado sector automovilístico. Rheinmetall acaba de anunciar que reutilizaría varias plantas de componentes de automóviles para producir equipos de defensa. El histórico plan depende del apoyo de los partidos, entre ellos, de Los Verdes, que en un principio, llegaron a un acuerdo el viernes.
Frente a la tentación del unilateralismo, el búlgaro Ruslan Stefanov, director de programas del think tank Centro para el Estudio de la Democracia en Bulgaria y coautor de The Kremlin Handbook, lanza una advertencia, parafraseando a Kissinger: “Pobre Alemania, demasiado grande para Europa, demasiado pequeña para el mundo”. Dice que “la Unión Europea debe darse cuenta de que solo su poder económico agregado tiene importancia global”. Y expone que “el ataque a Ucrania ha llevado a una mayor federalización de Europa en el marco de un diálogo continuo, a veces muy agresivo, en los parlamentos nacionales y europeos”.
El orden que surgió después de la Segunda Guerra Mundial no siempre estuvo a la altura, pero ha garantizado ciertos pilares de convivencia. Ahora los cimientos se tambalean. El presidente italiano Sergio Mattarella, en un discurso en la Universidad de Marsella, esbozó un paralelismo con la crisis económica de los años 1920 y 1930, que “alimentó una espiral de proteccionismo, unilateralismo y erosión progresiva de las alianzas". Como resultado, se favorecieron “fenómenos de carácter autoritario” con la creencia de que eran más eficaces para proteger los intereses nacionales.
Escenario 5. Crece la extrema derecha, una bomba desde dentro
Para algunos analistas, la administración Trump con su apoyo a los partidos de extrema derecha como el AfD de Alemania, ponen de manifiesto el plan global de Trump, similar al Kremlin desde mediados de la década de 2010, que sería desmantelar Europa desde dentro, volviéndola irrelevante frente al nuevo orden global, que ahora parece tomar el mando. Para Heinz Gärtner, las fuerzas de extrema derecha en Europa ven en Trump un aliado, “sobre todo en materia de política antimigratoria”. Y esto puede suponer que muchos países europeos “busquen la buena voluntad del presidente estadounidense, aumenten el gasto en defensa y compren más armamento y gas licuado estadounidenses”.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe5a%2F6ef%2F0a3%2Fe5a6ef0a3a4136a524965904cbb6775c.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe5a%2F6ef%2F0a3%2Fe5a6ef0a3a4136a524965904cbb6775c.jpg)
Escenario 6. La carta rusa de Kissinger
Si Trump juega la carta de Rusia contra China, acercándose a Putin, ¿la UE jugará la carta de China contra Trump? Gärtner explica que lo que está intentando hacer Trump “es separar a Rusia de China”. Dice que de manera similar al presidente Nixon y su secretario de Estado Kissinger querían separar a China de la Unión Soviética con su visita a China en 1972. Gärtner explica que “Trump sabe que Rusia ya ha perdido su posición como superpotencia global –aparte de las armas nucleares—” y “a nivel mundial, se ha convertido en el socio menor de China”.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F98f%2Fc34%2F8f4%2F98fc348f4069afea8cd71057937fd49d.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F98f%2Fc34%2F8f4%2F98fc348f4069afea8cd71057937fd49d.jpg)
Rusia no pudo evitar la caída de su aliado más importante, Al-Assad en Siria, debido a su involucración militar en Ucrania y, otro aliado, Irán, ha perdido relevancia. Gärtner cree que el acercamiento entre Trump y Putin no cambiará esto y “los líderes europeos se pondrán del lado de los EE.UU. en el conflicto contra China”, pese a que casi dos tercios de los ciudadanos de la UE creen que Europa debería permanecer neutral en un conflicto de este tipo”, añade.
Mientras, en un escenario distópico, los protagonistas discuten sobre quién se quedará el Ártico mientras el Ártico se derrite. Atrás quedan las ovaciones a Macron de visita oficial a Estados Unidos en 2018, en una intervención en la que pidió proteger los océanos y reducir las emisiones: “Seamos realistas, no existe el planeta B”, expuso.
"Miren, seamos honestos, la Unión Europea se formó para joder a Estados Unidos”, dijo Donald Trump a un grupo de periodistas el 26 de febrero. “Ese es el propósito y lo han hecho bien. Pero ahora soy presidente”, añadió. Las acciones y declaraciones del presidente de Estados Unidos han tensado el equilibrio de la alianza de la OTAN y han provocado tensiones entre los estados miembros de la UE. ¿Puede el magnate romper la alianza transatlántica o solo está fanfarroneando?