Rusia se impone en Kursk y demuestra no tener prisa por un alto al fuego en Ucrania
La presunta retirada de las tropas ucranianas de Kursk puede retrasar una respuesta de Rusia al acuerdo de alto al fuego por los avances que han conseguido en este frente
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Hace solamente unos días, Vladímir Putin homenajeaba a las madres y viudas de los soldados rusos que han muerto en la guerra de Ucrania. Entre las lágrimas de las mujeres, el presidente ruso dijo que Moscú “nunca cederá”. El acuerdo de alto al fuego pactado entre Estados Unidos y Ucrania pone en peligro esta promesa.
El Kremlin no ha abierto la puerta todavía a aceptar el pacto de alto al fuego inmediato durante 30 días que proponen Washington y Kiev. De hecho, sus útimas acciones demuestran todo lo contrario. Tan solo un día después de que las delegaciones estadounidenses y ucranianas anunciaran este plan, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se ha desplazado hasta un centro de mando en el frente de la región rusa de Kursk. Vestido de uniforme, un atuendo poco usual en él, ha ordenado "aplastar" a las fuerzas ucranianas que aun queden en la región.
"Confío en que todas las misiones que tienen por delante nuestras unidades de combate se completen incondicionalmente y que el territorio de la región de Kursk quede completamente liberado del enemigo en un futuro próximo", sentenció.
Ante este escenario, algunos funcionarios de Moscú ven con escepticismo que Rusia apruebe ese alto al fuego temporal, sobre todo después de los avances de las tropas del Kremlin en Kursk. Ucrania tomó en el mes de agosto del año pasado más de 1.000 kilómetros cuadrados de este territorio, pero ahora apenas controla 200. Kiev por el momento no ha confirmado el repliegue de sus tropas, pero el cese de Dmitró Krasílnikov, el alto mando militar que estaba a cargo de la operación militar en la región fronteriza, no augura buenas noticias en este frente.
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EEUU "comprometido" con el plan
Todos estos últimos movimientos han ocurrido en tan solo horas. En la misma tarde del miércoles, la Casa Blanca informó que el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos Mike Waltz, habló por teléfono con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú. La portavoz de la Casa Blanca aseguró que en esta llamada EEUU se mantuvo "comprometido" con su plan de paz e instó a los rusos a adherirse. "Esto es lo más cerca que hemos estado de la paz en esta guerra. Estamos en la línea de las 10 yardas y el presidente (Trump) espera que los rusos nos ayuden a llevar esto a la zona de anotación".
A la espera de más detalles sobre la respuesta de Rusia en estas negociaciones, el portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, se ha limitado a señalar que esperaba información precisa sobre dichas conversaciones por parte del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.El próximo paso sería una visita de Steve Witkoff, aliado de Trump, a Moscú. De acuerdo con la Casa Blanca, Wiktoff se reunirá con las autoridades rusas este mismo jueves para presentar formalmente a Rusia el plan de alto el fuego. A finales de esta semana se prevé que pueda reunirse con Putin, pero este encuentro aun no ha sido confirmado.
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El presidente de Estados Unidos confirmó que "tiene gente yendo a Rusia en este momento" y agregó que "ahora depende de Rusia". Sin embargo, subrayó que han recibido mensajes “positivos” sobre el alto al fuego. “Todos esperamos con interés la respuesta rusa y les instamos encarecidamente a que consideren el fin de todas las hostilidades. Si se niegan, obviamente tendremos que examinarlo todo y, en cierto modo, determinar nuestra postura y cuáles son sus verdaderas intenciones”, dijo por su parte Marco Rubio después de su visita a Arabia Saudí.
Pero todo puede cambiar. Por el momento, los rápidos avances de Rusia en esta región vaticinan un proceso más lento de lo que EEUU y Ucrania esperan para conseguir una respuesta de Rusia. “Estamos avanzando. Cualquier acuerdo debe ser en nuestros términos, no en los estadounidenses. Washington también debería entender esto”, escribió el senador ruso Konstantin Kosachev en Telegram. “La victoria será nuestra”, añadió.
Vladímir Putin ha rechazado en varias ocasiones su intención de ceder a un alto al fuego temporal y ha asegurado que está concentrado en “las causas fundamentales” del conflicto. Sus demandas son maximalistas: fronteras de la OTAN previas a 1997, neutralidad ucraniana, reconocimiento del territorio invadido y desistimiento del envío de tropas de paz. A principios de este año, dijo al Consejo de Seguridad de Rusia que “no debería haber una tregua breve, ni algún tipo de respiro para reagrupar fuerzas y rearmarse con el objetivo de continuar posteriormente el conflicto, sino una paz a largo plazo”.
Fyodor Lukyanov, un destacado analista de política exterior rusa que encabeza un consejo que asesora al Kremlin, escribió que un acuerdo de alto el fuego “contradice” la posición reiterada de Moscú de que no habrá ninguna tregua hasta que se establezcan las bases de una paz duradera. “En otras palabras, lucharemos hasta que se desarrolle un marco de solución integral”.
Retirada "controlada" de Ucrania
Ucrania sigue sin confirmar ni desmentir la retirada de una gran parte de sus tropas en Kursk. Analistas de inteligencia de código abierto (Osint) como Ruslan Leviev han señalado, sin embargo, que las fuerzas ucranianas parecían estar llevando a cabo una retirada controlada y cediendo sus posiciones sin resistencia. “Todas las zonas están quedando gradualmente bajo el control de las fuerzas rusas y han sido tomadas con poca o ninguna resistencia. Ya se puede afirmar que toda la ciudad de Sudzha está ahora bajo control ruso”, declaró Leviev.
De acuerdo con un último comunicado del Ministerio de Defensa ruso , el Ejército ruso ya da por "liberada" la ciudad de Sudzha y "las localidades de Melovói y Podol".
Zelenski, por su parte, se ha limitado a decir que los combates todavía continúan, pero que su Ejército está actuando para minimizar las bajas. "Nuestros militares en el territorio de la región de Kursk llevan a cabo su misión. Los rusos intentan presionar al máximo a nuestras tropas. Los mandos militares (ucranianos) hacen lo que tienen que hacer para proteger al máximo la vida de nuestros soldados", señaló. En estos momentos, el mapa ofrecido por la plataforma ucraniana DeepState muestra a la localidad de Sudzha — la principal de las que en Kursk se encontraban todavía bajo control ucraniano — como si ya estuviera tomada por las fuerzas rusas.
Estas son malas noticias para Kiev, que consiguió poner a Rusia contra las cuerdas con su incursión sorpresa el verano pasado. La esperanza era que este territorio pudiera ser un as en la manga ante unas hipotéticas negociaciones de paz y que pudieran devolver este territorio al Kremlin a cambio de una parte del suyo. El temor de algunos analistas militares era que la operación de Kursk pudiera tener consecuencias en otros frentes como el Donbás.
La ofensiva rusa en el este de Ucrania está, en gran medida, estancada y no se han reportado grandes victorias en lo que llevamos de año. “Los éxitos de Rusia en Kursk y los lentos avances en otras partes del frente son la razón por la que Moscú no debería aceptar el cese del fuego propuesto, reiteró el senador Konstantin Kosachev.
La pelota está ahora en el tejado de Rusia. "Para Putin, existe un dilema difícil: Ucrania o Trump"
Tal y como se concluyó después de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí, la pelota está ahora en el tejado de Rusia. “Para Putin, existe un dilema difícil: Ucrania o Trump”, dijo el analista político ucraniano Volodímir Fesenko a The New York Times. “Justo ayer, seguramente esperaba conseguir ambas cosas, con la ayuda de Trump para obligar a Ucrania a rendirse, finalmente recuperar el control de Ucrania y, al mismo tiempo, acordar con Trump varios asuntos tácticos y posiblemente estratégicos. Y ahora tendrá que elegir”.
La entrada de Donald Trump en el diálogo por la paz ha puesto al presidente en la tesitura de rechazar su idea de paz, basada en mantener el control del territorio ocupado sin tener que dar nada a cambio, y mantener las buenas relaciones con el presidente estadounidense. El magnate ha alabado en varias ocasiones al líder del Kremlin y mantuvo una conversación telefónica con él el pasado 12 de febrero. Ilya Grashchenkov, analista político de Moscú, dijo que el Kremlin podría verse tentado a aceptar una tregua que sería “tácticamente desfavorable, pero estratégicamente favorable” para “demostrar que es un pacificador”.
Rusia calibra sus relaciones con Trump
Para Putin, la llegada al poder de Trump solo le ha traído hasta ahora buenas noticias. La primera, el “divorcio” entre la Unión Europea y Estados Unidos en cuestión de defensa, que se materializó en la Cumbre de Seguridad de Múnich a mediados de febrero. Luego llegó la tensa reunión en la Casa Blanca en la que Zelenski fue humillado por Trump y su vicepresidente, JD Vance.
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Sin embargo, toda esta buena sintonía entre ambos líderes podría cambiar. Si Putin decide rechazar rotundamente el alto el fuego propuesto por la delegación estadounidense, podría socavar su relación con Trump. Un escenario que tampoco le es favorable a Rusia en un momento en el que el presidente estadounidense ha estado actuando, hasta el momento, de una forma beneficiosa para los intereses del Kremlin.
Además, en caso de restablecer las relaciones económicas con Washington, la economía rusa podría experimentar un alivio significativo después de más de tres años de guerra, con las consiguientes sanciones decretadas por parte de la Unión Europea y Estados Unidos. "Putin está en una situación terrible", afirma el premio Pulitzer y experto en Donald Trump, David Cay Johsnton, en declaraciones para El Confidencial. "Su economía se está colapsando" y Trump "está en proceso de levantar las sanciones contra Rusia para ayudar a Putin".
"En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, luchando en dos frentes —el Pacífico y Europa—, perdía un promedio de 300 soldados por día", continua Cay. "Putin está perdiendo entre 1.000 y 1.600 al día (según las fuentes ucranianas). En el último año, el ejército de Putin ha logrado avanzar apenas un 1% del territorio ucraniano y eso les ha costado cientos de miles de soldados muertos".
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"Esto no es sostenible para Rusia", sentencia este experto. "Así que, si Europa actúa ahora, pueden hacer retroceder a Putin y acabar con lo que de otro modo serían décadas de guerra con Rusia".
El apoyo de la UE a Zelenski ha prometido profundizar todavía más esa grieta entre el bloque europeo y Estados Unidos. “Parece que estamos asistiendo al comienzo de un 'divorcio transatlántico', algo que era precisamente lo que quería Putin", afirmó Denis Cenusa, experto del Geopolitics and Security Studies Center.
En estas últimas semanas, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, presentó un plan para aumentar el gasto de Defensa en Europa. En total, la alemana espera que durante los próximos años se movilicen 800.000 millones de euros en inversión en defensa que permitan reducir la dependencia del armamento estadounidense. Un mensaje que también ha sido defendido por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien a través de un discurso televisado declaró que "Europa debe estar preparada" por el hecho de que "Estados Unidos, nuestro aliado, ha cambiado de posición en la guerra". Sostuvo, además, que la paz no puede conseguirse a través de "la capitulación de Ucrania".
Hace solamente unos días, Vladímir Putin homenajeaba a las madres y viudas de los soldados rusos que han muerto en la guerra de Ucrania. Entre las lágrimas de las mujeres, el presidente ruso dijo que Moscú “nunca cederá”. El acuerdo de alto al fuego pactado entre Estados Unidos y Ucrania pone en peligro esta promesa.