¿Es usted un funcionario de EEUU despedido y cabreado? China y Rusia le llamarán pronto
Los adversarios de Washington están ofreciendo ahora trabajo a sus exfuncionarios para sus sectores de inteligencia y seguridad
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"Se buscan talentos globales que quieran desarrollar su carrera y emprender en #Shenzhen, #China", reza el anuncio de un reclutador de empresas tecnológicas chinas ubicado en esta ciudad costera, localizada al otro lado de la frontera con Hong Kong. “Se trata de uno de los lugares con mayor concentración de desarrollo tecnológico”, añade el Headhunter.
La imagen de Elon Musk con una motosierra se ha convertido ya en una de las más icónicas de la nueva era Trump. Al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el hombre más rico del mundo, dueño entre otros de Tesla y X, busca recortes masivos en la 'gran burocracia' de Estados Unidos con los que sanear las cuentas públicas y mejorar así la situación económica.
Entre otros, más de 4.000 científicos de centros de investigación, incluidos los Centros para el Control de Enfermedades, los Institutos Nacionales de Salud, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, han perdido su trabajo de la noche a la mañana.
Y ante la “fuga de cerebros”, China ha visto una oportunidad para captar talento. O dicho de otra manera, exprimir los conocimientos de estos trabajadores sobre la administración estadounidense para utilizarlos a su favor. Y ya no solo a nivel económico, sino a nivel de inteligencia y seguridad. ¿Hay algo más potente entre competidores que fichajes con despecho de la parte contraria?
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La CIA — donde se han despedido ya a más de 20 oficiales, muchos de los cuales ahora están impugnando su despido en los tribunales — y el Departamento de Defensa están sopesando más recortes significativos de personal. El Pentágono dijo en un memorando la semana pasada que más de 5.000 empleados en período de prueba podrían perder su puesto.
Y es posible que, sin buscarlo, la agencia haya puesto algunos secretos estadounidenses al alcance de espías y piratas informáticos extranjeros. En un esfuerzo por cumplir con la orden ejecutiva de reducir el personal federal, la CIA envió a principios de este mes a la Casa Blanca un correo electrónico extraordinariamente inusual con una lista de todos los nuevos empleados que han estado en la agencia durante dos años o menos (una lista que incluía a oficiales de la CIA que se estaban preparando para operar de forma encubierta) a través de un servidor de correo electrónico no clasificado.
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En definitiva, es erróneo gestionar un gobierno como si se tratara de una empresa. Y es absurdo replicar en política, los juegos mediáticos que catapultan a uno a la fama. Trump está ahora en la Casa Blanca, no en un show de televisión. La mítica frase de “estás despedido” — tan popular en el programa 'El Aprendiz' — tiene ahora otras consecuencias. Y Pekín le está comiendo la tostada.
Los anuncios han creado revuelo en el Capitolio. “Hasta donde sabemos, son ofertas legítimas y son extremadamente preocupantes”, dijo Zoe Lofgren, representante demócrata por California y miembro de alto rango del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes. “Cuando perdamos contra China, será 100 por ciento culpa de Donald Trump, Elon Musk y todos los republicanos del Congreso que apoyan MAGA que no pusieron fin a esta locura”, recalcó la congresista, que el mes pasado, junto con otros dos demócratas, escribió una carta al responsable de Comercio Howard Lutnick en la que advertía de que los despidos masivos “ponen en peligro nuestra capacidad de competir con la República Popular China”.
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Algunos científicos que ocuparon puestos de responsabilidad en administraciones anteriores dicen que ese temor está justificado. “Los competidores económicos estarían más que felices de contratar el talento que hemos cultivado aquí con tanto cuidado”, señaló Nate Hultman, ex asesor principal del enviado climático de la administración de Biden, John Kerry.
Pekín no ha ocultado su intención de extraer la mayor cantidad posible de experiencia en investigación científica de Estados Unidos. El FBI ha acusado a la potencia asiática de utilizar métodos menos escrupulosos para avanzar en sus esfuerzos de investigación científica a través de los llamados “programas de talentos”. Esas iniciativas tienen aspectos legítimos de investigación, pero “normalmente implican transferencias no reveladas e ilegales de información, tecnología o propiedad intelectual que son unilaterales y perjudiciales para las instituciones estadounidenses”, advierte el FBI en su web.
Rusia también está buscando emplear a investigadores estadounidenses despedidos, según la CNN, que cita fuentes de inteligencia estadounidenses. Un documento elaborado por el Servicio de Investigación Criminal Naval al que ha tenido acceso la cadena de televisión, revela que la comunidad de inteligencia evaluó con “alta confianza” que los adversarios extranjeros estaban tratando de reclutar empleados federales. Señalan, además, que buscaban “capitalizar” los planes de la administración Trump de despidos masivos, por lo que se están analizando plataformas como LinkedIn, TikTok, RedNote y Reddit, creando incluso ofertas falsas elaboradas las autoridades estadounidenses, para averiguar qué empleados o ex empleados están interesados cambiar de trabajo.
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Tanto China como Rusia creen que los empleados “están en su punto más vulnerable en este momento”, según otra de las fuentes a la que tuvo acceso CNN. “Sin trabajo, amargados por haber sido despedidos, etc.” “No hace falta mucha imaginación para ver que estos trabajadores federales marginados con una gran cantidad de conocimiento institucional representan objetivos asombrosamente atractivos para los servicios de inteligencia de nuestros competidores y adversarios”, añadió otra tercera fuente familiarizada con las recientes evaluaciones.
Una amenaza para Occidente
La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, sugirió que esta situación representa una "amenaza" por parte de empleados gubernamentales desleales, en lugar de una advertencia clínica de los riesgos potenciales que plantea la agresiva estrategia de reducción de costos de Trump. "Tengo curiosidad por saber cómo piensan que esta es una buena táctica para mantener su trabajo", dijo Gabbard a Jesse Watters de Fox News. "Se están exponiendo esencialmente al hacer esta amenaza indirecta utilizando su brazo de propaganda a través de CNN.
Su lealtad no es en absoluto hacia Estados Unidos. No es hacia el pueblo estadounidense ni hacia la Constitución. Es hacia ellos mismos. Y este es exactamente el tipo de personas que necesitamos erradicar, deshacernos de ellas para que los patriotas que trabajan en esta área, que están comprometidos con nuestra misión principal, puedan realmente concentrarse en eso”, dijo.
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En otros ámbitos, las políticas de Trump también están creando oportunidades para una posible influencia china. James Crabtree, ex director ejecutivo del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos para Asia, explicaba recientemente en Foreign Policy que su polémico plan para tomar el control de Gaza ha sembrado discordia, no solo entre Estados Unidos y el resto de Oriente Medio, sino también entre las naciones de mayoría musulmana de Asia, en particular Indonesia y Malasia.
Su intento de cerrar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, si bien no ha supuesto un daño grave a la capacidad de Washington para gestionar la competencia entre grandes potencias, refuerza la narrativa de Pekín sobre la falta de fiabilidad de Estados Unidos. Y su desprecio hacia Kiev y con los desaires a los aliados europeos a los que ya no está dispuesto garantizar la seguridad, han abierto las compuertas de Europa para el gigante asiático.
Nada de esto debería sorprender. Las debilidades de la estrategia transaccional de Trump hacia China quedaron claras en su primer mandato. En su momento, impulsó una nueva estrategia de línea dura para la competencia entre grandes potencias con China y Rusia, pero también llegó a acuerdos erráticos, desde acuerdos arancelarios hasta un plan para salvar a ZTE, una empresa china de telecomunicaciones. La parte del trato que Xi hizo con Trump (el compromiso de aumentar drásticamente las compras de productos estadounidenses) nunca se cumplió ni se hizo cumplir.
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Los instintos negociadores de Trump, no obstante, siguen siendo evidentes, desde su invitación a Xi para que asistiera a su toma de posesión hasta su cambio de rumbo para preservar el control chino de TikTok. Por lo que, la principal esperanza de Pekín será atraer a Trump a un gran acuerdo que involucre el estatus de Taiwán. Trump ha mostrado poco interés en apoyar a la isla.
De cualquier manera, tal y como recalca el experto, la propia imprevisibilidad del enfoque de Trump (capaz de pasar rápidamente de amenazas arancelarias agresivas a una cálida diplomacia personal) hace que sea extremadamente difícil saber cuál es realmente su estrategia, si es que la tiene. De momento, Xi Jinping tiene razones para estar contento. Trump está rompiendo los principios básicos del orden internacional existente. Y eso es algo que el gigante asiático lleva intentando lograr durante mucho tiempo.
"Se buscan talentos globales que quieran desarrollar su carrera y emprender en #Shenzhen, #China", reza el anuncio de un reclutador de empresas tecnológicas chinas ubicado en esta ciudad costera, localizada al otro lado de la frontera con Hong Kong. “Se trata de uno de los lugares con mayor concentración de desarrollo tecnológico”, añade el Headhunter.