15 km arrastrándose por un gasoducto: las claves del ataque sorpresa de Rusia en Kursk
Las fuerzas rusas han intentado atacar por sorpresa a los ucranianos a través de un gasoducto en la región sureña de Kursk, ocupada parcialmente por Ucrania desde agosto
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"Joder, ¿dónde cojones estamos, muchachos?". El camino hasta la ciudad de Sudzha no fue fácil para los soldados rusos. Estuvieron varios días dentro de un gasoducto abandonado, de 1,5 metros de ancho, para sorprender a los ucranianos e intentar recuperar una parte del territorio que tomaron las fuerzas de Kiev en la región rusa de Kursk. En total, se arrastraron durante 15 kilómetros por el gasoducto que Moscú había utilizado hasta hace poco para enviar gas a Europa.
El bloguero ruso Yuri Podolyaka publicó unas imágenes en las que se puede ver los soldados rusos fumando mientras avanzan por la tubería. Otro bloguero de guerra, que usa el seudónimo Two Majors, indicó que se estaba librando una intensa batalla por Sudzha, y que las fuerzas rusas lograron entrar en la ciudad a través del gasoducto Urengói-Pomari-Úzhgorod. Los canales de Telegram rusos mostraron fotos de lo que dijeron eran operativos de fuerzas especiales, usando máscaras de gas y moviéndose a lo largo de lo que parecía ser el interior de un gran tubo.
El Estado Mayor de Ucrania confirmó el sábado por la noche que grupos de "sabotaje y asalto" rusos utilizaron la tubería y, en una publicación de Telegram, afirmó que las tropas rusas fueron "detectadas a tiempo" y que Ucrania respondió con cohetes y artillería. "En la actualidad, las fuerzas especiales rusas están siendo detectadas, bloqueadas y destruidas. Las pérdidas del enemigo en Sudzha son muy altas", informó el Estado Mayor.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas habían retomado la aldea de Lebedevka, así como también habían tomado Novenke, una aldea al otro lado de la frontera en la región vecina de Sumy en Ucrania. Las autoridades actualizaron posteriormente que habían tomado también las localidades de Malaya Loknia, Cherkásske Poréchoe y Kositsa.
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Moscú no hizo mención oficial de la operación del gasoducto, pero Apti Alaudinov, subjefe de la Dirección Político-Militar de las Fuerzas Armadas de Rusia, también publicó en Telegram imágenes de fuerzas especiales dentro del gasoducto. "Me sorprende que haya gente que realmente crea que Rusia podría perder", dijo Alaudinov. "Es un buen día". Asimismo, aseguró que los soldados rusos están avanzando y que los ucranianos están empezando a abandonar sus posiciones.
Sin embargo, otros blogueros rusos aseguraron que las fuerzas del Kremlin no tenían el respaldo logístico necesario para llevar a cabo una ofensiva exitosa en el territorio. "Comida, agua, municiones, comunicaciones, carga de dispositivos eléctricos, bancos de energía, el acercamiento de las fuerzas principales, evacuación de los heridos... Dos o tres grupos en la retaguardia sin todo esto. Eso es un desastre", escribió el bloguero, que se describe a sí mismo como un soldado con el apodo de Decimotercero.
El bloguero militar ucraniano Yuriy Butusov señaló que el gasoducto ahora está bajo vigilancia reforzada y que las tropas de Moscú que se encuentran allí están siendo "eliminadas". No obstante, adviritó que las tropas rusas y norcoreanas en la región de Kursk tienen una "ventaja significativa en fuerza" y están "atacando continuamente". En Kursk se han desplegado unos 12.000 efectivos norcoreanos, y su llegada ha reforzado las operaciones ofensivas de Rusia dentro de sus propias fronteras. Si Rusia recuperase todo Kursk, podría potencialmente enviar su fuerza militar al este de Ucrania. "Es difícil, pero estamos trabajando", dijo un militar ucraniano a CNN.
Rusia continúa su ofensiva en esta región sin poner fecha a su posible recuperación, aunque ha negado que cambiará este territorio por la zonas ocupadas por las fuerzas del Kremlin en Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que "las unidades ucranianas serán expulsadas de este territorio, todos. Aquellos que no sean expulsados, serán liquidados".
El pasado 6 de febrero se cumplieron seis meses de la incursión ucraniana en Kursk, operación que cogió desprevenida a la guardia fronteriza rusa. Desde entonces, los rusos han conseguido recuperar más del 60 % del territorio bajo control ucraniano, pero no han podido expulsar al enemigo.
"Joder, ¿dónde cojones estamos, muchachos?". El camino hasta la ciudad de Sudzha no fue fácil para los soldados rusos. Estuvieron varios días dentro de un gasoducto abandonado, de 1,5 metros de ancho, para sorprender a los ucranianos e intentar recuperar una parte del territorio que tomaron las fuerzas de Kiev en la región rusa de Kursk. En total, se arrastraron durante 15 kilómetros por el gasoducto que Moscú había utilizado hasta hace poco para enviar gas a Europa.