Ahora sí, la 'Zeitenwende': Alemania quiere romper con su ADN político para liderar la defensa europea
Los conservadores y socialistas alemanes llegaron a un acuerdo para aumentar el gasto en Defensa y responder de manera directa a las últimas acciones políticas de Donald Trump
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El futuro Gobierno de Alemania rompió, en un solo discurso, décadas de tradición política y económica. Hace más de 35 años que cayó el muro de Berlín y que el país reunificado parecía tener claro que no podía renunciar algunas de sus medidas más conocidas, como el famoso techo de deuda, la Schuldenbremse, y un gasto militar bajo. Pero Donald Trump llegó a la presidencia estadounidense e hizo saltar por los aires el ecosistema de seguridad europeo y una relación transatlántica. Berlín no podía quedarse de brazos cruzados.
Friedrich Merz, el líder de los democristianos (CDU) y sus posibles socios socialdemócratas del SPD para formar Gobierno, acordaron este martes relajar ese techo de deuda para aumentar el gasto militar. También anunciaron un fondo de cerca de 500 mil millones de euros para infraestructura. Este acuerdo todavía tiene ser aprobado por el Parlamento alemán, pero es una de las medidas más radicales que se han tomado desde un posible Ejecutivo que todavía no ha llegado ni a formarse.
Merz salió delante de las cámaras acompañado de Markus Söder (CSU), Lars Klingbeil y Saskia Esken (ambos del SPD), para pronunciar un discurso en el que citó directamente a Mario Draghi y su famosa frase Whatever it takes ("Lo que sea necesario"), que se ha convertido en el punto de inflexión en la crisis de deuda soberana europea. "En vista de la amenaza a nuestra libertad y a la paz en nuestro continente, el mantra para nuestra defensa tiene que ser: 'cueste lo que cueste'", dijo Merz.
Algunas de estas palabras recuerdan a las que ya pronunció Olaf Scholz en febrero de 2022, después de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. "Estamos viviendo un punto de inflexión. Y eso significa: el mundo ya no es el mismo que el de antes", destacó. Fue la famosa Zeitenwende con la que reestructurar la política de defensa del país. Un plan que nunca acabó de cuajar y marcó el inicio del descenso político del canciller alemán.
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En un momento en el que Donald Trump se aleja cada vez más de Europa en cuestiones de seguridad y defensa, Alemania ha retomado esta idea para convertirla ya no en una declaración de intenciones, sino en un plan con el que quieren recuperar definitivamente el liderazgo europeo. "Podríamos decir que es una Zeitenwende 2 porque ahora no es solo la defensa, es un cambio completo de las reglas de juego internas", explica Alberto Bueno, experto en defensa y profesor adjunto en la Universidad de Leipzig.
Este cambio es especialmente importante cuando está capitaneado por Friedrich Merz, un político con una posición muy favorable a las relaciones con Estados Unidos. "El acuerdo recalibra toda esta postura porque parece que el nuevo Gobierno alemán está dispuesto a liderar a la respuesta europea y el desacople, el fin de la dependencia militar de los Estados Unidos", añade Bueno a El Confidencial.
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Este pasado martes, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentó un plan para "rearmar Europa" y con el que confía que se movilicen unos 800.000 millones de euros. Que se llegue a esta cifra depende de las decisiones de los Estados miembros y Alemania ha empezado a hacer su parte con una medida que pocos esperaban que pudiera llegar a materializarse.
'Inseguros y preocupados'
El acuerdo entre la CDU y el SPD no solamente rompe con la tradicional Schuldenbremse, sino que supone una ruptura con una parte de las promesas de campaña de Merz y con lo que se ha considerado el "ADN de la Unión Democristiana". El que se convertirá en canciller alemán ha rechazado en varias ocasiones los llamamientos del SPD y de Los Verdes para acabar con el techo de duda, como también lo hicieron otros miembros de la formación.
Markus Söder, el líder de la CSU —la filial bávara del partido democristiano— reconoció que hace pocas semanas no hubiera podido imaginar un acuerdo como al que llegaron ayer con sus potenciales aliados en la coalición. "Habría dicho que eran muy optimistas, quizás incluso locos. Pero la verdad es que estamos tan inseguros y preocupados como gran parte de la población", aseveró.
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Con el pacto anunciado este martes se rompió también con una cultura de "lentitud" política en el momento de formar coaliciones de gobierno. Un día después de las elecciones del 23 de febrero empezaron las negociaciones entre Merz, el ganador, y los socialdemócratas. El conservador prometió formar un Gobierno antes de Semana Santa, un periodo de tiempo que no supera —pero se acerca— a los casi 3 meses que tardó Angela Merkel en formar una coalición.
Ahora, han demostrado que un posible nuevo Ejecutivo es capaz de deshacerse estas "tradiciones" en momentos complicados como el actual. "Es muy significativo por la cohesión política con los principales partidos. Es previsible que Los Verdes también se suman al acuerdo, y esto puede situar a Alemania en una posición de fuerza interna, precisamente para marcar el camino para tener más peso a nivel europeo", continúa Alberto Bueno. Sin embargo, las negociaciones para el nuevo Gobierno todavía están curso.
El apoyo de Los Verdes será clave para que el plan conjunto de la CDU y el SPD se apruebe en el Parlamento. Por ahora, han mantenido una postura ambigua y han afirmado que están estudiando el acuerdo con detalle antes de tomar una decisión. El hecho de que las dos grandes formaciones hayan decidido lanzar ahora esta propuesta no es casualidad y, además de querer responder con rapidez a los retos de seguridad europeos, también buscan sacar adelante el proyecto antes de que se forme el nuevo Parlamento.
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En los comicios de febrero, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) quedó en segundo puesto después de la CDU, pero no tiene oportunidades de gobernar por el "cordón sanitario", la Brandmauer, al que se han comprometido todas las formaciones para no pactar con ellos.
Con la AfD también en contra del proyecto bipartidista, hay posibilidades de que no se apruebe en una votación que se prevé la semana que viene. No obstante, algunos políticos, como el actual ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha apoyado la iniciativa y ha afirmado que el plan se trata de "la seguridad de nuestro país, nada más y nada menos".
Reforzar la industria alemana
Además de la defensa, el acuerdo también busca revitalizar una economía que se contrajo el año pasado y poner el foco en infraestructuras como la ferroviaria, una de las más afectadas por la falta de inversión en este sector. "Si esto tiene éxito (la iniciativa), es probable que el estancamiento de la economía alemana se supere rápidamente", afirma Sebastian Dullien, del instituto IMK. "Alemania vuelve a estar económica y militarmente preparada para actuar", subrayó.
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El Whatever it takes de Friedrich Merz pretende revitalizar un Ejército alemán, la llamada Bundeswehr, que lleva muchos años atascada en la falta de personal y de material como municiones. El experto en Defensa Alberto Bueno aclara que uno de los problemas que puede tener el plan de la CDU y el SPD es la gestión de esos fondos, como ya pasó en la Zeitenwende de Scholz.
"Una de las claves está en la intensificación de la producción propia, como han empezado a hacer ya. Muchas de las compras (de armamento) se han producido a terceros por incapacidad de la propia industria alemana para generarlo. Esta medida va a ser precisamente un refuerzo de las capacidades de la industria propia y que esta inversión millonaria se quede en Alemania", concluye Bueno a este periódico.
Este martes, Alemania dio el primer paso para convertirse en un país con peso dentro de las políticas de defensa. Un gigante alemán que hasta ahora parecía estar lejos de serlo en el ámbito militar por sus propias limitaciones. El conservador Markus Söder resumió así el concepto de esta nueva Zeitenwende: "Estamos enviando un mensaje a amigos y enemigos: Alemania está aquí. Alemania no se retirará".
El futuro Gobierno de Alemania rompió, en un solo discurso, décadas de tradición política y económica. Hace más de 35 años que cayó el muro de Berlín y que el país reunificado parecía tener claro que no podía renunciar algunas de sus medidas más conocidas, como el famoso techo de deuda, la Schuldenbremse, y un gasto militar bajo. Pero Donald Trump llegó a la presidencia estadounidense e hizo saltar por los aires el ecosistema de seguridad europeo y una relación transatlántica. Berlín no podía quedarse de brazos cruzados.