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La salud del papa Francisco en jaque: qué sucede con el futuro del Vaticano ante una larga hospitalización
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INGRESADO DESDE EL 14 DE FEBRERO

La salud del papa Francisco en jaque: qué sucede con el futuro del Vaticano ante una larga hospitalización

El papa Francisco sigue hospitalizado en Roma por una neumonía bilateral, con un cuadro médico "complejo". Su ausencia prolongada expone la falta de un protocolo claro en el Vaticano para gestionar la incapacidad de un pontífice

Foto: El papa en silla de ruedas en la navidad de 2024 (EFE/Mario Tomassetti)
El papa en silla de ruedas en la navidad de 2024 (EFE/Mario Tomassetti)

El estado de salud del papa Francisco preocupa cada vez más en el Vaticano. Desde el pasado 14 de febrero, el pontífice de 88 años permanece ingresado en el Hospital Gemelli de Roma debido a una grave infección pulmonar que derivó en una neumonía bilateral. Aunque ha recibido tratamiento con antibióticos y oxígeno suplementario, su situación sigue siendo delicada, con episodios recientes de insuficiencia respiratoria aguda que han requerido ventilación mecánica no invasiva.

Los médicos que lo atienden han descrito su cuadro clínico como "complejo", lo que ha incrementado la incertidumbre sobre su recuperación. A pesar de la gravedad del diagnóstico, el Papa ha mantenido momentos de lucidez y ha seguido de cerca los acontecimientos del Vaticano, aunque con limitaciones. Sin embargo, su hospitalización ha puesto en evidencia la ausencia de un protocolo claro en la Iglesia católica para gestionar la ausencia prolongada de un pontífice.

Foto: El Papa Francisco, en una imagen de archivo. (Getty)

El Vaticano no cuenta con normas establecidas para determinar qué ocurre si un Papa se encuentra consciente pero incapacitado para gobernar. Existen reglas claras en caso de fallecimiento o renuncia, pero no hay un mecanismo definido para delegar su autoridad si una enfermedad lo deja sin capacidad de tomar decisiones. Actualmente, la gestión diaria de la Iglesia recae en la Curia Romana, con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, como la figura de mayor peso en la administración.

¿Qué ocurre en el Vaticano mientras el Papa está enfermo?

La Santa Sede sigue operativa gracias a la estructura de gobierno ya establecida. Cada dicasterio continúa con su labor, y los principales eventos litúrgicos se celebran sin interrupciones. Las funciones exclusivas del Papa, como los nombramientos de obispos y las canonizaciones, quedan en pausa hasta que pueda retomarlas personalmente. Aunque algunos mensajes y bendiciones se han publicado bajo su aprobación, la comunicación oficial ha sido limitada.

placeholder Velas y ofrendas para el Papa Francisco en la entrada del Hospital Gemelli de Roma (EFE/EPA/Angelo Carconi)
Velas y ofrendas para el Papa Francisco en la entrada del Hospital Gemelli de Roma (EFE/EPA/Angelo Carconi)

El problema surge si su estado de salud empeora de manera irreversible. En 2022, Francisco confirmó que había redactado una carta de renuncia para ser utilizada en caso de incapacidad médica. Sin embargo, no hay un procedimiento claro sobre cómo se activaría este documento si él mismo no pudiera manifestar su voluntad. Según el derecho canónico, la renuncia papal debe ser libre y explícita, lo que plantea dudas sobre la validez de una carta firmada previamente.

La incertidumbre sobre esta cuestión ha llevado a algunos expertos en derecho canónico a plantear la necesidad de reformas. Sin una norma específica, la Iglesia podría enfrentarse a un vacío de poder si la situación del Papa se agrava sin una decisión formal. A diferencia de lo que ocurre en una diócesis, donde un obispo auxiliar puede asumir el mando si el titular queda incapacitado, el gobierno del Vaticano no tiene una figura de sustitución directa para el pontífice.

El precedente de Benedicto XVI

El caso de Benedicto XVI es el único referente reciente sobre cómo gestionar la incapacidad de un Papa. En 2013, tras varios años de deterioro físico, el pontífice alemán tomó la histórica decisión de renunciar voluntariamente, una medida que permitió la elección de un sucesor sin crisis institucional.

El debate sigue abierto sobre qué ocurriría si el Papa no puede comunicar su decisión y la Iglesia se encuentra sin líder durante un largo periodo

A diferencia de la situación actual de Francisco, Benedicto XVI anunció su dimisión mientras aún podía expresar su voluntad, lo que facilitó la transición. No obstante, el debate sigue abierto sobre qué ocurriría si un Papa ya no puede comunicar su decisión y la Iglesia se encuentra sin liderazgo efectivo durante un periodo prolongado.

El estado de salud del papa Francisco preocupa cada vez más en el Vaticano. Desde el pasado 14 de febrero, el pontífice de 88 años permanece ingresado en el Hospital Gemelli de Roma debido a una grave infección pulmonar que derivó en una neumonía bilateral. Aunque ha recibido tratamiento con antibióticos y oxígeno suplementario, su situación sigue siendo delicada, con episodios recientes de insuficiencia respiratoria aguda que han requerido ventilación mecánica no invasiva.

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