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Del deshielo con Zelenski al aplauso a Musk: las 5 claves del discurso kilométrico de Trump
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Del deshielo con Zelenski al aplauso a Musk: las 5 claves del discurso kilométrico de Trump

En el discurso más largo de la historia del Congreso de EEUU en una sesión conjunta, el republicano también defendió que "es nuestro momento de usar los aranceles" y confirmó que Zelenski le ha escrito para firmar el acuerdo de tierras raras

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su discurso. (EP/Zuma Press/Michael Brochstein)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su discurso. (EP/Zuma Press/Michael Brochstein)

Lo malo, si largo, dos veces malo. Donald Trump ofreció en la noche del martes su primer discurso ante el Congreso tras regresar a la Casa Blanca y batió un récord dialéctico de larga distancia. Durante una hora y 40 minutos —la intervención más extensa en la historia moderna de estos eventos—, el presidente estadounidense aprovechó la oportunidad para defender las frenéticas primeras seis semanas de su gobierno que, en palabras del magnate, “han logrado más en 43 días que la mayoría en cuatro u ocho años”.

A continuación, analizamos las cinco claves de su discurso.

1. Deshielo con Zelenski

El cambio de tono respecto a Ucrania fue, probablemente, el momento más relevante del discurso. Apenas un día después de suspender temporalmente la ayuda militar a Kiev (tras un desastroso desencuentro en la Casa Blanca), el presidente estadounidense anunció que había recibido una carta del presidente Volodímir Zelenski en la que este manifestaba su “disposición a negociar la paz”.

Durante su intervención, Trump leyó lo que describió como fragmentos de la misiva de Zelenski, aunque el contenido coincidía palabra por palabra con un mensaje que el líder ucraniano había publicado en la red social X pocas horas antes. “Es tiempo de detener esta locura. Es tiempo de detener el asesinato. Es tiempo de terminar con esta guerra sin sentido. Si quieres acabar con las guerras, tienes que hablar con ambos lados”, declaró Trump, insistiendo en que había recibido “fuertes señales” desde Rusia de que también estaban dispuestos a negociar.

Trump aseguró que Zelenski “ahora está listo” para firmar el acuerdo sobre las “tierras raras” —que, probablemente, no incluye tierras raras— negociado tras semanas de tira y afloja y que el presidente ucraniano ya se disponía a ratificar durante su visita a la Casa Blanca.

2: Hay aranceles para rato

Trump dedicó una parte importante de su discurso a defender su política proteccionista y su apuesta por los aranceles como herramienta de presión económica. El mismo martes, su administración impuso tarifas de importación de hasta un 25% a México y Canadá y de un 10% adicional a China, desatando una fuerte reacción en los mercados financieros y represalias por parte de estos países.

Lejos de mostrarse preocupado por el impacto de sus medidas, el presidente minimizó las turbulencias económicas y describió los efectos de la guerra comercial como un problema menor. “Habrá una pequeña perturbación, pero estamos bien con eso. No será mucho”, aseguró, mientras reiteraba su promesa de que estas políticas fortalecerán la economía estadounidense en el largo plazo.

Foto: El presidente estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca este lunes. (Getty/Andrew Harnik)

Sus palabras no convencieron a todos dentro de su propio partido. Aunque recibió aplausos de la bancada republicana, algunos legisladores permanecieron sentados, en señal de su inquietud por el posible impacto de estos aranceles en las empresas y consumidores estadounidenses.

La incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales con los principales socios de Estados es total, especialmente ante la falta de detalles sobre los acuerdos que, según su equipo, estarían negociándose con México y Canadá. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró ayer que existe la posibilidad de que este mismo miércoles se alcance un acuerdo para suspender o, al menos, revertir parcialmente los aranceles impuestos a los países vecinos. Una montaña rusa en la que aliados y mercados financieros siguen atrapados sin saber cuándo —o cómo— podrán bajarse.

3. Un Congreso dividido

El ambiente en el Congreso fue tenso desde el inicio del discurso. Apenas comenzado, el congresista demócrata Al Green interrumpió a Trump con gritos y fue escoltado fuera del recinto por orden del presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson. Otros legisladores demócratas optaron por protestas más silenciosas: algunos sostuvieron carteles con mensajes como “No tenemos rey” o “Salven Medicaid”, mientras que varios más vistieron camisetas con la palabra “Resist” antes de abandonar la sala en señal de repudio.

El mandatario no desaprovechó la ocasión para describir a sus rivales políticos como personas con la que no se puede razonar. "Miro a los demócratas que tengo delante y me doy cuenta de que no hay absolutamente nada que pueda decir para hacerlos felices o para que se pongan de pie, sonrían o aplaudan, no hay nada que pueda hacer", dijo Trump. "Estas personas sentadas aquí no aplaudirán, no se pondrán de pie y, sin duda, no vitorearán por estos logros astronómicos", agregó.

Foto: Un asistente a la Convención Nacional Demócrata celebrada en Chicago en agosto de 2024. (EFE/Will Oliver)
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Pese a la escenificación, el Partido Demócrata demostró que sigue en estado de shock tras su derrota ante Trump y que sigue careciendo de una estrategia definida para hacer oposición. Mientras algunos legisladores apostaron por la confrontación directa, otros prefirieron mantenerse al margen y no hubo un mensaje claro por parte de la formación.

4. El protagonismo de Musk continúa

Uno de los momentos más llamativos del discurso fue cuando Trump dedicó varios minutos a elogiar a Elon Musk y su papel en la reestructuración del gobierno federal. Musk, presente en la audiencia, recibió una ovación de los republicanos cuando el presidente destacó su trabajo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad creada por su administración para reducir costos y eliminar lo que considera “gasto innecesario”. “Elon está trabajando muy duro. No necesitaba hacer esto. Gracias, lo apreciamos”, dijo Trump, señalando a Musk en la tribuna.

Foto: Elon Musk y su hijo en el Capitolio. (EFE/Jim Lo Scalzo)

Las afirmaciones de Musk y Trump sobre los ahorros generados por esta reestructuración, no obstante, han sido más que cuestionadas. Aunque el gobierno ha asegurado haber identificado más de 100.000 millones de dólares en despilfarro, análisis independientes han verificado solo una diminuta fracción de esa cifra. Además, algunos de los contratos cancelados ya habían expirado antes de la llegada de Musk.

5. Un presidente en constante campaña

A diferencia de otros mandatarios que han aprovechado estos discursos ante el Congreso para delinear su agenda legislativa, Donald Trump convirtió su intervención en un acto de campaña. Lejos de abordar cuestiones urgentes, como la paralización del gobierno federal que se avecina por falta de un acuerdo en el Capitolio, el presidente optó por reiterar los temas que han definido su discurso político desde hace años: ataques a su predecesor, denuncias sobre la “ideología woke” y una retórica dura sobre inmigración.

Trump mencionó a Joe Biden más de una docena de veces a lo largo de su discurso, a pesar de haberlo derrotado en las elecciones de noviembre. Lo calificó como “el peor presidente en la historia de Estados Unidos” y lo culpó de todos los males actuales del país, desde la inflación y el alto costo de los huevos hasta el crimen y el tráfico de drogas en la frontera.

Lo malo, si largo, dos veces malo. Donald Trump ofreció en la noche del martes su primer discurso ante el Congreso tras regresar a la Casa Blanca y batió un récord dialéctico de larga distancia. Durante una hora y 40 minutos —la intervención más extensa en la historia moderna de estos eventos—, el presidente estadounidense aprovechó la oportunidad para defender las frenéticas primeras seis semanas de su gobierno que, en palabras del magnate, “han logrado más en 43 días que la mayoría en cuatro u ocho años”.

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