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Explotando hidrocarburos en aguas del Sáhara: cómo Marruecos se está entregando a Israel
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Concesiones a empresas israelíes

Explotando hidrocarburos en aguas del Sáhara: cómo Marruecos se está entregando a Israel

Rabat otorga a los pies de Canarias una licencia del tamaño de Cataluña a NewMed Energy. Su decisión ahonda aún más la estrecha relación que ha establecido con el Estado hebreo en muchos ámbitos, empezando por el militar

Foto: Marruecos tiene en marcha un plan de inversiones en el Sáhara Occidental para convertirlo en un 'hub' del comercio marítimo. (EFE/María Traspaderne)
Marruecos tiene en marcha un plan de inversiones en el Sáhara Occidental para convertirlo en un 'hub' del comercio marítimo. (EFE/María Traspaderne)
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Marruecos aprobó el mes pasado una licencia de exploración de hidrocarburos para la empresa israelí NewMed Energy en un área de 34.000 kilómetros cuadrados, algo más extensa que Cataluña o Bélgica, en aguas del Sáhara Occidental y a los pies de Canarias.

La decisión, publicada en el Boletín Oficial marroquí el 17 del febrero, pone de relieve el empeño de Rabat en explotar los recursos naturales de la antigua colonia española y su relación cada vez más estrecha con Israel en absoluto alterada por la guerra de Gaza.

“Llevamos mucho tiempo identificando un enorme potencial en Marruecos [se refiere al Sáhara Occidental] y el anuncio de hoy forma parte de un amplio movimiento estratégico que convertirá a NewMed Energy en el principal actor energético de la región del Mediterráneo oriental y norte de África”, declaró a la prensa Yossi Abu, director general de la empresa, hace ya dos años. El comentario es exagerado porque la compañía pública argelina Sonatrach es de lejos la mayor de África en el sector energético.

El extenso permiso de exploración “offshore” es compartido por NewMed Energy, perteneciente a Delek Group, con Adarco Energy, propiedad del empresario judío marroquí Yariv ElBaz empeñado desde hace años en ahondar la relación entre su país e Israel. Cada una de las dos compañías posee el 37,5% mientras el 25% restante estará en manos de la empresa pública marroquí Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM).

El acuerdo para conceder el bloque marino bautizado Bojador Atlántico quedó cerrado en diciembre de 2022, según reveló entonces el digital israelí Globes especializado en información económica. Han tenido que transcurrir más de dos años para que lo publique el Boletín Oficial con la firma de la ministra de Transición Energética, Leila Benali.

Ahora las compañías pueden empezar a operar primero efectuando un análisis geológico y geofísico durante 30 meses y, si los resultados son positivos, iniciarán después las primeras perforaciones de exploración. La licencia es de, en total, ocho años. Las perspectivas son, al parecer, prometedoras. El subsuelo es allí de las mismas características geológicas que en las áreas marítimas cercanas a Mauritania y Senegal en las que se ha descubierto gas.

La zona que será explorada lleva el nombre de la ciudad de Bojador, la cuarta ciudad del Sáhara Occidental por su población, situada a 213 kilómetros de Mas Palomas (Gran Canaria) y 215 de Morro-Jable (Fuerteventura). Algunos de los 17 bloques en los que se divide Bojador Atlántico están todavía algo más cerca del archipiélago canario.

La licencia ha sido concedida en una Zona Económica Exclusiva (ZEE) que “Marruecos se adjudicó unilateralmente en enero de 2020”, recuerda Inmaculada González, profesora de derecho internacional público de la Universidad de Cádiz. “Esa delimitación marroquí carece de validez no solo porque está en aguas del Sáhara Occidental ocupado, sino porque Rabat ni siquiera la ha comunicado a Naciones Unidas", insiste. “La delimitación vigente es la que depositó en la ONU en 1981”, concluye.

Foto: Varias personas sujetan una bandera durante una manifestación en apoyo al Sahara Occidental. (Europa Press/Jesús Hellín)

Aunque no sea válida, la ampliación marítima, aprobada en 2020 mediante dos leyes, suscitó preocupación en España porque se solapa con la ZEE reivindicada por Canarias. Las aguas de Canarias “no se tocan” advirtió entonces el presidente canario, Ángel Víctor Torres, hoy en día ministro. Cómo ya había sucedido dos años antes, con el cierre unilateral por Marruecos de la aduana de Melilla, el Gobierno español no protestó formalmente ante Rabat pese a la insistencia de los partidos nacionalistas canarios.

Consciente del malestar en España, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, intentó mitigarlo declarando tras la votación en el Parlamento: “No queremos imponer un hecho consumado y estamos dispuestos al diálogo con España en el marco de nuestros derechos esenciales y soberanos”.

El diálogo debería haber dado sus primeros frutos en la primavera de 2022, después de que los gobiernos español y marroquí suscribieran en Rabat, con motivo de la visita de Pedro Sánchez, una hoja de ruta, el 7 de abril de ese año. El documento pactado preveía negociar una “delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica” entre ambos países. Aunque se han celebrado varias reuniones, no ha avanzado un ápice.

Más al sur, siempre en aguas del Sáhara Occidental, Marruecos acordó en 2021 otorgar otra área de explotación a dos empresas israelíes, primero a Ratio Petroleum, con un 70%, a la que se ha añadido después Navitas Petroleu. Bautizada Dajla-Atlántico tiene 109.900 kilómetros cuadrados y es más extensa que Castilla y León o Portugal. Las concesiones de la licencia no han sido aún publicadas en el Boletín Oficial, por lo que las compañías no pueden todavía explorar en esas aguas.

La apuesta de Rabat por Israel en el Sáhara obedece a, entre otros motivos, el convencimiento de que las empresas europeas pueden ser pusilánimes a la hora de invertir en la antigua colonia española tras las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europa. Los jueces de Luxemburgo cancelaron, en octubre pasado, los acuerdos de pesca y asociación con Marruecos porque incluían al Sáhara Occidental sin que su población autóctona hubiera dado su consentimiento.

Israel reemplaza a Francia

Pero el compromiso de Marruecos con el Estado hebreo va mucho más allá de la energía. Abarca otros muchos ámbitos, empezando por el militar y el de la seguridad, en el que Rabat parece alejarse de Francia, su segundo proveedor de armas, para sustituirle por Israel. El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) reveló en su último informe que entre 2019 y 2023 Marruecos importó el 11% de su armamento de Israel, que se convirtió ya en su tercer suministrador, por detrás de EEUU y Francia.

Prueba de su creciente interés por el material israelí fue, a principios de febrero, el anuncio de la compra, por el Ejército marroquí, de 36 piezas de artillería autopropulsada ATMOS 2000 del fabricante Elbit Systems, en lugar de los franceses Caesar, producidos por KNDS, que había adquirido hasta entonces. Peor fue la “traición” a Francia de julio pasado. Para sustituir a sus dos satélites espías Mohamed VI A y B, fabricados por Thalès y Airbus, optó por los Ofek-13 de Israel Aerospace Industries (IAI) por los que pagará unos 953 millones de euros.

A cambio de que el presidente Donald Trump reconociese, en diciembre de 2020, la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, Marruecos estableció relaciones diplomáticas con Israel. Desde entonces, el vínculo se ha ido estrechando pese a que Marruecos es, probablemente, el país del mundo árabe donde más manifestantes se han echado a la calle para protestar por la invasión de Gaza y, de paso, denunciar la “normalización” de Rabat con el Estado hebreo.

Foto: Israel lanza con éxito al espacio el satélite espía ofek-13. (EFE/Ministerio Defensa Israelí)

Esta normalización dio un salto cualitativo en noviembre de 2021, cuando Benny Gantz, entonces ministro de Defensa israelí, viajó a Rabat para firmar un acuerdo de cooperación militar, industrial en el ámbito del armamento y de adiestramiento. Marruecos se ha atrevido incluso a permitir la escala, en el puerto de Tánger, del INS Komemiyutm, un barco de guerra israelí que navegaba entre Pensacola (EEUU) y Haifa.

A cambio de estos favores y de enajenarse a su opinión pública, las autoridades de Marruecos esperan que Israel les respalde sin fisuras en la guerra de muy baja intensidad que les enfrenta al Frente Polisario y les ayude además a ganar la carrera armamentística que libran con su vecino argelino. Argelia posee, al menos sobre el papel, el mayor y mejor ejército de África.

En Rabat confían además en que esta estrecha relación con el Estado hebreo les abra de par en par las puertas de la Casa Blanca; que desde Washington les ayuden a lograr que la comunidad internacional reconozca la soberanía marroquí sobre el Sáhara, como hizo Trump en diciembre de 2020.

Marruecos aprobó el mes pasado una licencia de exploración de hidrocarburos para la empresa israelí NewMed Energy en un área de 34.000 kilómetros cuadrados, algo más extensa que Cataluña o Bélgica, en aguas del Sáhara Occidental y a los pies de Canarias.

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