Su vídeo fue viral. Sin quererlo, se convirtió en la imagen de la contraofensiva ucraniana de 2023. Un soldado se asoma por la parte trasera de un Bradley. La puerta desciende lentamente hasta hundirse en la hierba. Con un fusil en la mano y un botiquín en la otra, el médico de combate comprueba que no hay enemigos alrededor y salta sobre un círculo de tierra. Hinca la rodilla derecha, y su cuerpo vuela por los aires.
Acababa de detonar una de las cientos de miles de minas que convierten a Ucrania en el país más minado del planeta. Tanto las tropas rusas como ucranianas han sembrado los campos en un intento de frenar cualquier avance en el frente.
Con un enemigo bien atrincherado e inferioridad aérea, Kiev detuvo su campaña y Rusia pasó al ataque en la región de Donetsk. Empezó 2024, los drones ucranianos penetraron hasta el corazón de Moscú. Llegaron los F-16, y Ucrania cruzó la última línea roja invadiendo Kursk. El regreso de Trump a la Casa Blanca y sus insultos a Zelenski desatan la incertidumbre sobre el futuro de la guerra. Y así hasta febrero de 2025, el tercer año de la invasión. En esta época de scroll infinito, la historia del médico de combate quedó en el olvido.
Su nombre es Oleh.
Oleh sobrevivió a la mina.