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Entendiendo la gran sorpresa de la noche electoral alemana: Die Linke arrasa entre los jóvenes
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"Es algo inimaginablemente grande"

Entendiendo la gran sorpresa de la noche electoral alemana: Die Linke arrasa entre los jóvenes

La Izquierda alemana da la campanada y consigue entrar en el Bundestag, duplicando su resultado electoral en comparación con los últimos comicios. Por el contrario, los liberales consiguen uno de sus peores resultados

Foto: Celebración de Die Linke tras las elecciones generales alemanas. (EFE)
Celebración de Die Linke tras las elecciones generales alemanas. (EFE)

La noche electoral alemana no deparó muchas sorpresas y es una señal de que las encuestas todavía aciertan en alguna parte del mundo. Los conservadores de la CDU ganaron, pero sin lo suficiente para gobernar en solitario, y necesitarán una "Gran Coalición" con los socialdemócratas. Los ultraderechistas de Alternativa por Alemania hicieron historia con algo más del 20% de los votos, pero ya lo predecían las encuestas. La campanada la dio, sin embargo, Die Linke (La Izquierda).

La formación izquierdista ha logrado resucitar del letargo en el que se hallaba y, según las primeras proyecciones, se sitúa en el 8,6% (sin conocer aún los escaños definitivos), una cifra que duplica el 4,9% obtenido en los comicios del año 2021 y que le permite entrar de forma holgada en el Bundestag. La victoria es aún mayor cuando se anota que Die Linke ha resultado la formación más votada en Berlín y que es también el partido más votado entre los jóvenes de toda Alemania, según los resultados preliminares. Todo eso, a pesar de sufrir la escisión y división del voto del BWS de Sahra Wagenknecht.

"Siempre he creído que la izquierda volvería a subir, pero más del 8% es algo inimaginablemente grande", ha asegurado el líder de Die Linke, Jan van Aken. Berlín es la ciudad en la que más respaldo han obtenido (con un 22,4%) de los votantes. Se estima que en total hayan sido cuatro millones de personas las que han apoyado a la formación capitaneada por Aken y Heidi Reichinnek.

Existen varios elementos que pueden explicar como Die Linke ha pasado de ser un partido al borde de la extinción a dar la campanada, hasta el punto de superar a la formación de los liberales, que hasta hace unos meses, formaban parte del Gobierno.

Uno de los motivos puede responder a la creciente brecha generacional. Entre los jóvenes entre los 18 y los 29 años, Die Linke es la formación más votada, seguidos solo por la ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). En este sentido, los que más han votado a la AfD ha sido el sector poblacional de entre los 35 y los 44 años, mientras que los mayores de 65 han votado en masa a la CDU.

Pero, muchos analistas apuntan más bien a un voto protesta contra el auge de AfD, por un lado, y a la aquiescencia de la CDU con algunas de sus posturas, por otro. Quizá, incluso, avivados por el apoyo de Elon Musk a AfD. La formación ultraderechista no habría ganado nada reseñable de ese apoyo, pero Die Linke, sí.

Die Linke habría sabido emplear el hecho de que Friedrich Merz —el candidato de los democristianos y vencedor de estos comiciosrompiera el cordón sanitario a la ultraderecha al usar su respaldo para sacar adelante una resolución contra la inmigración ilegal. Un argumento que, durante su campaña electoral, le ha servido para conquistar a los más reacios de las políticas de deportación y control fronterizo.

En una de sus intervenciones en el Bundegstag, Reichinnek acuso a Merz de "abrir las puertas al fascismo". "Todo esto ocurrió apenas dos días después de conmemorar la liberación de Auschwitz, dos días después de recordar a los asesinados y torturados. Ahora estás colaborando con quienes siguen defendiendo esa misma ideología". Merz, sin embargo, —y ya como ganador— ha descartado tajantemente cualquier coalición con la extrema derecha y ha planteado volver a tender la mano a los socialdemócratas y a los Verdes.

Foto: Friedrich Merz durante las elecciones de este 23 de febrero. (REUTERS / Thilo Schmuelgen)

Pero, lo que realmente consiguió que Reichinnek incendiara las redes y multiplicara el apoyo de los jóvenes fue su llamado a terminar con los movimientos de extrema derecha. "No os rindáis, resistid al fascismo, ocupad las barricadas", animó. Sus discursos políticos se han hecho virales en redes como en TikTok, la red social por excelencia entre los más jóvenes. Tanto es así que la izquierdista ha conseguido labrarse el apodo de "la reina roja" en esta red social. Para los usuarios, Reichinnek representa el freno del avance del "fascismo" en Europa y en el mundo.

Otro motivo podría estar detrás de que los socialdemócratas liderados por Olaf Scholz han obtenido un 16% de los votos, casi 10 puntos porcentuales menos de los que consiguieron amasar en las últimas elecciones, convirtiéndose en el peor resultado de su historia. Esta 'huida de votos' podrían haberse dirigido a La Izquierda al situar cada vez más su foco hacia políticas "socialdemócratas", según apuntan los expertos.

Deblace del FDP

En paralelo, el partido Liberal (FDP) con Christian Lindner a la cabeza cayó en picado y se quedó sin entrar en el Parlamento al obtener apenas un 4,3% de los votos. Su candidato ya ha adelantado que "abandonará la política" si "el FDP abandona el Bundestag (...) si mañana termina mi carrera política, me marcharé con un solo sentimiento: gratitud por casi 25 años intensos, desafiantes y llenos de diseño y debate".

Lindner formaba parte hace apenas unos meses de la coalición semáforo —capitaneada por Olaf Scholz y formada, además, por la CDU y Los Verdes—. Fue su último órdago lanzado a Scholz sobre el manteamiento de la deuda federal - un elemento clave en la política de los liberales - el que supuso que el canciller alemán decidiera destituirlo y, por ende, acabar con la coalición tripartita. Consciente de que las encuestas le daban unos resultados por debajo del umbral mínimo necesario, Linder se abanderó de propuestas políticas que incentivasen la reforma del sistema fiscal alemán.

Poco después de la ruptura de la coalición, el candidato mostró abiertamente sus simpatías por las políticas 'libertarias' del presidente argentino, Javier Milei, y por Elon Musk, uno de los hombres de confianza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y quien defiende, en línea con Lindner, reducir la burocracia. Sin embargo, de poco le sirvió intentar cortejarles: Musk ya tenía claro que apostaría todo a la formación de extrema derecha AfD y a su candidata, Alice Weidel. La formación ultraderechista ha conseguido situarse en estas elecciones como la segunda fuerza más votada, duplicando sus votos hasta alcanzar un 19,5%.

Además de los liberales, la Alianza rojiparda de Sahra Wagenknecht (BSW) —quién se separó de Die Linke en el año 2003— también se quedó a las puertas de entrar en el Bundegstag al haber obtenido el 4,97% de los votos. Una posibilidad que ya adelantó el secretario general de la BSW, Christian Leve, al declarar a la prensa que en su partido son "conscientes de la tendencia en los sondeos (...) nunca nadie ha conseguido entrar en el Bundestag en los primeros tiempos de su fundación".

La noche electoral alemana no deparó muchas sorpresas y es una señal de que las encuestas todavía aciertan en alguna parte del mundo. Los conservadores de la CDU ganaron, pero sin lo suficiente para gobernar en solitario, y necesitarán una "Gran Coalición" con los socialdemócratas. Los ultraderechistas de Alternativa por Alemania hicieron historia con algo más del 20% de los votos, pero ya lo predecían las encuestas. La campanada la dio, sin embargo, Die Linke (La Izquierda).

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