Los conservadores alemanes afrontan la formación de una gran coalición con la presión de Europa y Trump
Este lunes empieza el periodo de conversaciones entre los partidos, que se perfilan como complicadas por una intensa campaña electoral. Los retos migratorios y económicos han polarizado el debate político
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"Esta noche celebramos y mañana por la mañana empezamos a trabajar". El líder conservador alemán Friedrich Merz, ganaba este domingo 23 de febrero las elecciones con el 28,5% de los votos, pero tiene por delante un gran reto político. El resultado, que aunque el partido democristiano (CDU) ha calificado como "histórico", está por detrás del 30-35% que esperaban, le obliga a formar una coalición de Gobierno que pasa por incluir a los socialistas del SPD para una gran coalición. La fiesta de celebración durará poco. "Debemos ser capaces de actuar rápidamente. El mundo exterior no nos espera", se arengó a sí mismo el futuro canciller de Alemania.
Este lunes empieza el periodo de conversaciones entre los partidos, que se perfilan complicadas en un país acostumbrado a las coaliciones, pero que siempre se toman su tiempo. La última vez, 10 semanas. Hace 10 años, las conversaciones para formar otra gran coalición, en ese momento con Angela Merkel a la cabeza, duraron casi 3 meses. Los retos migratorios y económicos han polarizado el debate político, y el necesario acercamiento entre los conservadores y socialdemócratas y Verdes encontrará problemas, pese a la presión que coloca sobre estas formaciones, perdedoras del gobierno actual, la necesidad de un acuerdo que proscriba a los ultras de AfD.
La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que ha obtenido un 4,9% de las papeletas, finalmente se ha quedado fuera del Parlamento al no superar el 5% mínimo que establece la legislación electoral alemana. El Partido Liberal Demócrata se ha hundido al caer siete puntos porcentuales y, al hacerse con un 4,3%, también se queda sin representación.
El bloque CDU/CSU fue la candidatura con más representación en el Parlamento alemán, con 208 asientos, seguida de la ultraderechista AfD, con 152; SPD, con 120; Los Verdes, con 85; La Izquierda, con 64; y la Asociación de Votantes del Schleswig Meridional (SSW) con un escaño.
Ni Europa —"ni el mundo", como ha dicho el propio Merz— puede permitirse esperar a una Alemania descabezada y envuelta en negociaciones intestinas. Donald Trump y sus aranceles en Estados Unidos, la guerra de Ucrania en un punto de inflexión y Europa todavía encontrando su voz común tras el shock del abandono estadounidense... Merz es consciente de que Alemania —prácticamente fuera de combate desde que Olaf Scholz convocara elecciones anticipadas— debe regresar pronto al ruedo geopolítico y al motor europeo.
"Tenemos que regresar para que nos vuelvan a respetar en el mundo, para ser un socio fiable". Friedrich Merz plantea que el nuevo Gobierno esté formado para abril. El resultado de estas elecciones, con el cambio de liderazgo alemán, no solo marca el futuro de la mayor economía de Europa, sino también las perspectivas del continente ante una crisis existencial marcada por el 'divorcio' con Estados Unidos en materia de defensa.
Justo cuando el tan promocionado modelo económico del país parece estar desmoronándose, el futuro canciller deberá hacer frente a las nuevas amenazas a la seguridad europea, así como las relaciones inestables con Rusia y China. "Las grandes expectativas reflejan los grandes desafíos que enfrentará desde el primer día de su probable cancillería. Una Rusia agresiva, unos Estados Unidos hostiles y una Europa que se está desintegrando: Merz podría ser puesto a prueba más duramente […] que cualquier canciller de la república de posguerra", apunta un análisis de Der Spiegel.
La ruptura de la relación transatlántica entre Estados Unidos y Europa salpicó directamente la campaña electoral alemana después de que el vicepresidente JD Vance criticara a los países europeos por la falta de "libertad de expresión" en la Conferencia de Seguridad de Múnich. En sus palabras se leyó un programa de cambio de régimen en toda Europa, con Alemania y el partido ultraderechista AfD como primera parada. Merz reconoció que el claro apoyo de Washington a la AfD y a la candidata Alice Weidel —también abanderado por Elon Musk— anunciaban "cambios tectónicos en los centros de poder político y económico del mundo". Y Alemania no va a salir ilesa.
Uno de los grandes desafíos del conservador será afianzar alianzas como la de la UE y Reino Unido y dejar a Estados Unidos en un segundo plano. Una tarea complicada especialmente para la CDU y el propio Merz, que tienen un largo historial de amistad con Washington y era considerado acérrimo atlantista. El nuevo canciller ha viajado a EEUU más de 100 veces y en alguna ocasión ha reconocido que tiene al expresidente Ronald Reagan como uno de sus modelos políticos a seguir.
Ahora, el futuro canciller deberá acostumbrarse a que su amigo indispensable ha dejado de serlo. Con el escrutinio todavía sin terminar, en una de sus primeras declaraciones públicas, Merz aseguró que la prioridad principal de su gobierno sería la de asegurar que Europa puede obtener independencia estratégica total de Estados Unidos en su defensa contra Rusia. El conservador aseguró que no se "hacía ninguna ilusión" sobre Trump y alertó que Europa debería prepararse para que Trump ponga fin a la protección de la OTAN. "No está claro si seguiremos (en la siguiente cumbre de junio) hablando de la alianza en su forma actual", dijo. Pero, tal y como aseguró en otros eventos políticos durante la campaña, afirmó estar listo para asumir la responsabilidad de lidiar con la ‘ruptura’ transatlántica. "Yo, por mi parte, estoy decidido a hacerlo", sentenció.
Donald Trump ya había mostrado en su primer mandato que no sentía una especial admiración por Alemania y llegó a criticar sus fuertes exportaciones al país. También quedó en evidencia su tensa relación con la entonces canciller Angela Merkel.
El propio Merz apuntaba, a una semana de las elecciones de este domingo, que entiende cómo se hace política en Estados Unidos. "Y sé una cosa: que los estadounidenses no respetan a la gente que se hace más pequeña de lo que es. Si uno se planta frente a los estadounidenses con autoestima y con las ideas claras, le muestran respeto; si uno va como un enano, es tratado como un enano", dijo.
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Según algunos expertos, ese conocimiento al que apunta Merz podría convertirle en la mejor opción para gestionar las relaciones con el presidente estadounidense, Donald Trump. "Merz es uno de los alemanes mejor conectados en Estados Unidos. En este sentido, tengo mucha confianza. Además, él sabe cómo funcionan las cosas. Está acostumbrado a la mentalidad de que hay que hablar con claridad", sostiene Thomas Silberhorn, un diputado conservador especializado en relaciones transatlánticas, a POLITICO.
Merz just said on German TV that the primary priority of his government will be to ensure that Europe can achieve full strategic independence from the United States in the defence against Russia.
— Alexander Clarkson (@APHClarkson) February 23, 2025
Merz was once a die hard Atlanicist. After Trump he is a Gaullist.
Extraordinary.
El cambio de era al que Merz ha hecho referencia en varios discursos es la continuación de ese cambio que ya anunció Olaf Scholz después de la invasión rusa a gran escala en Ucrania. Ese punto de inflexión en un escenario de grandes crisis globales, la famosa Zeitenwende. Pero analistas como Herfried Münkler afirman que el verdadero punto de inflexión está todavía por llegar en Alemania.
"El mayor perdedor de los últimos acontecimientos es Alemania, no solo porque su poder económico se ha reducido, sino también porque los políticos alemanes confiaron incondicionalmente hasta el final en la relación transatlántica", escribió en el periódico Die Zeit. “El próximo gobierno tendrá que hacer grandes esfuerzos para reafirmar el liderazgo alemán en Europa”, aseguró.
Distanciamiento con Scholz y Merkel
Según los analistas, Merz se caracteriza por su audacia, que refleja la convicción de que Alemania debe participar con mayor fuerza en los asuntos europeos y mundiales. Es una contraposición a las críticas que ha recibido Olaf Scholz durante su gestión por su indecisión y cautela en muchos temas políticos, incluso dentro de su coalición.
Un Gobierno con el candidato conservador a la cabeza tendrá pocos puntos en común con la coalición 'semáforo' de Scholz, pero es muy probable que también tenga poco que ver con los anteriores gobiernos de Angela Merkel.
Especialmente en materia migratoria, el futuro canciller hizo una de sus apuestas más arriesgadas al aceptar los votos de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) para aprobar una medida para frenar la llegada de refugiados al país. Fue el llamado Tabubruch, la ruptura de un tabú histórico en Alemania con el que se desmarcaba definitivamente del lema de Merkel Wir schaffen das ("Lo lograremos") para aceptar a solicitantes de asilo.
Más allá de los retos que afrontará en su gestión, esta no ha sido la victoria que el candidato conservador esperaba. Después de otros intentos para llegar al poder y de sus diferencias políticas con Angela Merkel, Merz conseguirá hacerse con la mayoría de diputados en el Bundestag, pero no podrá gobernar Alemania en solitario.
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Los primeros resultados apuntaban a que sería necesaria una coalición con los socialdemócratas del SPD y Los Verdes, encabezados por Robert Habeck. Esta alianza política estaba destinada a ser motivo de altas discrepancias porque los miembros de CSU, la filial bávara de los democristianos, han mostrado abiertamente su rechazo a formar un Ejecutivo con Los Verdes. Todo dependía de si los liberales del FPD o el partido de la 'rojiparda' Sahra Wagenknecht lograban o no llegar al umbral de 5% de los votos necesario para entrar en el Bundestag. Finalmente, ninguna de las dos formaciones pudieron superar el porcentaje mínimo, abriendo la puerta de nuevo a la Gran Coalición de democristianos y socialistas.
Pese a que las negociaciones serán complicadas, es una buena noticia para un partido democristiano que quería evitar, en la medida de lo posible, una alianza tripartita después de la experiencia con la coalición 'semáforo' de Scholz. "Hemos visto que no funciona", dijo uno de los asesores del partido en la noche electoral a Die Welt.
Alternativa para Alemania sigue estando descartada para formar parte de cualquier alianza política por el Brandmauer, el cordón sanitario que todos los partidos se han comprometido a respetar para evitar la llegada de la extrema derecha al poder.
Friedrich Merz, en sus primeras declaraciones, no hizo referencia al resultado histórico que ha logrado la formación de Alice Weidel con el 20.4% de los votos. Se limitó a agradecer el apoyo de sus votantes y a reconocer que tiene una difícil tarea por delante. "Sé que no será fácil", aseguró.
"Esta noche celebramos y mañana por la mañana empezamos a trabajar". El líder conservador alemán Friedrich Merz, ganaba este domingo 23 de febrero las elecciones con el 28,5% de los votos, pero tiene por delante un gran reto político. El resultado, que aunque el partido democristiano (CDU) ha calificado como "histórico", está por detrás del 30-35% que esperaban, le obliga a formar una coalición de Gobierno que pasa por incluir a los socialistas del SPD para una gran coalición. La fiesta de celebración durará poco. "Debemos ser capaces de actuar rápidamente. El mundo exterior no nos espera", se arengó a sí mismo el futuro canciller de Alemania.