La derecha alemana gana las elecciones y AfD hace historia con un 20%, según primeras proyecciones
Los primeros sondeos de las elecciones alemanas dan la victoria al candidato conservador, Friedrich Merz, seguido de la formación de extrema derecha AfD, y del socialista Olaf Scholz
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Friedrich Merz, el candidato del conservador Partido Democristiano (CDU), ha ganado las elecciones alemanas de este 23 de febrero con el 28,6% de los votos, según las primeras proyecciones del escrutinio. La ultraderecha de Alternativa por Alemania hace historia con un 20,4% de los votos, quedando como segunda fuerza, y los socialistas del SPD, líderes del gobierno saliente, se quedan con apenas un 16%, casi 10 puntos porcentuales menos que los obtenidos en 2021, uno de los resultados más bajos de su historia. La segunda sorpresa ha sido la subida a última hora de Die Linke, con el 8,5%, que ha arrasado entre los jóvenes. Se trata de las primeras proyecciones y no datos definitivos. Un segundo sondeo ofrece datos muy similares, aunque con la entrada de dos formaciones pequeñas (los Liberales y BSW), que alcanzarían el 5%.
Sin embargo, la victoria de los conservadores (casi 5 puntos porcentuales más que en las elecciones anteriores, pero lejos del 35% que esperaban) no es suficiente como para gobernar en solitario y el líder conservador deberá iniciar ahora las conversaciones con otros partidos políticos para encontrar a su socio de coalición. Los primeros resultados apuntan a que tendrá que ser el canciller saliente, el socialista Olaf Scholz, su principal socio de Gobierno.
En sus primeras declaraciones tras conocerse el resultado de los sondeos a pie de urna, Friedrich Merz, ha adelantado que intentará que las negociaciones para la formación del próximo gobierno, que pasa necesariamente por una coalición, se produzcan "lo más rápido posible". "El mundo no nos espera (...) Tenemos que regresar para que nos vuelvan a respetar en el mundo, para ser un socio fiable". Las últimas negociaciones se prolongaron 10 semanas.
Los socialistas del SPD han obtenido el 16% del apoyo en las urnas, por lo que se podría in extremis formar una Gran Coalición, GroKo por sus siglas en alemán. Aunque lo más probable (dado lo ajustado del resultado) es que necesiten a un tercer aliado. Los Verdes son en este momento la opción más probable, aunque también la más complicada. La formación ha obtenido un 13,5% de los votos, tan solo un punto porcentual menos que los obtenidos en las elecciones anteriores, por lo que es la formación menos 'castigada' de las tres que formaban la coalición de gobierno saliente. Los Liberales de FDP, en el borde del umbral electoral (4,9% según un sondeo a pie de urna, 5% según otro), han sufrido una debacle con 6,5 puntos porcentuales menos.
Las elecciones anticipadas, después del fracaso político de la coalición 'semáforo' capitaneada por el canciller Scholz, han tenido lugar bajo la amenazante sombra del partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania. El canciller saliente ha entonado el mea culpa por la derrota sin paliativos de su formación, aunque también ha arengado que no pueden quedarse "de brazos cruzados" ante el auge de AfD. "No se puede colaborar con la ultraderecha. Nosotros no lo haremos, y espero que otros tampoco lo hagan"; ha dicho, en una advertencia a la CDU y Friedrich Merz.
Tal y como apuntaron las encuestas, la candidata Alice Weidel ha obtenido cerca del 20% de los votos. Sin embargo, no formará parte de ninguna alianza política por la Brandmauer, el "cordón sanitario" al que se han comprometido todos los partidos para evitar la llegada de la ultraderecha al poder.
Alice Weidel, después de conocer los resultados a pie de urna, ha subrayado que el resultado ha sido histórico. “Nuestra mano está tendida para el pueblo, queremos hacer política para nuestro país y estamos abiertos a una coalición con la CDU”, afirma para la televisión alemana. “Si eso no sucede, no hay opción de cambio en Alemania”.
El “cordón sanitario” frena las posibilidades de AfD de entrar en un Gobierno y Weidel ha explicado sus planes fuera del Ejecutivo. “Queremos ser una oposición constructiva, como llevamos haciendo desde 2017. Hemos visto que podemos hacer políticas exitosas para nuestro país”, ha dicho. En sus primeras declaraciones como segunda fuerza más votada, la candidata de la formación de extrema derecha ha recordado sus propuestas basadas en el cierre de fronteras, acabar con la burocracia y bajar impuestos. “Estamos listos para hacer política”, ha sentenciado.
La gran sorpresa de esta noche ha sido el ascenso de Die Linke. Según los primeros sondeos a pie de urna, la formación de izquierdas ha llegado al 8,5% de los votos. Hace meses, parecía que el partido tenía que luchar por su supervivencia, pero su discurso basado en la economía y en fenómenos como la subida de los alquileres ha conquistado a una gran parte del electorado joven en Alemania.
"Tendremos que acostumbrarnos a convivir políticamente con AfD", afirma Anneke desde un colegio electoral en el distrito berlinés de Mitte. La mujer de 42 años va acompañada de su hija y está convencida de que estas elecciones son históricas para Alemania. "Creo que pocas veces hemos vivido una época de tanta incertidumbre y de tensión. En Alemania y fuera de ella", sostiene.
Tres meses después de la caída del Gobierno de Scholz, muchos alemanes tienen una actitud pesimista. "Muchas cosas tienen que cambiar en este país. Estamos hartos de los ataques en las calles, de que hayamos perdido nuestra economía", agrega Stephan Ecke, otro votante en el mismo colegio electoral.
Tanto Anneke como Stephan no están acostumbrados a votar en invierno. Históricamente, las elecciones se celebran en septiembre, pero la caída del Gobierno ha obligado a adelantar la fecha al pleno invierno alemán. "Al menos no está nevando como la semana pasada", bromea Ecke.
Este domingo, cerca de 59 millones de personas han salido a votar después de una intensa campaña electoral, marcada por ataques como el de Magdeburgo, Aschaffenburgo y Múnich, perpetrados por solicitantes de asilo o personas migrantes. En pocas semanas, reinó una sensación de inseguridad en el país que potenció el debate sobre cómo se pueden prevenir estos crímenes y si es necesario adoptar medidas más duras en la política migratoria.
El debate culminó en una polémica votación en el Reichstag en enero, en la que Friedrich Merz rompió con un tabú histórico y aceptó los votos de AfD para intentar aprobar una regulación que endurecía las condiciones para la entrada de refugiados al país. A pesar de las manifestaciones en varias ciudades del país contra la decisión del candidato conservador, su apoyo se ha mantenido. "Creo que mucha gente lo ha acabado votando a Merz para ayudar a la estabilidad política del país. Para que no se fragmente el voto", continúa Stephan Ecke a la salida del colegio electoral.
Una de las grandes incógnitas de estas elecciones era el apoyo que iban a tener los partidos más pequeños como Die Linke (La Izquierda), los liberales de FPD y la formación de la 'rojiparda' Sahra Wagenknecht. Finalmente, y tal como apuntaban las encuestas, Die Linke ha obtenido el 5% necesario para entrar al Parlamento. Los liberales y Wagenknecht se han quedado a las puertas.
Un voto 'para la cohesión'
El discurso antimigratorio ha sido la gran baza electoral de Alice Weidel y de otros políticos de AfD, que han conseguido el mejor resultado hasta la fecha en una elección nacional. El crecimiento de la formación de extrema derecha ha sido progresivo en los últimos años y se afianzó el año pasado, después de varios comicios regionales y en las elecciones al Parlamento Europeo.
Los analistas políticos apuntan a que cada vez hay menos dudas de que los votantes de la formación de Weidel actúan más por convicción que por decepción hacia otros partidos tradicionales. Especialmente en temas como la política de asilo y la economía, muchos alemanes piensan que las propuestas del partido extremista son las más efectivas. "En Alemania tienen que cambiar muchas cosas y eso es algo que no todos los partidos quieren. AfD es el único que promueve ese cambio y que está dispuesto a hacer algo para conseguirlo", afirmaba a El Confidencial uno de sus votantes, Frank Sterzinger, en un mitin del partido en Königs Wusterhausen, en el estado de Brandenburgo.
En estas elecciones, AfD no tiene posibilidades de entrar en un Gobierno, pero es posible que la situación sea muy diferente dentro de cuatro años. “Las tareas del próximo gobierno federal incluirán tomar decisiones importantes en política migratoria. Si no hay cambios notables en la política migratoria, el AfD podría beneficiarse del descontento con los partidos gobernantes. No se puede decir ahora si esto podría afectar al 'cortafuegos' ni cómo. Para poder juzgar esto, primero tenemos que esperar y ver cómo funcionará el futuro gobierno federal en la próxima legislatura”, apunta Hendrik Träger, analista del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Leipzig, a El Confidencial.
Pocas horas después de que se abrieran los colegios electorales, el canciller Olaf Scholz votaba en un colegio de su circunscripción en Potsdam. "Acuda a votar. Por un salario mínimo más alto, por rebajas fiscales para la gran mayoría, por pensiones estables e inversión en buenos empleos y en nuestra seguridad. Por un gobierno estable y la cohesión social en nuestro país", escribió después en su cuenta en la red social X.
Los primeros datos han apuntado a una participación récord en los comicios de este domingo, donde el 52% de la población había ido a votar hasta las 14:00 horas. En las últimas elecciones de 2021, esta cifra era del 36,5 %. Sin embargo, la necesidad de organizar las elecciones a contrarreloj ha ocasionado problemas para algunos residentes en el extranjero y el Ministerio de Exteriores ha reconocido que en casos individuales es posible que los votantes se hayan quedado sin poder votar.
Friedrich Merz, el candidato del conservador Partido Democristiano (CDU), ha ganado las elecciones alemanas de este 23 de febrero con el 28,6% de los votos, según las primeras proyecciones del escrutinio. La ultraderecha de Alternativa por Alemania hace historia con un 20,4% de los votos, quedando como segunda fuerza, y los socialistas del SPD, líderes del gobierno saliente, se quedan con apenas un 16%, casi 10 puntos porcentuales menos que los obtenidos en 2021, uno de los resultados más bajos de su historia. La segunda sorpresa ha sido la subida a última hora de Die Linke, con el 8,5%, que ha arrasado entre los jóvenes. Se trata de las primeras proyecciones y no datos definitivos. Un segundo sondeo ofrece datos muy similares, aunque con la entrada de dos formaciones pequeñas (los Liberales y BSW), que alcanzarían el 5%.