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En esta plaza se decidirá el futuro de Alemania: "Aquí hay mucha gente que quiere atacarnos"
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En esta plaza se decidirá el futuro de Alemania: "Aquí hay mucha gente que quiere atacarnos"

Desde que ocurrió el ataque en el mercadillo de Navidad de Magdeburg, se ha registrado un aumento de los ataques contra los inmigrantes en la ciudad, uno de los bastiones de AfD

Foto: Memorial en Magdeburg por las víctimas del atropello de diciembre. (EFE/Hannibal Hanschke)
Memorial en Magdeburg por las víctimas del atropello de diciembre. (EFE/Hannibal Hanschke)

El 20 de diciembre de 2024 iba a ser un día normal para Bernd Müller. Por la mañana, fue a hacer la compra, comió con uno de sus hijos y, por la tarde, decidió ir a dar una vuelta al mercadillo de Navidad de su ciudad natal, Magdeburg. Estaba frente a la explanada donde habían colocado todos los puestos con decoraciones y comida cuando, de repente, escuchó un golpe fuerte, seco. "El coche entró por ese lado (señala una de las zonas de la plaza) y atropelló a todo el mundo que estaba allí. El ataque no duró ni 10 minutos", explica.

Müller es uno de los testigos del atropello masivo en la ciudad de Sajonia-Anhalt, en el que murieron seis personas y cerca de 200 resultaron heridas. El alemán, ingeniero jubilado, recuerda desde el mismo lugar en el que ocurrió el atentado que los habitantes se quedaron en shock y muchos siguen en este estado. "Seguimos todos de luto", sostiene. Un memorial con fotos, flores y dedicatorias sirve como homenaje a las víctimas. Algunas personas pasan por al lado y hacen fotografías. "No olvidamos lo que pasó, tampoco podríamos porque es un problema que va mucho más allá del ataque en diciembre", subraya Müller.

El vecino de Magdeburg se refiere a la inmigración, uno de los problemas, junto con la economía, que más preocupan a los alemanes. Fue precisamente el atraque del 20 de diciembre el que ayudó a reconfigurar la campaña electoral para poner este fenómeno en el centro del debate. El candidato conservador de la CDU, Friedrich Merz, ha prometido medidas más drásticas para limitar la entrada de solicitantes de asilo. En un grado menor, también el canciller y candidato socialdemócrata Olaf Scholz, tuvo que incluir nuevas promesas en su programa relacionadas con este fenómeno.

Ha sido Alice Weidel, la líder del partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania, la que tiene la postura más radical contra la inmigración y apuesta por cerrar las fronteras, deportaciones a gran escala de personas en una situación irregular y la salida del sistema europeo de asilo. Además, la formación ultraderechista ha prometido que solamente podrán tener la nacionalidad alemana aquellos que sean hijos de padres alemanes y casos extraordinarios. Pocos días después del atropello, Weidel se desplazó hasta Magdeburg para liderar una manifestación. "Quien desprecia todo lo que representamos, todo lo que amamos, no nos pertenece".

La candidata de AfD hacía referencia a Taleb A., identificado como el autor del ataque en el mercadillo navideño. El atacante, no obstante, tiene un perfil poco común: se consideraba un activista antiislámico y simpatizaba con ideas de extrema derecha. Pero tanto los grupos extremistas como la propia Alternativa para Alemania solo se han fijado en que Taleb A. es un inmigrante de Arabia Saudí.

El ataque de Magdeburgo y el posterior discurso han sido el caldo de cultivo perfecto para que los inmigrantes, o aquellos percibidos como inmigrantes, hayan sido víctimas de una ola de abusos, discriminiación y violencia en la ciudad del estado de Sajonia. "El atropello fue una oportunidad para que muchas personas atacaran a otras que ven diferentes, por su color de piel o porque, básicamente, no parecen alemanes. En muchos casos las agresiones son físicas, en las calles, en tranvías, trenes… Además, muchas personas también fueron insultadas verbalmente y han experimentado daños a sus automóviles o buzones de correo si sus apellidos no son alemanes", explica Aras Badr, un asesor para migrantes en el centro de asesoramiento Entknoten.

Desde el pasado 20 de diciembre, la organización de Badr ha registrado cerca de 35 ataques contra inmigrantes en Magdeburg. "Para entender la magnitud del problema, tengamos en cuenta que de media se registran entre 60 y 70 ataques de este tipo cada año en toda Sajonia-Anhalt. Y los 35 son solamente de Magdeburg y desde el pasado diciembre", aclara el activista en entrevista con El Confidencial. Los números en la sombra, aquellos casos que no se reportan por miedo o por desconocimiento sobre sus derechos, se calcula que triplican la cifra de la organización.

Un mes después del atropello masivo en Magdeburg, un hombre afgano que tenía antecedentes de enfermedad mental, según las autoridades, atacó con un cuchillo a un grupo de niños en Aschaffenburg. Un hombre y uno de los niños murieron en el ataque. El pasado viernes, la ciudad de Múnich fue víctima de otro atropello que está siendo investigado como un atentado islamista.

Estos últimos capítulos de violencia han radicalizado a una parte de la población y ha impulsado medidas más duras contra el fenómeno migratorio por parte de partidos como la CDU. En enero, Friedrich Merz intentó aprobar una medida para frenar la llegada de refugiados y aceptó los votos de AfD para sacar adelante la moción. Fue la primera vez en la historia moderna del país que se pactó con la extrema derecha. Se rompió el tabú, o Tabubruch, como lo llaman en Alemania.

En el 'bastión' de AfD

A pesar de la polémica entre los otros partidos por la "traición" de Merz, muchos votantes creen que hay que tomar medidas más duras contra la inmigración. El propio Bernd Müller, a pesar de no ser un simpatizante de la extrema derecha, apunta desde la plaza de Magdeburg que "no podemos seguir así". "Alemania se está rompiendo por muchas cosas, pero una de ellas es que tenemos a millones de personas que están en las calles, sin hacer nada. No trabajan, no se integran", afirma.

Sajonia-Anhalt es uno de los bastiones de AfD en el este de Alemania y solamente en este estado cuenta con el 31% de los votos. A nivel federal, la formación se sitúa en segundo lugar con cerca del 22% de la intención de voto. Aras Badr sostiene que el país está en un punto en el que es difícil frenar a la ultraderecha, especialmente en algunas ciudades del este del país. "Aquí hay racismo. Y diariamente. Yo puedo entender que la gente esté preocupada por la integración de las personas y entiendo que hay cosas en los que sea complicado, pero también veo que esta no es una sociedad muy acogedora para mucha gente", explica en entrevista con este periódico.

Por otro lado, Badr explica que muchos alemanes vinculan la inmigración con otros problemas de la sociedad, como la economía. "Hay dos maneras de verlo: como un problema o como yo lo veo, que es que mucha gente con antecedentes migratorios hacen una contribución muy importante a la sociedad y la economía alemana", sentencia. "Así que sí, tenemos un problema con la extrema derecha, pero también con el racismo. Mucha gente de fuera se quiere ir de aquí, de Magdeburg. Y desde el ataque de diciembre muchos ya lo han hecho", añade.

La inmigración copa el debate en las calles desde hace tiempo, pero la campaña electoral lo ha intensificado. Sobre todo después de ataques como el de la semana pasada en Múnich, los llamados de AfD para frenar la llegada de solicitantes de asilo son cada vez más recurrentes. "Ellos quieren mantener el tema en la agenda pública y seguir ocupando el espacio con eso para afirmar que tienen las ‘mejores’ propuestas para limitar la inmigración", explica Joachim Trebbe, politólogo de la Freie Universität Berlin y experto en la instrumentalización de la inmigración en los medios.

La sensación de inseguridad en algunas partes del país ha provocado que algunos gobiernos locales tomen medidas como crear zonas "libres de cuchillos" (Messerfreie Zonen) o de armas. La zona, en algunas ocasiones estaciones de tren o lugares concurridos, se señala con un cartel para evitar incidentes violentos.

La medida ha sido fuertemente criticada por AfD. "Han utilizado esto para condenar todo lo que se haga para frenar los 'síntomas' de la inmigración 'descontrolada'. Ellos intentan centrar el tema en las causas y eso les ayuda a mantener el tema en la agenda", subraya Trebbe. Los resultados de estas zonas son ambiguos y, mientras que en algunas ciudades se ha registrado una caída de la violencia, en otros no se han notado cambios. Este es el caso de Magdeburg y los delitos con violencia han aumentado de manera constante desde 2021.

Bernd Müller no ha oído hablar de esa "zona libre de armas" en su ciudad natal. No se ha fijado dónde han colocado el cartel, pero no cree que eso vaya a frenar a una persona que quiera atacar un mercadillo de Navidad. "Quien quiera hacerlo lo hará de todas formas. Y por lo que parece tenemos mucha gente de esa aquí en Alemania".

El 20 de diciembre de 2024 iba a ser un día normal para Bernd Müller. Por la mañana, fue a hacer la compra, comió con uno de sus hijos y, por la tarde, decidió ir a dar una vuelta al mercadillo de Navidad de su ciudad natal, Magdeburg. Estaba frente a la explanada donde habían colocado todos los puestos con decoraciones y comida cuando, de repente, escuchó un golpe fuerte, seco. "El coche entró por ese lado (señala una de las zonas de la plaza) y atropelló a todo el mundo que estaba allí. El ataque no duró ni 10 minutos", explica.

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