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El debate más alemán: ni el 'Tabubruch' consigue que los candidatos saquen los cuchillos
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El debate más alemán: ni el 'Tabubruch' consigue que los candidatos saquen los cuchillos

Olaf Scholz y Friedrich Merz debatieron sobre la inmigración y los pactos con los ultraderechistas de AfD a dos semanas de las elecciones alemanas del 23 de febrero

Foto: Olaf Scholz y Friedrich Merz, en el debate del domingo 9 de febrero. (EFE/Michael Kappeler)
Olaf Scholz y Friedrich Merz, en el debate del domingo 9 de febrero. (EFE/Michael Kappeler)

Cuando empezó el período electoral en Alemania, todos los candidatos se comprometieron a llevar a cabo una campaña justa. Pero, como suele ser casi usual en la política, los políticos tardaron poco en iniciar una ofensiva para debilitar al oponente. Olaf Scholz, el canciller y candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), se refirió a su oponente democristiano de la CDU, Friedrich Merz, con el término despectivo Fritze y dijo que solo dice Tünkram, tonterías. El conservador no se quedó corto y dijo que el todavía canciller alemán era una "vergüenza" entre sus homólogos europeos y que no está a la altura de su cargo.

En el debate televisivo entre los dos políticos, ese tono combativo desapareció casi por completo de la conversación. Merz, el favorito en las encuestas, y el candidato socialdemócrata chocaron a dos semanas de las elecciones en el encuentro por la inmigración y por las relaciones con el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Este último punto prometía ser uno de los más candentes de la conversación, después de que el democristiano hiciera tambalear la 'Brandmauer' en el Parlamento para endurecer la política migratoria alemana.

Fue lo que se llamó el Tabubruch, la ruptura de un tabú que ningún partido se atrevió a protagonizar en la historia moderna alemana. El primero fue Friedrich Merz y lo hizo como una medida in extremis para reducir la inmigración en el país, una de las principales preocupaciones de los votantes en las elecciones de este 23 de febrero.

Olaf Scholz ya condenó esa decisión a finales de enero, y volvió a repetir su postura en el debate del domingo. "Desgraciadamente, no puedo estar seguro de que usted no vaya a repetirlo", dijo Scholz, en referencia a una alianza con la extrema derecha que pondría fin al cordón sanitario, la Brandmauer. Merz ha rechazado esa posibilidad y asegura que no formará una coalición de Gobierno con la AfD de Alice Weidel. Aprovechó la ocasión para afirmar que el socialdemócrata no tiene la capacidad para lidiar con los problemas migratorios de Alemania y le acusó de "contar cuentos de hadas".

Foto: Manifestación contra la decisión de Friedrich Merz de aceptar los votos de AfD en el Bundestag. (Reuters/Christian Mang)

Este seguramente fue el punto más tenso del debate, aunque estuviera marcado por la cortesía entre los dos candidatos. "Me ha sorprendido esa cordialidad y esa atmósfera positiva. Han mostrado que puede haber un entendimiento entre los dos, lo que también abre la posibilidad de una gran coalición entre los partidos", apunta Luise Rürup, representante de la Friedrich-Ebert-Stiftung en España y Portugal (vinculada al SPD), en entrevista con El Confidencial. "Han mostrado su mejor lado, la mejor versión de los dos", añade.

Por su parte, Ludger Gruber, director y representante de la Fundación Konrad Adenauer en España y Portugal (vinculada a la CDU), apuntó que el debate fue un duelo, pero con respeto. "Alemania no lo había esperado después de los debates durísimos dos semanas atrás y los ataques mutuos en la campaña electoral", explica.

Foto: El candidato socialdemócrata alemán, Scholz. (EFE) Opinión

Los medios locales como Der Spiegel han hecho referencia específicamente al papel de Olaf Scholz en el debate, una figura política conocida por su carácter cerrado y poco carismático. "¿Dónde estaba Olaf Scholz? ¿Y quién era este hombre que compitió contra Friedrich Merz? El canciller, cuyo mensaje incluso los socialdemócratas consideran demasiado vago, actúa en el duelo de una manera que rara vez se ve. Se burla de Merz, interrumpe a su oponente y hace repetidas acusaciones directas contra él", opina una columna del medio alemán.

Las encuestas varían según la fuente, pero una gran parte de ellas apuntan a que los candidatos empataron. "No es una buena noticia para Scholz, que está mucho por detrás", afirma Ludger Gruber. El 'semitriunfo', sin embargo, es significativo para el candidato en la recta final de la campaña, en la que necesita remontar para poner la posible victoria electoral de Merz en peligro.

Vibraciones 'GroKo'

Desde que el democristiano rompió el tabú, miles de personas se han manifestado en Alemania contra la decisión de abrir la puerta a los votos de AfD en el Bundestag. La más reciente tuvo lugar este sábado en Múnich, donde se reunieron cerca de 250.000 personas, según la Policía, para protestar contra la ultraderecha.

El descontento, sin embargo, no se ha plasmado por ahora en los sondeos de manera significativa. La CDU mantiene su liderazgo con cerca del 29% de los votos, AfD el 21% y el SPD el 16%, según los últimos sondeos. A pesar de que una pequeña tendencia se inclina por una leve caída de los democristianos y una pequeña subida de la extrema derecha, el cambio no marca todavía una tendencia clara. "Todavía puede cambiar, hay que esperar. También hay que tener en cuenta que hay muchos que no han decidido el voto. Los indecisos representan cerca de un 40%, hay margen para mucho movimiento", continúa Rürup en entrevista con este periódico.

Por otro lado, los partidos más pequeños pueden jugar un papel muy importante para el próximo Gobierno alemán, como Los Verdes. Por otro lado, los liberales de FPD y el partido 'rojipardo' de Sahra Wagenknecht todavía están ante la duda de si conseguirán los votos suficientes para tener representación en el Bundestag alemán.

Uno de los escenarios que se barajan para las elecciones es una gran coalición entre la CDU y el SPD. Der Spiegel resumía que esa posibilidad estaba en el aire durante el debate y se refirió a las "vibraciones GroKo", las siglas en alemán para Gran Coalición. Según Der Spiegel, Merz ha dejado claro las diferencias que tiene con Scholz en lo que respecta a la política migratoria, pero dejó abierta la puerta a un acuerdo en esta materia. Por su parte, el Frankfurter Allgemeine habló de una "negociación entre futuros socios" en lugar de un duelo.

La economía fue otro de los puntos candentes durante el debate de este domingo y el candidato conservador acusó al socialdemócrata de haber causado una "desindustrialización" del país. "Ahora estamos en el tercer año de recesión, lo que nunca había ocurrido en Alemania, tenemos tres millones de parados en Alemania con una tendencia al alza con 700.000 vacantes que no se pueden cubrir y tenemos una ola de insolvencias como nunca antes en los últimos 15 años", señaló Merz.

Según Merz, 50.000 empresas más han quebrado en Alemania durante los tres años de mandato de Scholz, casi la mitad de ellas en el último año y la tendencia va en aumento, además de la pérdida de "300.000 puestos de trabajo en la industria". "Señor canciller, nunca hemos visto nada igual en la historia de nuestro país. Las empresas industriales se van al extranjero por docenas, se llevan su dinero fuera y el problema es que se ha ido y no vuelve. Hará falta un gran esfuerzo para detener esto", señaló.

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Scholz dijo, en cambio, que "no hay una desindustrialización". "Somos el país con la segunda industrialización más alta entre todas las naciones económicamente fuertes, es decir, del G7. Somos el país con el segundo PIB más alto, tenemos el mayor número de personas con trabajo y hemos bajado la inflación después de que subiera tanto tras la interrupción del suministro de gas de Rusia a Alemania y Europa", sostuvo. Indicó que hay 46 millones de personas con empleo, una cifra que va en aumento, y la segunda tasa de desempleo más baja de todos los países del G7.

Ludger Gruber resume que en el encuentro televisivo entre los dos candidatos, "Scholz se alabó permanentemente a sí mismo, describiendo la situación alemana como si fuera estupenda o por lo menos en el mejor camino. Un gran choque con la realidad empíricamente comprobada y psicológicamente percibida por la gente". Y concluye: "En general, mucho presente, poco futuro. Scholz, porque no puede de otra manera. Merz, porque no querría evitar cualquier riesgo".

Cuando empezó el período electoral en Alemania, todos los candidatos se comprometieron a llevar a cabo una campaña justa. Pero, como suele ser casi usual en la política, los políticos tardaron poco en iniciar una ofensiva para debilitar al oponente. Olaf Scholz, el canciller y candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), se refirió a su oponente democristiano de la CDU, Friedrich Merz, con el término despectivo Fritze y dijo que solo dice Tünkram, tonterías. El conservador no se quedó corto y dijo que el todavía canciller alemán era una "vergüenza" entre sus homólogos europeos y que no está a la altura de su cargo.

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