Algún día, el 'oro negro' se acabará en el Golfo. Para Omán, el turismo es parte de la solución
En una entrevista para El Confidencial, el ministro de Patrimonio y Turismo omaní, Salem bin Mohammed Al Mahrouqi, explica cómo el sultanato está diversificando su economía con el fin de reducir su dependencia del crudo
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Los países del Golfo Pérsico ya no pueden basar su economía en el petróleo. La expansión de las energías renovables y la naturaleza finita de este recurso, que según los expertos podría agotarse en tres o cuatro décadas, han llevado a la región a una carrera contrarreloj para diversificar su economía. Y el sector energético no es suficiente. Es algo de lo que los países árabes de la región son conscientes y que, desde hace años, están trabajando para suplir cualquier carencia que venga relacionada con la posible escasez del crudo.
Desde hace años, el turismo en la región está consiguiendo posicionarse como una estrategia clave para la diversificación económica. Es el nuevo 'petróleo del siglo XXI' y todos quieren aprovechar el momento. Países como Arabia Saudí, en el que el sector petrolero tiene un peso del 40% de su PIB, o Emiratos Árabes — donde la exportación del petróleo representa un 30% — la llegada de turistas ha superado los objetivos establecidos para el año 2030 por sus respectivos Gobiernos. Solo en el año 2023, Arabia Saudí recibió 27 millones de turistas, mientras que Emiratos recibió cerca de 17 millones.
Haciendo frontera con Emiratos, se encuentra el sultanato de Omán, un país que se ha mantenido en un segundo plano en la región, pero que ahora está tratando de emerger como un destino turístico clave. Es una apuesta segura para diversificar su economía y no apostar todo al crudo y al gas en un momento en el que el país ha experimentado varias reducciones en su producción. Ya en el 2023 Omán redujo de forma "voluntaria" 42.000 barriles diarios de petróleo "en coordinación con algunos países miembros de la OPEP+" que se alargó hasta el 2024. El país ya contaba antes con una reducción de 40.000 barriles. Una decisión que, según el Ministerio de Energía de Omán, se tomó para "reforzar los esfuerzos de precaución" y "apoyar la estabilidad y el equilibrio de los mercados petroleros".
Así, a través del ambicioso plan Oman Vision 2040, las autoridades omaníes apuestan por convertir el país en un destino de referencia en la región a través de la movilización de 18.000 millones de riales omaníes (casi 40.000 millones de euros) destinados a acondicionar el país al turismo internacional. Desde el inicio de esta estrategia, Omán apostó por un enfoque basado en el turismo cultural — respaldado por su fuerte identidad árabe — y en el turismo sostenible. Su fortaleza, a diferencia de sus vecinos, no está en los grandes rascacielos ni en las ciudades futuristas. La diferencia reside en algo de lo que presumen abiertamente: "su rica historia".
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"Hemos conocido la globalización antes de que se inventara el mundo", explica el ministro de Patrimonio y Turismo de Omán, Salem bin Mohammed Al Mahrouqi, en una entrevista con El Confidencial. "Los primeros árabes o musulmanes que fueron a China eran de Omán. Creo que somos los segundos, si no los primeros, en enviar un embajador a Estados Unidos y la relación con Europa existe desde hace mucho tiempo. África Oriental también conoce bien la influencia de Omán. Todo eso ha creado una mezcla de un patrimonio muy rico".
Al Mahrouqui habla de forma tranquila, sosteniendo un misbaha. Se expresa con la convicción del que cree que estamos ante una nueva etapa en el que la globalización ha supuesto la eclosión del turismo como pilar de la actividad económica. "Tienden a decir que el turismo es una economía de países pobres. Pero no es así, cuando ves lo que está pasando aquí en España".
Rodeado de los destinos árabes más demandados, el responsable de Turismo resalta la diversidad de Omán como país único en la región. "Es nuestra principal diferencia. Los omaníes han conocido y se sienten cómodos tratando con extranjeros", ríe. "Por supuesto, tienen malos recuerdos con los portugueses, sacándoles del Océano Índico. Pero es parte de la historia. Aparte de ese acontecimiento, la historia es rica y ha dejado sus huellas en la gente y en el paisaje del país".
"Tienden a decir que el turismo es una economía de países pobres. Pero no es así, cuando ves lo que está pasando aquí en España"
"Eso nos ha producido algún tipo de madurez y sabiduría cuando se trata de liderazgo. Nos ha ayudado tratar con los muchos problemas y asuntos regionales debido a esa larga historia de tratar con países y con personas extranjeras", afirma.
En este contexto, el caso de Omán es paradigmático en la región. A pesar de su posición estratégica y su proximidad territorial de países en conflicto como Yemen, Omán se ha caracterizado durante años por su neutralidad. Casi en silencio ante los acontecimientos globales, el sultanato ha apostado más por la diplomacia y la mediación, antes que por la intervención. Una postura que ha sido clave para facilitar diálogos como el acuerdo nuclear iraní o la liberación de 25 tripulantes del barco Galaxy Leader, quienes habían estado secuestrados por militantes hutíes de Yemen desde el 19 de noviembre de 2023 hasta enero de este año.
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Haciendo bandera de esta estrategia, Omán quiere postularse como un destino "seguro", alejado de los conflictos que atraviesan parte de la región. Es otra fortaleza que el sultanato quiere aprovechar para atraer a más turistas. En el año 2024, alrededor de "cuatro millones de turistas" visitaron el país, siendo los alemanes los que más viajaron hasta el sultanato. Le siguen los franceses, los suizos y los británicos. El plan de Omán es conseguir aumentar esta cifra hasta alcanzar los 10 millones en 2040, lo que se traduciría en el 10% del PIB del país, aunque actualmente el turismo representa el 3%. El siguiente paso, según el representante omaní, es seguir trabajando en las relaciones con España.
"Dentro de muy poco abriremos una oficina de turismo aquí, en España", sostiene. "Cuando estuve aquí hace dos años, dije, ¿por qué no? Deberíamos aprovechar el mercado español".
"El turismo, como está ocurriendo en España, es una fuerza importante de empleo, de sostenibilidad de las comunidades culturales y locales", señala Al Mahrouqi."Por lo tanto, tenemos una gran tarea que hacer y yo, personalmente, estoy haciendo todo lo que está en mi mano. Esperamos que, basándonos en esta estrategia, lleguen a Omán un total 5 millones de turistas en este próximo año".
"Somos muy conscientes de la necesidad de abordar y mitigar el impacto negativo"
De hecho, el país, con un 80% del territorio compuesto por zonas desérticas y valles, ya está preparándose para la llegada de más turistas. Ante el temor de que el impacto sea negativo, sobre todo en las zonas naturales, Omán quiere apostar por un turismo equilibrado. "Somos muy conscientes de la necesidad de abordar y mitigar el impacto negativo del turismo. Hay consumo de recursos naturales, agua, gestión de residuos, consumo de energía, impacto en la naturaleza, etcétera. Así que estamos muy interesados en mantener un equilibrio entre la apertura total, entre el beneficio del turismo y el impacto que probablemente se produzca", explica.
Por lo tanto, un aspecto que defiende desde esta estrategia es "buscar turistas que tengan más impacto financiero. Puedes tener 10 millones de turistas, puedes tener 3 millones de turistas o 4 millones, pero su poder de gasto es igual al de 10 millones y su impacto en el medio ambiente es mucho menor. Y, por supuesto, ahora somos más conscientes de que muchos turistas son más cautelosos con la sostenibilidad, el respeto a las comunidades y tradiciones locales", añade. "Nos estamos enfocando más en turismo de aventura, turismo cultural y en un turismo de lujo".
"Tenemos un dicho en árabe que significa que los seres humanos somos producto de nuestro propio entorno. Ya sea en el sur, en el norte, etcétera. Y de nuevo, por supuesto, la modernización y la globalización han creado un impacto", afirma. "En Omán prima la tolerancia. Tú decides qué hacer siempre que se respeten las tradiciones locales y el entorno".
Los países del Golfo Pérsico ya no pueden basar su economía en el petróleo. La expansión de las energías renovables y la naturaleza finita de este recurso, que según los expertos podría agotarse en tres o cuatro décadas, han llevado a la región a una carrera contrarreloj para diversificar su economía. Y el sector energético no es suficiente. Es algo de lo que los países árabes de la región son conscientes y que, desde hace años, están trabajando para suplir cualquier carencia que venga relacionada con la posible escasez del crudo.