¿Quién gobernará Gaza?: "No hay ningún candidato realista"
Blinken señaló que la comunidad internacional ayudaría a Mahmud Abás a "establecer un gobierno interino" pero esta no ha sido capaz de cosechar muchos éxitos entre los palestinos
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Es el primer encuentro de un líder internacional con Donald Trump como presidente. Y que sea el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien puede 'presumir' de ser el primer invitado a la Casa Blanca bajo la Administración republicana no es algo casual. Se espera que ambos líderes se reúnan a lo largo de la tarde del martes en un encuentro bilateral que puede significar un antes y un después para el futuro de Gaza cuando se cumplen poco más de dos semanas del alto el fuego en la Franja. El líder israelí aterrizó en Estados Unidos durante el pasado fin de semana y prolongará su estancia hasta este sábado con el objetivo, según 'Bibi', de "reforzar la seguridad de Israel, ampliar el círculo de la paz y lograr una era de paz notable a través de la fuerza".
"Nuestras decisiones y el coraje de nuestros soldados han rediseñado el mapa", aseguró. "Pero creo que, trabajando en estrecha colaboración con el presidente Trump, podemos rediseñarlo aún más y para mejor". Las expectativas de que en esta reunión se esgrima una solución para los más de un millón de habitantes de la Franja son elevadas. Hasta este momento, el acuerdo de alto el fuego no contempla ningún escenario ni para sus habitantes ni sobre quién asumirá la tarea de gobernar Gaza. Pero esto podría cambiar en cuestión de horas. La pregunta ahora es quién tomará el desafío de reconstruir el territorio gazatí.
En Gaza, con la tinta de la firma del acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel todavía húmeda, decenas de miembros del grupo islamista salieron a las calles de la Franja. Ondeando banderas con el distintivo de Hamás y de Palestina, los miembros del grupo se dividieron en diferentes barrios para iniciar las primeras labores de reconstrucción. Algunos empezaron a supervisar la retirada de escombros de lo que quedan de las calles de la Franja después de 15 meses de conflicto. Otros, armados y con la cara cubierta, vigilaban los convoyes de ayuda humanitaria que empiezan a entrar en Gaza, mientras que su policía volvía a patrullar la ciudad. El mensaje es claro: A pesar de la guerra — y de la eliminación de la mayor parte de su cúpula — Hamás sigue al mando en la Franja.
O al menos de forma simbólica. A pesar de que el grupo ha vuelto a tomar el control en las calles, para Israel la vuelta de Hamás al gobierno no es ni siquiera una posibilidad. Estados Unidos tampoco lo contempla. Ya en la anterior administración de Biden señalaron que el actual plan de paz evitaría que "Hamás vuelva a tomar el poder" y trabajarían para "garantizar la gobernanza, la seguridad y la reconstrucción de la Franja". Ahora con el Gobierno de Trump, la retórica se ha vuelto mucho más belicista y el propio presidente ha planteado que los más de un millón de palestinos gazatíes se marchen a Egipto y a Jordania para "alojarse" en un medio y largo plazo. De producirse, los analistas apuntan que este desplazamiento sería una nueva Nakba y la eliminación de cualquier plan de construir una solución de paz de dos Estados.
"Ningún país, incluidos los países árabes, pagará para reconstruir Gaza si Hamás gobierna allí. Ni siquiera Qatar aceptará financiar la reconstrucción si Hamás controla Gaza porque no tiene sentido reconstruir un lugar que volverá a ser destruido", afirma Gershon Baskin, activista por la paz y uno de los pocos israelíes que tiene línea directa con Hamás, para El Confidencial. "No habrá dinero para la reconstrucción si existe la posibilidad de que todo vuelva a ser destruido. Y sí, Israel también debería ser responsable de financiar gran parte de la reconstrucción".
Sin embargo, mientras el acuerdo de alto el fuego avanza con el intercambio de más presos palestinos y rehenes y con el regreso de miles de palestinos al norte de Gaza, sigue sin existir un plan de gestión política en la Franja. Y de esto depende la supervivencia de Gaza. "Hay que pensar en lo que vendrá después. Si no hay un futuro, esto puede ser un distintivo para romper el acuerdo", señala el analista especializado en el mundo árabe contemporáneo, Haizam Amirah Fernández, en conversaciones para El Confidencial. "El alto el fuego es complejo, tiene fases y hay millones de formas de saltarse lo acordado".
La realidad es que no hay muchos candidatos y los que podrían ser aceptados por parte de la población palestina, Israel no los permite. El reto es abrumador, ya que no es solo poder reconstruir un territorio que ha quedado prácticamente arrasado, sino otorgar a Gaza una clase política que pueda encabezar la recomposición de su presente y sentar las bases de su futuro.
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A pesar de que Estados Unidos —e Israel— no permitirá una gobernanza que implique tener en el poder a un miembro de Hamás, Amirah señala que el grupo islamista "es una idea. Hay que entender su nombre. El acrónimo en árabe, la palabra, significa resistencia". Concretamente, "movimiento de resistencia islámica y la resistencia, mientras haya ocupación y mientras se estén cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, normalmente no cesa, sino que hay más motivos para resistir y para vengarse".
Entre las escasas opciones de fuerzas políticas se encuentra la Autoridad Nacional Palestina (ANP). En su plan, el ex secretario de Estado, Antony Blinken, también señaló que la comunidad internacional ayudaría a la ANP, que hoy gobierna en partes de la Cisjordania ocupada, a "establecer un gobierno interino". De hecho, el primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, reiteró que "ningún ente distinto de la Autoridad Nacional Palestina debe gobernar la Franja de Gaza" tras el fin de la guerra con Israel.
Sin embargo, la posibilidad de que Mahmud Abás, presidente en Cisjordania, pueda ocuparse del liderazgo en Gaza, es algo que, de forma realista, se prevé lejano. Abbas, de 89 años, terminó formalmente su mandato en 2009, pero ha continuado gobernando Cisjordania hasta la actualidad. De hecho, no se han celebrado elecciones formales en Cisjordania en 19 años. En el año 2021, Abbas anunció que se celebrarían los primeros comicios por primera vez en lo que serían 15 años. Sin embargo, el líder palestino anunció que la votación sería pospuesta indefinidamente hasta que Israel permitiera la participación de los palestinos en la Jerusalén Este ocupada.
"La Autoridad Palestina no está en condiciones de ejercer un Gobierno. La ANP no está para cosechar muchos éxitos entre los palestinos", señala Amirah. "Hay un hastío entre la sociedad palestina, lo perciben como un sistema anquilosado. No ha traído a los palestinos ni más libertades ni más derechos, es visto como un elemento útil para los cálculos israelíes".
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Entre los círculos palestinos resuena el nombre de Marwan Barghouti. Es uno de los nombres que Hamás escribió en la lista de los presos que intercambiaría con Israel como parte del acuerdo. Sin embargo, esta es otra posibilidad incluso más remota. Bhargoutti fue secretario general del movimiento Fatah en Cisjordania y fue arrestado el 15 de abril de 2002. Se le acusa de ejecutar varios ataques terroristas en los que cinco israelíes fueron asesinados y muchos resultaron heridos. En 2004, fue condenado a cinco cadenas perpetuas y 40 años de prisión. Israel ya ha adelantado que no se producirá su liberación.
"Un motivo por el que Israel lo tiene en la cárcel durante tanto tiempo es porque sabe que es una alternativa para un liderazgo palestino, aceptado, legítimo y fuerte", señala el analista. "Hay un régimen de apartheid. Existe un consenso entre organizaciones humanitarias que afirman que Israel ejerce un régimen de separación. Bhargoutti recuerda y evoca a Nelson Mandela como preso político por todo el tiempo que pasó en la cárcel".
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"Que esto sea parte de un acuerdo lo veo muy difícil", afirma. "Pero, claro, en Oriente Medio, en los últimos tiempos muchas cosas difíciles están pasando. La realidad es que no hay muchos candidatos más esperanzadores". Desde la parte israelí, señala, el plan para Gaza es muy diferente."La cuestión es el horizonte que hay. No solo de dinero o de reconstrucción. En Israel hay distintas visiones: desde la limpieza étnica a la recolonización o forzar la salida de los palestinos".
Los medios israelíes han publicado en más de una ocasión un plan para 'Gaza 2025' en el que Gaza "se reconstruirá de la nada" y se transformará en una suerte de complejo urbanizado para los israelíes. La única mención que se hace sobre los palestinos es como "trabajadores" que ejecutarán este plan. "Para Smotrich y Ben-Gvir, el plan es reocupación, reasentamientos, migración forzosa de los palestinos", explica Yehuda Shaul, director del think tank israelí Ofek Center en este artículo de El Confidencial. "No es nada oculto: lee sus textos, escúchalos. Lo dicen abiertamente".
La tarea de reconstruir zonas enteras
La ONU señala que para un proceso de recuperación posterior a un conflicto sea exitoso "no se requiere solamente un crecimiento económico sostenido, sino también un patrón de crecimiento que reduzca el riesgo de recurrencia del conflicto". Por ello, la primera fase —y su cumplimiento— será vital para pasar a las siguientes y en esto jugarán un papel clave los países de la región. "Lo que hace falta si se consolida el alto fuego es conocer qué garantías va a haber por parte de otros países de la zona, tanto en recursos como en garantizar que no haya más violencia o destrucción".
Además de la estabilización de una clase política, otro de los principales —y más urgentes retos— es la reconstrucción de la sociedad gazatí entera. La destrucción de Gaza ha sido casi total. Son más de 46.000 los muertos por las ofensivas israelíes, de los que al menos 16.756 son niños, según los datos de la ONU. La oficina de comunicación de Hamás en Gaza, por su parte, estima que son más de 60.000 los muertos y que más de 14.000 personas siguen bajo los escombros.
Además de las muertes, los cientos de miles de heridos, la falta de entrada de comida, de ayuda humanitaria, la aniquilación del sistema sanitario, agrario y acuífero han hecho que la Franja se haya transformado en lo que las organizaciones humanitarias han calificado como "el infierno en la tierra".
La necesidad más urgente de su población es poder acceder a lo más básico: la comida. "Lo primero es que la población pueda recibir nutrientes. Israel tiene medidas las calorías a las que puede acceder cada habitante del territorio. Todas las fuentes dicen que están muy por debajo de lo mínimo para sobrevivir y para que los niños puedan desarrollarse de forma sana".
"No hay casas, no hay tuberías, no hay campos, no hay agua… muchas fuentes hablan de que no ha habido un nivel de destrucción urbana tan intensa como la que se está viviendo en Gaza en estos meses", señala. "Por la información que sale, sin que hayan podido entrar periodistas internacionales, lo que se ve de Gaza, y por lo que publican también los propios soldados, se ven amplísimas zonas inhabitables. Ya no es solo la reconstrucción, el desescombro requerirá largos años y muchos recursos. Gaza será 360 kilómetros cuadrados, pero hay zonas enteras que han quedado aplanadas".
Casi de forma paralela, la población también necesita el acceso a las medicinas y a un sistema sanitario. Según los últimos datos publicados por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), solo 17 de los 36 hospitales de Gaza están en funcionamiento, y, aun así, de forma parcial y en condiciones deplorables. Los médicos han denunciado durante todo el trascurso de la guerra la escasez de suministros básicos. "He sobrevivido a un año de guerra atendiendo en Rafah, después de tener que abandonar Al-Shifa", señalaba el Dr. Muhammad Abas desde Rafah para El Confidencial. "Antes trataba a mis pacientes con la esperanza de salvar vidas; ahora, solo intento que la muerte sea lo más digna posible. Lo que vivimos en estos hospitales es el infierno mismo.
Por ello, para el analista, prácticamente a la par que el acceso a la comida, se debe producir "la entrada de ayuda, de asistencia, de medicinas, de medicamentos, de hospitales de campaña y de material quirúrgico".
Es el primer encuentro de un líder internacional con Donald Trump como presidente. Y que sea el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien puede 'presumir' de ser el primer invitado a la Casa Blanca bajo la Administración republicana no es algo casual. Se espera que ambos líderes se reúnan a lo largo de la tarde del martes en un encuentro bilateral que puede significar un antes y un después para el futuro de Gaza cuando se cumplen poco más de dos semanas del alto el fuego en la Franja. El líder israelí aterrizó en Estados Unidos durante el pasado fin de semana y prolongará su estancia hasta este sábado con el objetivo, según 'Bibi', de "reforzar la seguridad de Israel, ampliar el círculo de la paz y lograr una era de paz notable a través de la fuerza".