China responde al ataque de Trump con aranceles de hasta el 15% y una investigación a Google
Los aranceles de Trump, impuestos a cuenta del fentanilo, "violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio" y "socava la cooperación económica", señala el comunicado
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China ha reaccionado a la nueva ofensiva comercial de Donald Trump con la imposición de aranceles de hasta el 15% a varios productos estadounidenses y la apertura de una investigación antimonopolio contra Google, intensificando la ya tensa disputa comercial entre ambas potencias.
El Ministerio de Finanzas chino anunció que, a partir del 10 de febrero, impondrá el castigo del 15% a las importaciones de carbón y gas natural licuado (GNL) procedentes de Estados Unidos, mientras que los productos de petróleo crudo, maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y camionetas estarán sujetos a un gravamen del 10%. Además, anunció controles de exportación de artículos relacionados con el tungsteno, el telurio, el bismuto, el molibdeno y el indio, tierras raras sobre las que China cuenta con un control mayoritario de la cadena de suministro a nivel global.
La decisión llega inmediatamente después de que la administración Trump aplicara un arancel adicional del 10% a productos chinos, una medida que Pekín considera que viola las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). "Estas acciones no solo no resuelven los problemas de Estados Unidos, sino que también socavan la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos", señala un comunicado oficial del Ministerio de Finanzas chino.
Además de los aranceles, China lanzará una investigación formal contra Google por presuntas prácticas monopolísticas. La Administración Estatal de Regulación del Mercado no ha ofrecido detalles adicionales sobre la naturaleza específica de la investigación, pero se enmarca dentro de un patrón de crecientes restricciones a las grandes tecnológicas estadounidenses.
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Trump, que ya mantuvo una relación conflictiva con Pekín durante su primera presidencia (2017-2021), impuso en su momento aranceles por un valor de 370.000 millones de dólares anuales a productos chinos. China respondió con medidas equivalentes, afectando sectores estratégicos de la economía estadounidense. El mandatario estadounidense ha señalado que espera hablar con los dirigentes chinos en los próximos días para buscar una posible solución diplomática. Sin embargo, analistas advierten que las posibilidades de un acuerdo inmediato son reducidas y que la tensión podría escalar aún más en las próximas semanas.
Por otro lado, el gobierno chino ha incluido a dos empresas estadounidenses, Pvh Group y Illumina Inc, a la lista de entidades no confiables por "violar los principios del mercado, interrumpir las transacciones normales con empresas chinas, adoptar medidas discriminatorias contra empresas chinas y dañar gravemente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas".
China no tuvo la misma suerte que los vecinos de Estados Unidos. Trump retrasó a un mes los aranceles que había impuesto a las importaciones de Canadá y México, pero el gravamen adicional del 10% a las importaciones chinas entró en vigor en la tarde del lunes, en horario de Pekín. Pekín ya había prometido represalias para "salvaguardar firmemente" sus derechos e intereses, además de presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las "prácticas ilícitas" estadounidenses.
La orden ejecutiva de Trump, firmada el sábado, también puso fin una vía que muchas empresas chinas han utilizado para enviar productos a Estados Unidos sin pagar aranceles. La disposición, conocida como la "excepción minimis", excluía de las tasas a ciertos productos que se envían directamente a los consumidores, lo que benefició a empresas masivas de comercio electrónico como Shein y Temu.
Mientras Trump insiste en que sus medidas comerciales buscan proteger la industria estadounidense y reducir el déficit con China, los expertos advierten que una guerra comercial prolongada podría afectar negativamente a ambos países y a la economía global. China, por su parte, ha manifestado su disposición a negociar, pero sin aceptar lo que considera como "imposiciones unilaterales" de Washington.
China ha reaccionado a la nueva ofensiva comercial de Donald Trump con la imposición de aranceles de hasta el 15% a varios productos estadounidenses y la apertura de una investigación antimonopolio contra Google, intensificando la ya tensa disputa comercial entre ambas potencias.