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¿Puede Egipto rechazar acoger a dos millones de gazatíes sin convertirse en el nuevo enemigo de Donald Trump?
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Supondría participar en "una limpieza étnica"

¿Puede Egipto rechazar acoger a dos millones de gazatíes sin convertirse en el nuevo enemigo de Donald Trump?

El presidente estadounidense ha contactado en dos ocasiones con su homólogo egipcio para impulsar su propuesta de trasladar a los gazatíes al Sinaí. Al Sisi se mantiene firme en su negativa

Foto: Palestinos regresando al norte de Gaza. (APA Images)
Palestinos regresando al norte de Gaza. (APA Images)

Este sábado, Donald Trump llamó por segunda vez en apenas nueve días a Abdelfatah al Sisi, presidente de Egipto. Pocos jefes de estado pueden apuntarse ese honor; aunque seguramente, El Cairo preferiría no estar en esa lista. Pocas dudas hay que el presidente estadounidense está presionando para poder llevar a cabo lo que defiende como una 'solución' a la guerra en Gaza: desplazar a millones de palestinos a Egipto y Jordania. El plan de Donald Trump se alinea con los intereses israelíes, que llevan décadas defendiendo, más o menos veladamente, el desplazamiento forzoso de los más de dos millones de palestinos que viven en Gaza. Para Tel Aviv, es la 'solución definitiva' para la cuestión palestina.

Hasta el momento, ningún presidente estadounidense había abrazado públicamente ese plan ni presionado a El Cairo o Ammán para aplicarlo. En una decisión en la que no se escuchará a los palestinos, está por ver hasta dónde puede llegar Donald Trump... y cuánto puede aguantar Egipto.

En el paso de Rafah, que divide Gaza de Egipto y donde la ayuda humanitaria se acumula hoy orgullosamente, etiquetada caja por caja, palé por palé, en bultos que recuerdan ser 'ayuda catarí', 'regalos del pueblo egipcio' o donativos de Arabia Saudí, se alimentan también las fantasías de colonos israelíes, inversores de todo el mundo y, ahora, de Donald Trump.

"La ubicación es fenomenal, en el mar. El tiempo inmejorable [...] Podemos limpiar todo aquello y ya está [...] Se pueden hacer cosas fantásticas ahí", sugirió el fin de semana pasado el presidente de Estados Unidos desde su Air Force One. La idea de "limpiar" esos 365 kilómetros cuadrados se podría leer como otra excentricidad del magnate si del lado israelí no hubiera pruebas de que el gobierno de Benjamín Netanyahu lleva meses barajando volver a colonizar Gaza.

Para esta empresa, Trump esperaba tener por aliado a su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi, a quien volvió a mencionar el lunes cuando apostilló: "Le hemos ayudado mucho. Estoy seguro de que él me ayudará a mí". Pero Al Sisi no tardó en dar una negativa contundente, alegando que alojar a los gazatíes en la península del Sinaí, como proponía el estadounidense, supondría participar en una "limpieza étnica injusta" contra los palestinos. Según contó a este diario un alto oficial egipcio, los dos mandatarios tampoco abordaron el asunto en una "llamada amistosa", como mencionaron en su momento Axios y varios medios israelíes.

Foto: Imágenes de satélite de la destrucción en Gaza. (Maxar Technologies)
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Tras los alegatos por la dignidad del pueblo de Gaza, al Sisi no ha escondido su preocupación por que la llegada de millones, miles o decenas de palestinos desestabilice su país. Ya el 18 de octubre de 2023, solo 11 días después del ataque de Hamás a Israel, advirtió en una reunión con el canciller alemán Olaf Scholz sobre la posibilidad de que entre los refugiados se filtraran militantes del grupo islamista. "En ese caso, Israel tendría derecho a defenderse [...] a través de ataques en territorio egipcio [...] La paz por la que hemos trabajado [los egipcios] se nos escaparía de las manos", dijo el presidente.

Las acciones del último año y medio demuestran que la posible llegada de palestinos genera pánico en el gobierno de Al Sisi. Ante una posible crisis en la frontera, en los últimos meses Egipto ha convertido la carretera a Rafah desde el canal de Suez en un pasillo de hormigón que pone coto al desierto como buenamente puede. Alrededor, solo se atisban los restos de una guerra ya vencida: la que el ejército del régimen libró contra Wilayat Sina, una rama del Estado Islámico (EI) presente en el norte de la península, especialmente activa a mediados de la década pasada.

placeholder Un cartel en Jerusalén pidiendo el fin de la guerra. (EFE)
Un cartel en Jerusalén pidiendo el fin de la guerra. (EFE)

Que la llegada de Hamás al Sinaí reactive las células de esta filial del Estado Islámico es otro de los mayores miedos del presidente. A día de hoy, los palestinos que ya están en la región viven rodeados por una valla y por la carretera militar de Al Arish, no tienen permiso para trabajar ni reciben la intervención de la UNRWA. El gobernador de la provincia, Jáled Megawer, justifica que el problema no es que entren: "En Egipto tenemos a nueve millones de inmigrantes y viven entre nosotros, no son extranjeros. El problema es que la reubicación de todas estas personas venga en detrimento de la causa palestina", cuenta a El Confidencial.

Por rotunda que sea la negativa de Al Sisi, sobre Egipto pesan 165.000 millones de dólares de deuda externa y un déficit fiscal significativo que hacen a El Cairo dependiente económicamente de Washington y del Fondo Monetario Internacional. Menos de un año después de que obtuviera el paquete de ayuda global de 57.000 millones de dólares, puede que Egipto decida modular su postura si la administración republicana insiste en un plan de evacuación al Sinaí.

Foto: El presidente Trump, a bordo del Air Force 1. (Reuters/Leah Millis)

Está por ver también qué repercusiones puede tener para Egipto decir que no a Trump en 2025. Aunque en sus diez primeros días al cargo ya ha protagonizado crisis diplomáticas con Colombia, Dinamarca y Panamá, el mismo fin de semana que invitó a al Sisi a acoger a la población de Gaza, Egipto se convirtió junto a Israel en el único país al que Washington no congelará su ayuda exterior. Hasta ahora, ningún presidente estadounidense se habría atrevido cortar la ayuda a Egipto en seco, porque significaría arriesgarse a que se caiga un baluarte de los intereses de EEUU en la región. Por esto y por la ausencia de reacciones del presidente estadounidense, no parece que Trump vaya a enemistarse con al Sisi por el rechazo de la propuesta.

"Al fin y al cabo, ni siquiera los israelíes querrán presionar demasiado a Egipto. Si desestabilizas el liderazgo político en el país, eso no beneficia ni Israel ni a EEUU. Seguro que habrá alguien que aclare a todos los implicados que esta idea es muy arriesgada", explica Timothy E. Kaldas, director adjunto del Tahrir Institute for Middle East Policy y profesor adjunto de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Barcelona. Según el periódico israelí Haaretz, Tel Aviv ha garantizado a Egipto —así como Jordania— que no hay intención de iniciar un traslado de palestinos desde Gaza.

Sin embargo, cuando el jueves le preguntaron por la negativa de El Cairo y Ammán a la propuesta que había hecho durante el fin de semana, Trump insistió: "Sí, lo van a hacer. Lo van a hacer, ¿vale? Nosotros hacemos muchas cosas por ellos, así que lo van a hacer". Estas declaraciones son música para los oídos de miembros del propio gobierno israelí que, en los últimos meses, han desempolvado el proyecto de un éxodo forzado de Gaza. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha abogado en repetidas ocasiones por una política de "fomento de la emigración" de los palestinos de Gaza y por que Israel imponga un régimen militar en el territorio.

El martes que viene, Netanyahu visitará la Casa Blanca, en la que será la primera recepción oficial de Trump a un jefe de gobierno extranjero desde que asumió la presidencia de EEUU el pasado 20 de enero. Esta semana, Steve Witkoff, enviado especial del republicano para Oriente Medio, ha sido el primer funcionario estadounidense en pisar Gaza desde que Hamás gobierna el territorio. De la Franja, donde fue a "monitorear" el cumplimiento del acuerdo de alto el fuego, fue a Jerusalén a encontrarse con ‘Bibi’, y tras pasar por la ciudad santa se dio un baño de masas el jueves en la plaza de los Rehenes de Tel Aviv, el mismo que Hamás devolvió a Israel a ocho personas secuestradas el 7 de octubre de 2023.

placeholder Vista de una puerta en el paso fronterizo de Rafah, en medio del alto el fuego entre Israel y Hamás. /REUTERS Amr Abdallah Dalsh)
Vista de una puerta en el paso fronterizo de Rafah, en medio del alto el fuego entre Israel y Hamás. /REUTERS Amr Abdallah Dalsh)

Según la televisión pública israelí, Netanyahu y Witkoff abordaron durante su reunión la segunda fase del alto el fuego, en la que se prevé que se liberen todos los rehenes israelíes así como presos palestinos de alto perfil. En Egipto, EEUU e Israel mantienen con Qatar y la Autoridad Palestina (AP) una sala de operaciones para garantizar la implementación de la tregua y el intercambio de rehenes. Nadie de ellos sabe quién pasará a gobernar la Franja una vez, junto a las Naciones Unidas, estos actores sean los encargados de supervisar el territorio.

Los países del Golfo han expresado ya su intención de reconstruir Gaza. Además de Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí han prometido a Trump y a su equipo que aportarán "los conocimientos, el dinero y todo lo necesario para retirar los escombros del norte de la Franja de Gaza y de Rafah para construir ciudades modernas con infraestructuras modernas", cita Chaim Levinson, corresponsal político de Haaretz. Pero estas monarquías han mostrado también su preocupación por que las próximas fases del acuerdo de alto el fuego fracasen o por que la Franja no pase a ser gobernada por los palestinos.

En esta ecuación, Egipto ve una oportunidad para subirse a la ola de la reconstrucción de Gaza. La crisis económica que atraviesa el país africano ha dejado cantidades ingentes de recursos, materiales y profesionales sin proyectos que los sustenten. "Participar en este plan sería una manera de obtener ingresos", cuenta Kaldas. En una entrevista concedida al periódico emiratí Al Sharq, un importante ejecutivo egipcio del sector de la construcción afirmó que "ya es posible establecer una fábrica de casas prefabricadas en el lado egipcio de Rafah, que podría proporcionar viviendas a miles de habitantes de Gaza, y luego construir fábricas para producir cemento y otros materiales de construcción".

Pero Al Sisi tendrá que tener cuidado de que su implicación en Gaza no se traduzca en seguir los planes de Trump. Según Kaldas, experto en la política económica de la región, un cambio de postura en Egipto sería una mala idea. "La población está frustrada con su gobierno, cómplice del bloqueo a Gaza. Como aliado de EEUU con relaciones diplomáticas con Israel, el Estado egipcio está sometido a un profundo escrutinio. La idea de que el gobierno facilite ahora la limpieza étnica de Gaza sería muy impopular en un momento en el que existen también grandes frustraciones económicas", explica Kaldas.

“La población está frustrada con su gobierno, cómplice del bloqueo a Gaza"

De puertas para adentro, Al Sisi ha colocado un termómetro este viernes a ambas orillas del Nilo. El partido del presidente ha convocado una manifestación en distintos puntos del país, idéntica a la del 20 de octubre de 2023, organizada por las autoridades contra la idea de reubicar a los gazatíes en el Sinaí. Aquella cita acabó mal: derivó en manifestaciones paralelas en mezquitas y los centros de las ciudades que llevaron consignas antirrégimen hasta la plaza Tahrir. Hubo arrestos masivos.

Mustafa Kamel Al Sayed, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de El Cairo, declaró entonces que el motivo de estas convocatorias es también "hacerse con el control de la ira pública". Dos meses más tarde, el presidente renovó su mandato gracias a unas elecciones que le brindaron, supuestamente, el 66,88% de los votos.

Este sábado, Donald Trump llamó por segunda vez en apenas nueve días a Abdelfatah al Sisi, presidente de Egipto. Pocos jefes de estado pueden apuntarse ese honor; aunque seguramente, El Cairo preferiría no estar en esa lista. Pocas dudas hay que el presidente estadounidense está presionando para poder llevar a cabo lo que defiende como una 'solución' a la guerra en Gaza: desplazar a millones de palestinos a Egipto y Jordania. El plan de Donald Trump se alinea con los intereses israelíes, que llevan décadas defendiendo, más o menos veladamente, el desplazamiento forzoso de los más de dos millones de palestinos que viven en Gaza. Para Tel Aviv, es la 'solución definitiva' para la cuestión palestina.

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