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El péndulo de Moscú: la última conquista prorrusa en Europa empieza a hartarse
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'hasta los jubilados están hartos'

El péndulo de Moscú: la última conquista prorrusa en Europa empieza a hartarse

Miles de eslovacos han salido a las calles en unas protestas inéditas contra el Gobierno de Robert Fico por sus estrechas relaciones con Moscú y su alejamiento de la Unión Europea

Foto: Manifestación contra el gobierno de Fico. (EFE/EPA/Jakub Gavlak).
Manifestación contra el gobierno de Fico. (EFE/EPA/Jakub Gavlak).

El primer acto fue espontáneo: salieron con velas y marcharon por Bratislava. Apenas eran un puñado de personas en una plaza de la capital de Eslovaquia. Fue el 25 de febrero de 2022, "un día después de la invasión rusa de nuestra vecina Ucrania", recuerda la abogada Zuzana Ižáková, una de las personas que participó en aquella vigilia. Más tarde, ayudaron a los refugiados que huían de Ucrania con comida caliente o transporte desde los cruces fronterizos.

Después recaudaron fondos en la plataforma Donio para comprar un dispositivo de desminado Bozena 5 y munición para Ucrania. Ese fue el germen de la iniciativa eslovaca Mier Ukrajine ("Paz para Ucrania"), que se constituyó formalmente en octubre de 2023. Esos mismos eslovacos que marcharon por Ucrania están ahora detrás de las protestas que sacuden su país desde hace semanas.

Al grito de Basta ya de Fico (en referencia al primer ministro) y Somos Europa, miles de eslovacos iluminaron con sus teléfonos la Plaza de la Libertad, en el centro de Bratislava, el pasado viernes. En total, se reunieron más de 60.000 personas en el mismo lugar, según cifras de los organizadores. El fenómeno se repitió en otra veintena de ciudades del país. "Somos activistas cívicos de varias partes de Eslovaquia, interesados ​​en la geopolítica, y que hemos seguido la situación en Ucrania desde 2014", explica Ižáková, una de las organizadoras de la movilización.

placeholder Manifestante con linternas contra el Gobierno Fico. (EFE/Jakub Gavlak)
Manifestante con linternas contra el Gobierno Fico. (EFE/Jakub Gavlak)

"Estamos viendo algunas de las mayores protestas desde 1989 y la razón principal es que el primer ministro se siente mejor en Moscú que en Varsovia, Praga o Bruselas y está arrastrando a toda Eslovaquia hacia el Este con él", afirma a El Confidencial, Ivan Korčok, exministro de Asuntos Exteriores eslovaco del partido Progresívne Slovensko. El exfuncionario afirma que esta postura va en contra de la opinión mayoritaria de la población, "que quiere que Eslovaquia sea una parte sólida de la UE".

Los eslovacos llevan protestando varios meses contra el gobierno de Robert Fico y cada vez son más numerosas. Especialmente, desde el 23 de diciembre, tras el viaje sorpresa del primer ministro eslovaco a Rusia para reunirse con Vladímir Putin. "Sentimos la ira y vergüenza por la población con semejantes actos de uno de los máximos representantes constitucionales de nuestro país", afirma Ižáková. Hasta entonces, solo dos líderes de los 27 miembros de la UE se habían reunido con Putin desde la invasión de Ucrania de 2022, el canciller de Austria, Karl Nehammer, y el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.

"El pretexto del viaje del Señor Fico a Moscú fue la situación con el tránsito de gas ruso a través de Ucrania", afirma, el exministro Korčok. Eslovaquia continúa dependiendo del gas ruso del monopolio estatal Gazprom. Sin embargo, para Korčok "el motivo real" de la vista "es que Robert Fico utiliza la política exterior para desviar la atención de sus problemas políticos internos".

El miedo a un "Eslovexit"

"La gente está enfadada no solo por el hecho de que el país esté acercándose a Rusia, sino por la incompetencia total de este gobierno", asegura la periodista eslovaca Eva Mihockova, de la Asociación Eslovaca de Política Exterior y Visagrad Insights. Mihockova fue una de las manifestantes que marcharon por Bratislava el pasado 24 de enero.

Afirma que, a su lado, "había padres con niños pequeños, estudiantes y muchos jubilados", algo sorprendente porque las personas mayores suelen apoyar a los partidos de la coalición", puntualiza. Además, la periodista sostiene que un manifestante de 75 años dijo que la situación le recuerda a 1989, cuando estalló la Revolución del Terciopelo. "No había visto tanta gente en las calles desde entonces". También hay el miedo a un "Eslovexit" o ​a ​la salida de la OTAN, dice Ižáková, algo que, de momento, Fico ha desmentido.

Ante la multitudinaria protesta, el premier eslovaco dijo que temía un golpe de estado, "al estilo del Maidán" ucraniano de 2013. En una rueda de prensa, Fico, citado por BBC, expuso a los periodistas que la policía deportaría a varios "instructores" extranjeros que, según él, estaban en Eslovaquia para ayudar a la oposición a intentar derrocar a su gobierno. Y aseguró que los servicios de inteligencia tenían pruebas de la presencia de un grupo de provocadores extranjeros que habían participado en las recientes protestas en Georgia y en 2014, en Ucrania.

placeholder Un manifestante con banderas de Eslovaquia y de la UE. (EFE/ Jakub Gavlak).
Un manifestante con banderas de Eslovaquia y de la UE. (EFE/ Jakub Gavlak).

Ižáková desmiente estas afirmaciones. "En noviembre de 1989, la retórica del régimen comunista checoslovaco tras una ola de protestas también sugería que la gente se reunía en las plazas porque la convocaban los medios de comunicación extranjeros". Sin embargo, dice que "la gente está yendo a las plazas no solo porque no está de acuerdo con las políticas de la coalición gobernante, sino por los problemas de nuestro país que siguen sin resolverse". "Los políticos son incapaces de dialogar y siguen cargando al país con una deuda populista", añade.

Los eslovacos llevan saliendo a la calle desde hace casi un año, "desde que el gobierno comenzó a reformar el código penal y desmanteló la fiscalía especial", recuerda Mihockova. En febrero de 2024, los legisladores del gobierno de coalición del primer ministro Robert Fico votaron para enmendar el código penal y eliminar la oficina del fiscal especial, que se ocupa de los delitos graves, como crimen organizado o corrupción. Mihockova dice que la gente empieza a estar harta de que parece que el gobierno "solo se ocupa de los oligarcas y de la gente cercana a él". "Por eso reducen las penas, especialmente por delitos económicos", añade.

Guerra a la cultura y a la comunidad LGTBI+

También ha habido protestas de miembros de la cultura eslovaca. Estallaron en verano, tras la destitución de destacadas figuras de la cultura, que algunos consideran una purga política, entre ellas, Alexandra Kusá. la directora de la Galería Nacional (SNG) o Matej Drlička, director del Teatro Nacional. Al llegar al poder, Fico designó como ministra de Cultura a una controvertida expresentadora de televisión, Martina Šimkovičová, que en los últimos años ha encendido las redes publicando contenido burlándose de los refugiados, antivacunas y contra la comunidad LGTBI+.

"Las personas LGBTI+ sienten miedo y también frustración por la situación actual en Eslovaquia", lamenta el periodista Michal Dudoň, del periódico eslovaco SME. Dice que muchos están considerando abandonar el país. "No hay que olvidar que en Eslovaquia en 2022 se produjo un atentado terrorista en el que murieron dos personas queer", recuerda. "Desde entonces nada ha cambiado para mejor, sino todo lo contrario", afirma, y añade que reciben ataques no solo de la sociedad, sino por parte de algunos políticos.

Las parejas del mismo sexo son parte de las cruzadas del gobierno de Fico, que se ha sumado así al eje del Este, en el que se encuentran Rusia o Hungría. Actualmente, Eslovaquia prepara una modificación de la definición constitucional del matrimonio, que "corresponda a las tradiciones y el patrimonio cultural y espiritual de nuestros antepasados", reza. Para Dudoň, "muchos políticos del gobierno actual demonizan a las personas LGBTI+ sin razones lógicas". Dice que, por ejemplo, el primer ministro Robert Fico quiere consagrar en la Constitución la existencia de los dos sexos, así como una regulación sobre la adopción de niños, cuando en Eslovaquia, ni siquiera las uniones de las personas LGBTI pueden registrarse. "Sin embargo, según el primer ministro, son ellas las que amenazan a nuestro Estado", añade.

Todos los escenarios para Eslovaquia

A la inestabilidad de las calles se suma la crisis interna. En noviembre, durante un congreso del partido SMER, el propio Fico ya admitió que las elecciones anticipadas eran una posibilidad. "Me gustaría que aguantáramos hasta 2027, al mismo tiempo, seamos realistas y preparémonos para otras alternativas de desarrollo político", afirmó Fico, citado por Euractiv.

Fico llegó al gobierno en esta legislatura con una mayoría mínima, 79 diputados de los 150 totales (el mínimo son 76) y gobernando con dos socios de coalición, los partidos Hlas-SD (NI) y SNS. En octubre, tres diputados de la coalición se separaron del grupo parlamentario del SNS tras un desencuentro entre Rudolf Huliak y Lucia Plaváková (PS/RE). Actualmente su coalición cuenta apenas con 72 diputados, "que no es ni mayoría en el Parlamento", puntualiza Mihockova, “la situación es muy seria”.

Sin embargo, Mihockova no cree que haya elecciones anticipadas, "porque es un proceso complejo", que requería al menos 90 votos, que es la mayoría constitucional en Eslovaquia. Explica que, si el gobierno pierde la mayoría, eso no significa automáticamente que haya elecciones anticipadas. Aún tienen el parlamento y, en teoría, este puede respaldar un nuevo gobierno de los partidos parlamentarios actuales. Por lo que cree que el escenario más factible "es alguna remodelación de su gobierno".

La conversación con Mihockova tiene lugar la misma semana que se vio obligado a dimitir el primer ministro serbio, Milos Vucevic, tras manifestaciones masivas: ¿Puede ocurrir lo mismo en Eslovaquia? Mihockova no lo cree: "La diferencia entre Serbia y Eslovaquia es principalmente que, aquí ya pasamos por esto, en 2018", dice. Fue tras el asesinato del periodista Ján Kuciak, cuando hubo protestas masivas y Fico tuvo que dimitir. Dice que esto es un déjà vu para él, y ya lo ha advertido, "ya ha dicho que esta vez no va a dimitir". Ižáková dice que es su responsabilidad seguir saliendo a la calle.

El primer acto fue espontáneo: salieron con velas y marcharon por Bratislava. Apenas eran un puñado de personas en una plaza de la capital de Eslovaquia. Fue el 25 de febrero de 2022, "un día después de la invasión rusa de nuestra vecina Ucrania", recuerda la abogada Zuzana Ižáková, una de las personas que participó en aquella vigilia. Más tarde, ayudaron a los refugiados que huían de Ucrania con comida caliente o transporte desde los cruces fronterizos.

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