La derecha alemana rompe el tabú más temido de su historia antes de las elecciones (y le sale mal)
Merz rompió con el 'cortafuegos' al aceptar los votos de Alternativa para Alemania para aprobar una iniciativa migratoria que fue finalmente rechazada en el Parlamento
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Angela Merkel rompió este jueves una de sus reglas desde que dejó la política: volver a meterse en ella para dar su opinión. Lo hizo para cargar contra Friedrich Merz, el candidato de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), en las elecciones del 23 de febrero. El pasado miércoles, Merz cruzó una línea que parecía inquebrantable y aceptó los votos de la formación de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD), para aprobar una medida contra la inmigración en el Bundestag.
"Es un error abandonar este compromiso y, como resultado, permitir deliberadamente una mayoría con votos de la AfD en el Bundestag por primera vez", dijo la excanciller.
La decisión del candidato del partido de derechas es arriesgada porque supone una ruptura de la famosa Brandmauer, el 'cortafuegos' al que se comprometieron todos las formaciones para no hacer ningún tipo de pacto con los ultraderechistas encabezados por la candidata Alice Weidel. "Ningún canciller alemán hubiera hecho jamás algo así", dijo Olaf Scholz. “Durante 75 años hubo un claro consenso entre todos los demócratas de nuestro parlamento para negarse a unir fuerzas con la extrema derecha”, añadió el candidato del partido socialdemócrata (SPD).
Scholz recordó al candidato conservador que había dado su palabra de que no "vendería su alma" a la formación de Weidel para conseguir votos. “¿Qué valor tienen ahora esas palabras?”, se preguntó. La decisión de Merz ha abierto un nuevo —e inesperado— capítulo a poco menos de un mes de las elecciones alemanas, en las que la CDU encabeza las encuestas con más del 30% de las intenciones de voto. Le sigue AfD, con el 20,9% y el 16,3% de los socialdemócratas con Olaf Scholz como candidato.
Friedrich Merz ha roto con su promesa política después del ataque con cuchillo de hace un par de semanas en la localidad de Aschaffenburg, donde dos personas murieron. La policía detuvo a un ciudadano afgano y solicitante de asilo como principal sospechoso. Para el candidato conservador, fue la gota que colmó el vaso después de una serie de incidentes violentos —como el que tuvo lugar en un mercadillo de Navidad de Magdeburg— y que ha convertido la cuestión migratoria en una de las principales preocupaciones de los votantes.
Para responder a esas inquietudes, Merz ha apostado por desplazar a su partido todavía más a la derecha en temas de inmigración con una serie de medidas que, sostuvo, deberían ser aprobadas con el voto de cualquier diputado. Eso incluye a Alternativa para Alemania.
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Este miércoles, el político conservador presentó ante el Bundestag dos mociones no vinculantes para endurecer la política migratoria alemana. Una de ellas, un plan de cinco puntos que incluye más controles fronterizos y acelerar las deportaciones, y que fue aprobada gracias a los votos del partido de extrema derecha. La moción fue finalmente rechazada en una votación este viernes en el Bundestag.
Sin embargo, Merz ya ha roto el precedente de hacer pactos con la derecha y ha cruzado una línea que muchos políticos han condenado. Matthias Miersch, del SPD, afirmó que el candidato conservador ha fracasado estrepitosamente en su estrategia política. "Estaba dispuesto a aprobar una ley con los votos del partido extremista de derecha AfD. El hecho de que al final no haya sido suficiente no cambia la realidad: el cortafuegos ha caído, la CDU ha abandonado su principio de no buscar mayorías con la AfD", dijo a Der Spiegel.
'Una victoria para la democracia'
Otros políticos como Robert Habeck, el candidato de Los Verdes, calificaron la decisión del conservador como un grave error. "Señor Merz, no vote con racistas. No es necesario y no es aconsejable", alertó Habeck.
Paralelamente, Alice Weidel celebraba el fin del cortafuegos. "¡Un día histórico para Alemania, una victoria para la democracia!", escribió la candidata de AfD en redes sociales. "Ustedes (en referencia a la CDU) copiaron de nosotros el plan de cinco puntos que están presentando hoy. El llamado 'cortafuegos' no es más que un acuerdo antidemocrático de un cártel para excluir a millones de votantes", añadió la candidata.
El rechazo de este viernes a la iniciativa migratoria ha sido, sin duda, un nuevo revés para la formación de extrema derecha dispuesta a hacer valer sus votos en el Parlamento alemán. Pero una vez roto el tabú, la CDU puede volver a tomar la misma medida que ha dividido a la política alemana.
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Después de anunciar su decisión de pactar con AfD, las bancadas de diputados se llenaron de abucheos y vítores. Entre el descontento de unos y la felicidad de otros, estaba Friedrich Merz. "Las imágenes que podemos ver de los miembros de la AfD vitoreando serán insoportables. Pero ante la disyuntiva de ver impotentes cómo se amenaza, hiere y asesina a personas en nuestro país o hacer ahora mismo lo que es indiscutiblemente necesario, he tomado una decisión", dijo después de la histórica votación.
El candidato de la CDU no se ha pronunciado sobre si abrir la puerta a los votos de AfD en el Parlamento puede aumentar la posibilidad de un pacto de Gobierno con la extrema derecha para llegar al poder después del 23 de febrero. "La situación camba las cosas porque no se pueden rechazar los votos de AfD para aprobar una negociación en cuestiones migratorias. Pero por ahora, el cordón sanitario en relación con una coalición con la ultraderecha se mantiene en pie", sostiene Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor del IE School of Global and Public Affairs, a El Confidencial.
La gran pregunta que ronda ahora por la cabeza de muchos diputados, como el socialdemócrata Nils Schmid, es si este puede ser el principio de un fenómeno político en Alemania: "¿Está la derecha republicana alemana dispuesta a aprobar leyes con la extrema derecha?", dijo. Esta promete ser la gran cuestión en las próximas semanas y meses. "Merz va a intentar navegar por esta situación lo mejor posible. La visión migratoria que quiere implementar va a generarle problemas con otros socios, y creo que va a intentar buscar términos medios", añadió Otero en entrevista con este periódico.
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Semanas antes de un resultado histórico que puede ser histórico para AfD con cerca del 20% de los votos, algunos analistas sostienen que la estrategia política de Friedrich Merz con el endurecimiento de sus planes migratorios es atraer a una parte del electorado o a los posibles simpatizantes del partido de extrema derecha. "Merz intenta contener a la AfD apelando a estos votantes tentados por la AfD", explica Armin Steinbach, profesor de la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París, a The Financial Times.
Sin embargo, otros analistas advierten que la decisión del candidato de la CDU puede resultar contraproducente porque puede alejar a los votantes de centro y, además, se puede entender como una normalización de las medidas de AfD. "No hay un solo ejemplo en el pasado reciente en el que la imitación de políticas de extrema derecha haya beneficiado a los partidos tradicionales", sostiene Peter Matuschek, director de la encuestadora Forsa.
El camino electoral hacia el 23-F
Si la CDU no consigue la mayoría para gobernar y mantiene el cordón sanitario, los pronósticos apuntan a que es posible que se forme una "gran coalición" con el SPD de Olaf Scholz. Un estudio de The Economist sostiene que hay una probabilidad de 78 sobre 100 de que los dos partidos obtengan la mayoría de los escaños. Otra opción sería una unión entre la CDU y los Verdes, aunque muchos en las filas de Merz se han mostrado en contra de este plan por su rechazo al partido de Habeck.
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Por otro lado, todavía es una incógnita el papel que pueden jugar los partidos minoritarios, como el de Sahra Wagenknecht, el izquierdista Die Linke (La Izquierda) y los Demócratas Libres (FDP). Las tres formaciones se encuentran al borde del umbral del 5% de votantes necesario para entrar en el Parlamento.
AfD ha entrado en un momento decisivo, "una nueva era", como dijo Bernd Baumann, un destacado legislador de la extrema derecha. El fin del cortafuegos ha sido celebrado por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que celebró el cambio de postura de Alemania hacia una política más dura frente a la inmigración. "¡Guten Morgen, Alemania! ¡Bienvenido al club!", escribió en una publicación en X. Alice Weidel respondió que "es un placer" formar parte de ese club.
Una bienvenida que otros como Robert Habeck han definido como una "trampa". "La AfD es como una serpiente que se enrosca alrededor del cuello de la CDU. Y yo creo que es más bien una víbora, una serpiente venenosa. El veneno gotea lentamente", dijo.
Angela Merkel rompió este jueves una de sus reglas desde que dejó la política: volver a meterse en ella para dar su opinión. Lo hizo para cargar contra Friedrich Merz, el candidato de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), en las elecciones del 23 de febrero. El pasado miércoles, Merz cruzó una línea que parecía inquebrantable y aceptó los votos de la formación de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD), para aprobar una medida contra la inmigración en el Bundestag.