"Musk está obsesionado con Europa porque la UE es de los pocos que podrían hacerle frente"

El irlandés Peter Geoghegan (Longford, 1981) está considerado como uno de los mejores periodistas de investigación del panorama actual. Colabora para numerosos medios británicos e internacionales. Su libro, el bestseller ' La democracia en venta: dinero oscuro y política sucia', emprende un viaje desde Westminster hasta Washington explicando cómo los intereses creados y las traiciones digitales están erosionando la confianza del ciudadano en los mandatarios. La investidura del 47 presidente de los Estados Unidos, rodeado de los empresarios tecnológicos más ricos del mundo, vuelve a poner el debate sobre la mesa… si es que alguna vez se dejó de hablar de ello. La posibilidad de que Elon Musk 'compre' ahora también la política de Reino Unido a través de donaciones al populista Nigel Farage es algo que preocupa al autor “profundamente” por lo que pide actuar para endurecer las reglas, “antes de que sea demasiado tarde”.

PREGUNTA. Históricamente, siempre ha habido individuos que se han beneficiado de las donaciones que realizan a los partidos. ¿Qué es lo que hay de nuevo? ¿Por qué dice que la democracia está en venta?

RESPUESTA. Antes se daba dinero a un partido político para financiar su campaña y cuanto más dinero tenía, más posibilidades de ser elegido. Eso todavía funciona a veces en algunos lugares. Pero en los últimos años, estamos viendo un cambio que tiene mucho que ver con el ecosistema de la información. Ha habido un gran cambio en la forma en que se puede influir a través de las redes sociales. Y también hemos visto de manera más notoria la injerencia extranjera. Elon Musk es un ejemplo de cómo gente de fuera de la jurisdicción de un país pueden influir en la política de otro sitio. Musk no solo tiene mucho dinero para donar a los partidos, sino que puede influir a través de una gran plataforma en los debates públicos de cualquier país de una manera que creo que es bastante nueva y realmente preocupante.

P. Se habla mucho de la donación de 100 millones de dólares que Musk podría hacer a Reform UK, el partido del populista Nigel Farage, artífice del Brexit y gran amigo de Trump.

R. Musk es un multimillonario nacido en Sudáfrica que vive en Estados Unidos. Nuestras leyes electorales tienen el objetivo explícito de impedir donaciones extranjeras como esta. Y, sin embargo, cualquiera, viviendo en cualquier parte del mundo, puede eludir las normas si realiza la donación a través de una empresa registrada en Reino Unido. Da la casualidad de que Musk ha registrado una compañía aquí llamada X.AI LONDON LTD. Incluso si Farage y Musk violan la ley electoral, ¿por qué les va a importar? La multa máxima que puede imponer la Comisión Electoral es de solo 20.000 libras. No es nada para el hombre más rico del mundo.

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P. El premier Keir Starmer asumió el cargo prometiendo “acabar con el caos de la corrupción”, pero no ha hecho prácticamente nada para reformar los sistemas fallidos que se supone que protegen nuestra democracia. ¿Cómo afectaría la donación de Musk a Reform UK a la democracia en Reino Unido?

R. La destruiría. Yo trabajo con hechos, no con hipérboles. Así que cuando digo que temo por el futuro de la democracia en Reino Unido, hablo muy en serio. Un multimillonario extranjero y populista con opiniones erráticas y contacto regular con Vladímir Putin no debería poder influir en nuestra política. El monto total del gasto político en las últimas elecciones generales fue 50 millones de libras. Por lo tanto, si un solo partido recibe el doble sería muy perjudicial.

No tenemos muchos registros fuera de la campaña electoral de cómo operan los partidos en Westminster, por lo que, no sabríamos dónde iría a parar todo ese dinero para una formación que tiene actualmente solo cinco diputados. Así que eso es realmente preocupante. Se está distorsionando la política y alimentando este sentimiento de desconfianza, un clima que favorece precisamente a populistas como Reform UK. Musk está obsesionado con la derecha radical europea porque la Unión Europea (a la que se oponen muchos de estos partidos) es una de las pocas instituciones en el mundo que podría hacerle frente.

P. ¿El sistema británico está ya roto?

R. La Comisión Electoral no tiene poder y otro populista, Boris Johnson, le robó su independencia. Según un análisis de Transparencia Internacional, el 10% de las donaciones a partidos y políticos proviene de fuentes desconocidas o dudosas. No hay límites a las donaciones políticas. Y las empresas, incluso las que generan pérdidas, pueden hacer donaciones políticas, abriendo camino para la influencia extranjera indirecta a través de compañías registradas en Reino Unido. Sabemos desde hace años que la ley electoral británica es incumplida y propicia el abuso. Los periodistas y expertos venimos demostrando una y otra vez lo fácil que es inyectar dinero negro en nuestra política. Y los sucesivos gobiernos no han hecho nada. Ahora la pregunta para Keir Starmer es si puede convertir una crisis en una oportunidad.

Lo cierto es que Westminster viene aceptando desde hace siglos un sistema donde los donantes de los partidos interfieren directamente en la redacción de las leyes. Pero no hay especial apetito para cambiar la Cámara de los Lores. La forma en que los donantes de los partidos políticos obtienen escaños en la Cámara de los Lores [cámara no electa en las urnas] me parece auténtica corrupción.

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Es una locura que llamemos a Westminster la cuna de todos los parlamentos. Convertir a los donantes en legisladores de por vida. Pueden votar leyes hasta el día de su muerte. Eso es una locura total. Y es exactamente el tipo de cosas por las que debería sorprendernos que la gente sea cínica con respecto a la política.

P. ¿La desinformación es una amenaza mayor que las donaciones para las democracias?

R. Una gran parte del problema es la capacidad de algunos individuos, que son ciudadanos privados, para dictar el debate público. Elon Musk ha estado dominando el debate de Westminster en las últimas semanas [con el escándalo de abusos a menores]. Los medios de comunicación tradicionales han existido únicamente para reproducir lo que decía Musk al respecto. Antes, las redes sociales se hacían eco de las noticias que sacaban los periódicos. Ahora los periódicos informan de lo que sucede en las redes sociales. Y Musk amplía en redes muchas cosas que no son verdad.

P. Se habla mucho de los dueños de las grandes empresas tecnológicas, pero muy poco de la injerencia política a través del fútbol. En Reino Unido, Abu Dhabi es dueño del Manchester City. El fondo de inversión de Arabia Saudí controla el Newcastle United. Pero hay casos de este tipo por toda Europa. ¿Qué intentan conseguir los estados comprando clubes de fútbol?

R. A menudo hablamos en este ámbito de poder blando. Pero creo que esto es un poder bastante duro. La idea del lavado de imagen deportivo suena a una cuestión de relaciones públicas, pero creo que va más allá. Se trata de comprar un punto de apoyo en el sistema que hace muy difícil que se enfrenten a ti. Te da un arma bastante sólida, que es una forma de poder. Lo que estás comprando es una forma de infraestructura que realmente es un nivel de presión.

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P. ¿Qué efectos tendrá la era Trump 2.0 para las democracias en todo el mundo?

R. Creo que es difícil ser muy optimista en este momento. Creo que hay un cierto tipo de agenda racial populista, que habla mucho de democracia directa, pero en realidad va totalmente en contra de muchos principios democráticos en torno a la inclusión, apertura y participación. Según las encuestas, cada vez aumenta el número de personas que no creen que la democracia sea la mejor solución. Cambiar el sistema juega en interés para casi todos, tanto para el centro-derecha como para el centro-izquierda. Necesitamos crear sistemas que realmente respondan a los problemas de las personas. De otro modo, todo empeorará aún más.

P. Si las cosas se complican con los aranceles que Trump ha prometido, Keir Starmer se verá obligado a elegir entre Estados Unidos y la UE. ¿Cómo actuará?

R. No me sorprendería en absoluto si Reino Unido se viera obligado a elegir entre un acuerdo de libre comercio con la UE y un mal acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Starmer no quiere hablar sobre el Brexit, no quieren que le acusen de no respetar el resultado del referéndum. Así que, teniendo en cuenta las consideraciones políticas y aunque creo que sería un error, creo que elegiría por pacto con los Estados Unidos.