Los niños polacos y lituanos triunfan en Matemáticas pero no creen en ellos
“La falta de confianza empieza cuando les atamos los cordones de los zapatos”, dice la profesora Markowicz-Narękiewicz
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“¿Os imagináis lo maravilloso que sería que astronautas estadounidenses clavaran la bandera en otro planeta por primera vez?”, dijo Elon Musk exaltado durante la toma de posesión de Donald Trump, el 20 de enero. Si en los 60 la carrera tecnológica fue por viajar al espacio, en 2025 la competición continúa y la inteligencia artificial exige otras habilidades: “Ya no buscaremos programadores que escriban códigos, sino personas con un pensamiento profundo y lógico que entiendan los algoritmos, afirma la analista tecnológica búlgara Victoria Ivanova. “Y estos son precisamente los matemáticos”, añade. Desde coches autónomos, asistentes virtuales o ciberseguridad, algunas de las profesiones más demandas requerirán buenos matemáticos.
En diciembre de 2024, se publicaron los resultados de la evaluación TIMSS (2023), que desde 1995 mide, cada cuatro años, el nivel en matemáticas y ciencias de los estudiantes de cuarto (de 9 y 10 años) y 2º de la ESO (13-14 años). Una vez más, los estudiantes asiáticos sobresalieron, con Singapur (615), Taiwán (607), Corea del Sur (594), Hong Kong (594), Japón (591) y Macao (582) en cabeza. Entre los diez mejores, solo hubo dos países de la Unión Europea: Lituania y Polonia (con 591 y 546 puntos), seguidos muy de cerca por Irlanda y Rumanía. En España, los estudiantes de cuarto bajaron cuatro puntos (498) y se situaron en el puesto 28 de los 32 países de la OCDE.
El investigador polaco y asesor de políticas en el campo de la educación Tomasz Gajderowicz pide, en primer lugar, tomar las comparaciones TIMSS con precaución, porque en la evaluación hay estudiantes con más edad que otros, “por ejemplo, en Polonia”, puntualiza a El Confidencial y eso “puede inflar las puntuaciones medias”. Esto se debe a que el examen evalúa a los niños de 4º curso, sin importar la edad. Como en algunos países, el colegio empieza a los 5 años y en otros, a los 7, "la diferencia es de casi 2 años, exclama. Dicho esto, cree que en los países que destacan en las pruebas, “hay planes de estudio progresivos y bien estructurados que enfatizan en reglas básicas sólidas”.
También existen elementos históricos y culturales. Gajderowicz explica que en países como Lituania, Polonia, Rumanía o Bulgaria, "décadas de énfasis en una formación rigurosa en STEM durante la era comunista dieron forma a una educación matemática sólida". Dice que se trata de países con una educación muy tradicional, donde "el sistema educativo sobrevivió durante la época en la que la atención se centraba en hacer divertido el aprendizaje". A esto se suma el factor socioeconómico: estas sociedades aún consideran las matemáticas “un camino fiable para el progreso profesional".
Fuera mitos, si los maestros dominan la asignatura y tienen habilidades pedagógicas "está comprobado que aumenta la calidad de la clase"
Entonces, ¿cómo se mejora? Gajderowicz advierte que el problema de la educación es que está llena de mitos, "mientras hay pruebas claras de lo que funciona", como "una sólida preparación docente basada en la evidencia”, es decir, si los maestros “dominan la asignatura y tienen, a su vez, habilidades pedagógicas, está comprobado que aumenta la calidad de la clase”, puntualiza.
Las matemáticas de la vida y la historia
Más allá del ranking, para los responsables de la evaluación TIMSS, una de las grandes preocupaciones es “la caída del interés en el aprendizaje de las matemáticas entre cuarto y octavo [2º de la ESO]”, afirma a El Confidencial, Dirk Hastedt, director de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA). Hastedt explica que es una tendencia que se observa “en todos los países que participan en TIMSS 2023”. Si en cuarto de Primaria, hay un 24% de niños a los que no les gustan las Matemáticas, este porcentaje aumenta al 48% en 2º de la ESO. También le sorprendió comprobar que un 10% de los alumnos faltan al menos una vez a la semana a clase y más del 20%, cada 15 días. Lo que repercute en el rendimiento.
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Hastedt afirma que es tarea de todos y, en especial, de los profesores, mostrar a los niños “lo asombroso de las Matemáticas en nuestra vida y en la historia”. Recuerda que incluso los antiguos egipcios utilizaron una cuerda anudada con un triple pitagórico para crear rectángulos en templos y campos. “¿Por qué no hay más estudiantes fascinados por esto? Es algo que hay que transmitir”, añade. La formación del profesorado es clave. Si al maestro no le apasiona o no entiende las Matemáticas, se producirá un efecto ‘bola de nieve’. Y lo mismo, al contrario.
Explorar y creer en ellos mismos
La profesora de Matemáticas polaca Agata Markowicz-Narękiewicz pertenece a una generación que descubrió las matemáticas con las tareas cotidianas. Lleva 25 años dando clase y dice que hoy los niños ya no hacen cuentas en su día a día: “Cuando van a la tienda, sus padres pagan con tarjeta, así que los niños no saben cuánto cambio deben devolver el dependiente; no pesan ni miden”. Por eso, en sus clases, salen al pueblo, de compras, “e intentamos llevar esta abstracción a la vida cotidiana”. También nota la falta de confianza de los niños en sí mismos. cree que los adultos son en parte responsables, porque cuando hay una dificultad, “salen a rescatarlos”. “Desde Infantil, les atamos los zapatos para que sea más rápido”. Luego, cuando no tienen éxito, dicen: “Soy tonto”, “no puedo hacerlo”.
"Desde Infantil, les atamos los zapatos para que sea más rápido". Luego, cuando no tienen éxito, dicen: "Soy tonto", "no puedo hacerlo"
Hasta un 41% de los alumnos en Polonia creen que no son buenos en matemáticas. Michał Sitek, jefe del equipo de investigación de habilidades del Instituto de Investigación Educativa (IBE) cree que esto se debe en parte, a la pandemia, las redes sociales y a un mundo cambiante, pero también al hecho de que se evalúa a los niños en un momento determinante para ellos. En cuarto, los estudiantes experimentan un cambio radical, cuando pasan de un solo maestro a clases con especialistas.
“Algo se rompe en cuarto, cuando los niños tienen 10 y 11 años”, coincide Ivaylo Ushagelov, director de la Escuela Nacional de Ciencias y Matemáticas de Sofía. Dice que “se necesitan muchas clases de matemáticas para practicar y desarrollar lo que requiere el programa” y “una vez que los estudiantes pierden las habilidades, rara vez vuelven a ellas”. Para Ushagelov, el éxito en matemáticas de los estudiantes búlgaros es fruto de los institutos especializados en Matemáticas y Ciencias del país, “que ofrecen educación de calidad y muchas más horas de matemáticas”, con clases avanzadas y preparación de olimpiadas.
La pasión de los Balcanes por las olimpiadas
Ni futbolista ni Youtuber, en Bulgaria, el estudiante búlgaro Kaloyan Geshev saltó a la fama en 2024, a sus 13 años, por convertirse en campeón mundial de cálculo rápido, por tercera vez. Uno de los secretos en esta parte de Europa es haber hecho de las Matemáticas una afición, con numerosas competiciones y olimpiadas entre centros educativos.
Desde 1959, se celebra cada año la Olimpiada Internacional de Matemáticas (OIM), en la que actualmente participan 100 países. En 2024, Estados Unidos y China –con cinco oros y una plata cada uno— lideraron el ranking, seguidos de Corea del Sur, India, Bielorrusia, Singapur y Reino Unido. Los primeros países de la Unión Europea fueron Hungría y Polonia. Los resultados muestran que no es solo cuestión de recursos. Dos de los países más pobres de la UE, Rumanía –con un oro, cuatro platas y un bronce— y Bulgaria –tres platas y dos bronces— superaron con creces a otros más ricos como España o Bélgica.
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Sabina Adomavičienė, profesora de matemáticas en el Liceo de Vitlis, en Lituania, el primer país de la UE en TIMSS, cree que una de las claves del éxito de Lituania es que “fomenta el progreso individual”. También la calidad de la formación del profesorado, “para enseñar matemáticas de una forma más interesante y eficaz”. Y cree que el hecho de que las Matemáticas tengan más relevancia, hace que los padres “presten más atención”.
La reforma irlandesa y la resolución de problemas
“Los países de Europa del Este han sido tradicionalmente reconocidos por priorizar la educación en Matemáticas, quizás con un enfoque en la excelencia, lo que fomenta que surjan estudiantes con puntuaciones altas”, explica a El Confidencial Ciarán Duffy, presidente del Consejo Nacional IMTA. Dice que otros de los países europeos entre los primeros de TIMSS es Irlanda, que según Duffy “parece dar mayor prioridad a la equidad”. “Irlanda no tiene una tradición de acelerar a los estudiantes más interesados y capacitados”, explica.
Para Ciarán Duffy, el logro en Matemáticas de los alumnos irlandeses se debe, por una parte, al diseño del Currículo, donde dice, en Irlanda, “se enfatiza un equilibrio entre fluidez procedimental, comprensión conceptual y habilidades de resolución de problemas”. Explica que una importante reforma del currículo en Secundaria, iniciada hace 15 años y mejorada en 2018, aumentó el enfoque en la resolución de problemas y fortaleció la capacidad de los estudiantes para aplicar el razonamiento matemático a problemas del mundo real. También cree que existe consistencia a través de niveles y, sobre todo, que los programas de formación docente en Irlanda atraen a estudiantes de alto rendimiento, “lo que resulta en profesores de Matemáticas altamente cualificados”.
Desafiar estereotipos para no perder a las chicas
Duffy también cree que actitudes culturales son responsables de este logro, como “un reconocimiento creciente de las Matemáticas como una habilidad esencial para carreras en tecnología, ciencia e ingeniería, promoviendo una cultura de aprecio y aspiración en estos campos”.
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Las actitudes son responsables, en parte, de la creciente brecha de género. Otra de las duras sorpresas de TIMSS fue “observar que la brecha de género a favor de los niños se agranda en tantos países”, dice Hastedt. En varios países, la brecha entre niños y niñas es mayor ahora que en la evaluación anterior, de 2019, especialmente en cuarto de Primaria. Hastedt dice que los motivos aún no están claros todavía y existen diferentes hipótesis. Una de ellas sería el impacto de no haber tenido clases presenciales durante la pandemia.
Roles y ejemplos pueden contribuir a que las niñas se interesen por las Matemáticas, como mostraron en 2018, los investigadores franceses Quentin Lippmann y Claudia Senik de la Escuela de Economía de París. Se propusieron comparar Alemania del Este y Alemania del Oeste en una de las brechas entre hombres y mujeres más generalizadas en las sociedades modernas: las matemáticas. Querían comprobar si el experimento radical en la integración de las mujeres en el mercado laboral, había dejado huellas en las normas de género.
Los resultados del estudio mostraron que en las regiones en las que había más mujeres trabajando, en las siguientes generaciones, las niñas puntuaban mejor en Matemáticas. Quentin Lippmann, uno de sus autores, explica a El Confidencial que los resultados son interesantes “porque demuestran que las brechas de género, incluso en áreas que parecen ser las más resistentes, como las matemáticas, pueden disolverse mediante instituciones y políticas públicas”.
"Los estereotipos de género y la menor confianza en sí mismas pueden disuadir a las niñas de realizar matemáticas avanzadas", coincide Gajderowicz. Y recuerda que con ejemplos visibles de otras mujeres, programas de tutoría y prácticas de enseñanza inclusivas "se puede cerrar esa brecha".
“¿Os imagináis lo maravilloso que sería que astronautas estadounidenses clavaran la bandera en otro planeta por primera vez?”, dijo Elon Musk exaltado durante la toma de posesión de Donald Trump, el 20 de enero. Si en los 60 la carrera tecnológica fue por viajar al espacio, en 2025 la competición continúa y la inteligencia artificial exige otras habilidades: “Ya no buscaremos programadores que escriban códigos, sino personas con un pensamiento profundo y lógico que entiendan los algoritmos, afirma la analista tecnológica búlgara Victoria Ivanova. “Y estos son precisamente los matemáticos”, añade. Desde coches autónomos, asistentes virtuales o ciberseguridad, algunas de las profesiones más demandas requerirán buenos matemáticos.