El plan de Trump para quedarse con el canal de Panamá y el golfo de México de una tacada
La disputa por el canal de Panamá revive tensiones históricas entre Estados Unidos y Panamá, con Trump cuestionando tarifas e influencia china en el espacio latinoamericano
El canal de Panamá, una de las infraestructuras más estratégicas del mundo, vuelve a ser foco de tensiones internacionales. Donald Trump ha acusado a Panamá de imponer tarifas excesivas a los barcos estadounidenses y ha señalado la creciente influencia china en la región como una amenaza a los intereses de Estados Unidos. Estas afirmaciones, aunque carentes de pruebas concretas, han generado preocupación tanto en Panamá como a nivel internacional. El presidente panameño ha rechazado categóricamente estas acusaciones, calificándolas de inaceptables y reafirmando la soberanía del país sobre el canal, símbolo nacional de independencia desde su devolución en 1999.
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Más allá de las declaraciones, el canal enfrenta retos estructurales y climáticos. La escasez de agua dulce, agravada por el cambio climático, y la creciente demanda de tránsito de buques más grandes han puesto a prueba la capacidad operativa de la infraestructura. Mientras tanto, el interés de China en gestionar los puertos aledaños al canal y las amenazas de Trump de recuperar el control estadounidense han reavivado debates sobre las dinámicas de poder en América Latina. Este conflicto refleja la importancia del canal no solo como eje del comercio global, sino también como terreno de disputa geopolítica en un mundo cada vez más competitivo.
El canal de Panamá, una de las infraestructuras más estratégicas del mundo, vuelve a ser foco de tensiones internacionales. Donald Trump ha acusado a Panamá de imponer tarifas excesivas a los barcos estadounidenses y ha señalado la creciente influencia china en la región como una amenaza a los intereses de Estados Unidos. Estas afirmaciones, aunque carentes de pruebas concretas, han generado preocupación tanto en Panamá como a nivel internacional. El presidente panameño ha rechazado categóricamente estas acusaciones, calificándolas de inaceptables y reafirmando la soberanía del país sobre el canal, símbolo nacional de independencia desde su devolución en 1999.
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