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España entrega a Alemania un espía marroquí que investigaba al exilio rifeño
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Un cómplice ya ha sido juzgado

España entrega a Alemania un espía marroquí que investigaba al exilio rifeño

Justo cuando el jefe de la comisaría de información de la Policía Nacional española visitaba en Rabat a Abdellatif Hammouchi, máximo jefe policial Marruecos, el agente marroquí Youssef El A. era enviado a Fráncfort

Foto: Reunión entre el jefe de la DGST marroquí, Abdellatif Hammouchi (i), y el jefe de la Comisaría General de Información (CGI) española, Javier Susín Bercero. (EFE/Policía de Marruecos)
Reunión entre el jefe de la DGST marroquí, Abdellatif Hammouchi (i), y el jefe de la Comisaría General de Información (CGI) española, Javier Susín Bercero. (EFE/Policía de Marruecos)

El pasado miércoles, el comisario general de información de la Policía Nacional, Javier Antonio Susín Bercero, estrechaba la mano de Abdellatif Hammouchi, el máximo jefe policial marroquí. Se trató del primer viaje público de Susín Bercero a Rabat para reunirse con Hammouchi, que también está al frente de la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST), la policía secreta y el contraespionaje. Buena sintonía. Pero, paralelamente, ese mismo día y mientras estaban reunidos, la Justicia española asestaba un golpe al aparato de seguridad marroquí con la entrega a Alemania de uno de sus agentes, reclamado por espionaje.

La información, como otras relacionadas con Marruecos, no hubiese salido a la luz de no ser porque la Fiscalía Federal alemana publicó un comunicado en la tarde del pasado jueves.

Youssef El A. fue detenido en España el 1 de diciembre, después de que se recibiese una euroorden de la justicia alemana. El 15 de enero embarcó, custodiado por dos policías, en un avión rumbo a Fráncfort, donde le esperaban agentes de la Oficina Federal de Policía Criminal que le condujeron ante un juez de instrucción federal.

El juez alemán “sospecha firmemente” que Youssef El A. trabajó desde enero de 2022 en Alemania para la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el servicio secreto exterior marroquí que dirige Yassin Mansouri, compañero de clase en los años setenta del rey Mohamed VI y de quién depende directamente esa agencia de inteligencia. El exilio rifeño, objetivo de las presuntas labores de espionaje del detenido, ha difundido fotos de Youssef El A. en las que se le ve asistiendo infiltrado a manifestaciones en Alemania de apoyo a las reivindicaciones del Rif.

Foto: El príncipe heredero de Marruecos, Moulay Hassan. (EFE/EPA/Christophie Petit Tesson))

El sospechoso vigilaba a los nacionalistas rifeños exiliados en Alemania. En octubre de 2016, en la región norteña de marroquí del Hirak arrancó una revuelta social pacífica que las autoridades reprimieron con dureza siete meses después de su inicio. Sus cuatro principales dirigentes están encarcelados desde entonces tras ser condenados a largas penas.

Youssef El A. tenía un cómplice, al que la Fiscalía identifica como Mohamed A., que fue detenido en noviembre de 2022, cerca de Colonia, por proporcionar a la DGED información sobre dos germano-marroquíes con simpatías por el nacionalismo rifeño. A cambio, cobró unos 5.000 euros en billetes de avión y otros gastos. Fue condenado, en agosto de 2023, a 21 meses de cárcel y una multa de 4.300 euros, pero no tuvo que ingresar en prisión.

La entrega de Youssef El A. no enturbió, aparentemente, la reunión en Rabat entre los dos jefes policiales. El español Susín Bercero resaltó que “España se ha librado de peligrosos atentados terroristas gracias a las informaciones decisivas y altamente fiables proporcionas por los servicios” policiales de Hammouchi, según la agencia oficial de prensa marroquí (MAP). Cada vez que un responsable policial español viaja a Marruecos, la MAP desvela que ensalza la colaboración marroquí, pero la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad españolas no es, en cambio, elogiada por sus anfitriones marroquíes.

Foto: La directora del CNI, Esperanza Casteleiro, y su homólogo marroquí, Abdelatif Hammouchi. (EFE/Seguridad marroquí)

Es excepcional que las autoridades españolas, cualquiera que sea el color del Gobierno central, entorpezcan la labor de los servicios marroquíes y entreguen a sus agentes. El único caso que ha trascendido este siglo fue, en mayo de 2013, la expulsión de España del marroquí Noureddin Ziani, que en Barcelona intentó atraer a numerosas comunidades islámicas al independentismo. Llegó a predicar en las mezquitas, con el convergente Àngel Colom, las virtudes de la República catalana.

El general Félix Sanz-Roldán, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia, puso una denuncia pública contra Ziani por “amenazar la seguridad nacional”. Subrayó que era “un colaborador muy relevante de un servicio de inteligencia extranjero desde el año 2000” en una clara alusión a la DGED. Tras su expulsión a Marruecos fue contratado de inmediato por el Ministerio de Asuntos Islámicos.

A diferencia de España, en otros países europeos salen con cierta periodicidad a la luz operaciones de espionaje protagonizadas por los servicios secretos marroquíes. El último caso conocido fue la detención, en octubre de 2023 en los Países Bajos, de Abderrahim El M. (su nombre completo tampoco fue desvelado) que era nada menos que analista principal de la Coordinadora Nacional para Lucha Antiterrorista y la Seguridad de Países Bajos (NCTV, según sus iniciales en neerlandés).

El pasado miércoles, el comisario general de información de la Policía Nacional, Javier Antonio Susín Bercero, estrechaba la mano de Abdellatif Hammouchi, el máximo jefe policial marroquí. Se trató del primer viaje público de Susín Bercero a Rabat para reunirse con Hammouchi, que también está al frente de la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST), la policía secreta y el contraespionaje. Buena sintonía. Pero, paralelamente, ese mismo día y mientras estaban reunidos, la Justicia española asestaba un golpe al aparato de seguridad marroquí con la entrega a Alemania de uno de sus agentes, reclamado por espionaje.

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