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Los 'caminantes blancos' de Kim Jong-un se ciernen sobre el frente ucraniano: "Granada a la cabeza y buenas noches"
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12.000 soldados norcoreanos en el frente

Los 'caminantes blancos' de Kim Jong-un se ciernen sobre el frente ucraniano: "Granada a la cabeza y buenas noches"

"Dado su estado mental y el adoctrinamiento, simplemente no contemplan el concepto de la rendición", asegura el coronel Oleksandr Kindratenko, portavoz de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania

Foto: Militares norcoreanos desfilan en Pyongyang. (KCNA/Reuters)
Militares norcoreanos desfilan en Pyongyang. (KCNA/Reuters)

Las tropas norcoreanas que luchan en el frente ruso están sorprendiendo a los militares ucranianos por su pericia en el combate y sus tácticas agresivas, casi suicidas. Lejos de desertar a la primera oportunidad, como muchos vaticinaron con sorna, los soldados de Kim Jong-un se han convertido en una suerte de caminantes blancos en las trincheras. Una infantería bien entrenada y sin miedo a morir que amenaza sus posiciones en la región rusa de Kursk, una baza clave para Kiev ante cualquier eventual negociación de paz.

Los soldados de élite del 6º Regimiento ucraniano publicaron un video esta semana que mostraba cómo detectaron, identificaron y neutralizaron un grupo de soldados de las Fuerzas Armadas de Corea del Norte. Apostados entre los raquíticos árboles de un bosque nevado, los asiáticos intentaban flquearlos y emboscarlos. En la operación, los rangers ucranianos eliminaron a 17 enemigos. Uno de ellos les había tendido una trampa explosiva. Cuando falló, se voló a sí mismo con una granada.

No es un caso aislado. Varios elementos de las fuerzas ucranianas reportan que muchos norcoreanos se niegan a caer prisioneros y prefieren suicidarse o ser rematados por sus compañeros cuando están gravemente heridos. "Dado su estado mental y el adoctrinamiento, simplemente no contemplan el concepto de la rendición", resumió el coronel Oleksandr Kindratenko, portavoz de las Fuerzas de Operaciones Especiales ucranianas, que llevan semanas enfrentándose con ellos.

El pasado mes de octubre, Corea del Norte envió unos 12.000 soldados a Kursk, la provincia rusa que Ucrania invadió por sorpresa durante el verano. Durante semanas se mantuvieron lejos del frente, cavando trincheras en la retaguardia y haciendo tareas logísticas. Pero desde que se decidió que entraran en combate, han sido desplegados con el mismo desprecio por su vida como los rusos, a los que Putin ha sacrificado sin contemplaciones —a veces para empujar unos pocos metros la línea de contacto—. En estos cuatro meses, los rusos han conseguido recuperar la mitad de los 1.200 km2 que habían llegado a ocupar los ucranianos en su territorio, según el centro de análisis Institute for the Study of War.

Los servicios de inteligencia de Corea del Sur calculan que, hasta el momento, unos 3.000 soldados norcoreanos habrían quedado fuera de combate (unos 300 muertos, el resto heridos, capturados o desaparecidos, según informaron en una sesión parlamentaria). Kiev eleva esa cifra hasta los 4.000. Y las fuentes militares estadounidenses hablan de 1.000 tan solo en la última semana de diciembre. Son cifras estimadas y sin ninguna confirmación oficial, ya que ni Moscú ni Pyongyang han hablado públicamente de este asunto. Pero muestran el volumen de efectivos que están dispuestos a lanzar contra las posiciones defensivas ucranianas.

Foto: Kim Jong Un visita una fábrica de misiles tácticos. (Reuters)

"No es tan sorprendente que las tropas norcoreanas parezcan tener un gran desempeño en combate, puesto que se someten a años de rigurosos entrenamientos, a menudo mucho más allá de las exigencias de otros ejércitos del mundo. Además, los informes preliminares sugieren que muchas de las tropas desplegadas (en Rusia) serían de operaciones especiales y, probablemente, tengan un adiestramiento superior al de los soldados regulares", explica Shreyas Reddy, corresponsal en Seúl de NK News, un medio especializado en información sobre Corea del Norte, a El Confidencial.

Numerosos videos de analistas de inteligencia de fuentes abiertas publicados estas últimas semanas muestran a soldados norcoreanos atravesando a la carrera áreas disputadas a campo abierto sin apoyo de artillería o blindados. Muchos ni siquiera se han cambiado sus característicos uniformes negros, que destacan contra el blanco invernal de los campos rusos. Algunas de las tácticas que se han encontrado en los documentos incautados a soldados norcoreanos muestran que sus superiores esperan este comportamiento de riesgo máximo​.

El cebo humano

Por ejemplo, en uno de los diarios de guerra de un efectivo norcoreano abatido junto a dos compañeros el pasado 21 de diciembre en la localidad rusa de Pogrebki, incluía una página con un sencillo diagrama con las órdenes sobre cómo enfrentar drones enemigos. En el esquema, garabateado con bolígrafo azul en un cuaderno cuadriculado, uno de los soldados es identificado como el cebo. Su misión es atraer la atención del dron mientras dos compañeros tratan de abatirlo.

"El cebo debe mantener una distancia de siete metros respecto al dron. Los otros dos deberían prepararse para derribar el dron a una distancia de 10-12 metros. Cuando el cebo se quede quieto, el dron también se detendrá y puede ser derribado", escribe el soldado, identificado como Jong Kyong Hong, en uno de los extractos publicados por las fuerzas armadas ucranianas. En los escritos, el soldado también narra detalles anodinos de su vida en el frente y no pocas loas a su máximo líder. "Aunque me cueste la vida, cumpliré las órdenes del Comandante Supremo sin dudar", agregó en otro de los pasajes.

Estas tácticas han sido reportadas por varios soldados sobre el terreno. Yuriy Bondar, de la 80 Brigada de Asalto Aerotransportada, recalcó la buena condición física de los norcoreanos, su alta moral y eficiente manejo de armamento ligero, con el que consiguen derribar una cantidad "sorprendente" de drones. "El enemigo no se rinde. Se eliminan, según su plan, con una granada en la cabeza. Los que se quedan en el campo de batalla son rociados con líquido inflamable y quemados", describió Bondar en una publicación en redes. "Demuestran gran resistencia psicológica. Imagínate, uno corre atrayendo la atención del dron mientras el otro, emboscado, trata de derribarlo con puntería".

Este celo en sus objetivos es una advertencia de que estos inesperados actores pueden complicar uno de los puntos clave del frente de batalla este 2025. No está claro si Kim Yong-un está dispuesto a seguir mandando tropas de reemplazo o cuál es el alcance de los acuerdos militares y políticos sellados con Moscú (que sabemos incluyen el envío masivo de munición de artillería y otros suministros militares). Pero en cualquier eventual negociación, el factor Kursk (es decir, la presencia activa y consolidada de tropas ucranianas en territorio ruso), sería una de las mejores cartas en la complicada mano que tiene que jugar Volodímir Zelenski.

"Los norcoreanos han demostrado ser unos guerreros serios y esto es una mala noticia para todos. Comencemos con el hecho de que se tardaron dos meses en capturar a los primeros prisioneros vivos. Esto muestra que son tipos duros que cuando son heridos siguen un solo patrón: tirar de la anilla, poner la granada en la cabeza y buenas noches", explicó Volodymyr Demchenko, un cineasta ucraniano que ahora combate en el frente. "Los cobardes que no quieren o no pueden hacer esto caerán a manos de sus compañeros 100%. No les importan los heridos ni los muertos, tan solo corren hacia adelante, pisando los cuerpos de sus compañeros de armas. Saben que la guerra no se gana con nobleza y amabilidad", agregó en un hilo en redes sociales.

La guerra para preparar la guerra

Por el momento, apenas dos soldados han sido capturados con vida, según informó el propio presidente Zelenski. Ambos fueron trasladados a Kiev para su tratamiento médico. Uno quiere volver a Corea y otro querría quedarse en Ucrania. El mandatario ha advertido que el régimen norcoreano podría mandar decenas de miles de efectivos adicionales. Según informaciones de la inteligencia surcoreana, habría indicadores de preparativos en este sentido.

Este feroz desempeño también está generando temores al otro lado del globo. En Seúl, inmersa en su peor crisis política en décadas, muchos temen que los comunistas estén utilizando este episodio como un entrenamiento o fogueo militar, preludio de una nueva guerra por el control de la península de Corea. Las tensiones diplomáticas llevan escalando desde 2019, cuando Kim Jong-un abandonó las vías diplomáticas y pasó a identificar a Seúl como su "principal enemigo".

"El frente más importante es el antiimperialista y la lucha de clases, y la tarea más crucial es preparación para el combate. Y lo enfatizo de nuevo. La tarea más vital y crítica para nuestras Fuerzas Armadas es prepararse para la guerra", reza otra de las páginas del diario recuperado, que han sido redactadas para no desvelar información sensible.

También en Corea del Sur se ha adoptado un tono más frontal desde la elección de Yoon Suk-yeol en 2022. Algunos creen que el depuesto y arrestado mandatario buscaba un enfrentamiento con el Norte para justificar su declaración de ley marcial. No están claros los motivos ni el fin, pero ha dejado a la política coreana en un momento de máxima tensión y polarización.

"Si se produjera un conflicto intercoreano, sin duda que la experiencia en combate activo en la guerra de Ucrania y su exposición a los métodos del combate modernos, como los drones, les beneficiará", apunta Reddy. "Dicho esto, Corea del Norte típicamente opera dentro de unos límites y sabe que tiene poco que ganar y mucho que perder en una guerra a gran escala con Corea del Sur en la que fuerzas más poderosas, como EEUU, se verían involucradas".

Las tropas norcoreanas que luchan en el frente ruso están sorprendiendo a los militares ucranianos por su pericia en el combate y sus tácticas agresivas, casi suicidas. Lejos de desertar a la primera oportunidad, como muchos vaticinaron con sorna, los soldados de Kim Jong-un se han convertido en una suerte de caminantes blancos en las trincheras. Una infantería bien entrenada y sin miedo a morir que amenaza sus posiciones en la región rusa de Kursk, una baza clave para Kiev ante cualquier eventual negociación de paz.

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