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La misión de Schallenberg: Austria prepara en Bruselas la llegada de la ultraderecha
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La misión de Schallenberg: Austria prepara en Bruselas la llegada de la ultraderecha

El canciller austriaco en funciones se traslada a Bruselas para tratar de calmar a las instituciones ante la llegada al poder del FPÖ de Herbert Kickl

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg. (EFE / Max Slovencik)
El ministro de Asuntos Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg. (EFE / Max Slovencik)

Alexander Schallenberg tiene una misión. El hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno federal austriaco, que desde 2019 y hasta hoy ha sido una coalición de democristianos (ÖVP) y verdes (Grüne), se convirtió en canciller federal en funciones el pasado viernes. Su anterior jefe, el ya exlíder de ÖVP Karl Nehammer, abandonó el puesto al frente del Gobierno y de su partido tras fracasar en su último intento de mantener fuera del poder a la formación de extrema derecha FPÖ y a su controvertido líder, Herbert Kickl.

Tras el colapso de las negociaciones entre el ÖVP, los liberales y los socialdemócratas (SPÖ) Nehammer abandonó su puesto, Schallenberg, también del ÖVP, lo ocupó en funciones y en Viena todo el mundo se ha preparado para que Kickl sea el próximo canciller federal, con el apoyo de los democristianos.

Las negociaciones siguen en marcha, y el ÖVP ha prometido poner límites estrictos al FPÖ. La misión de Schallenberg, por delante de ocupar el asiento de Nehammer y mantenerlo caliente para Kickl, es trabajar para preparar la llegada del líder de extrema derecha. El canciller en funciones ha viajado este lunes a Bruselas para reunirse con los principales exponentes de las instituciones europeas para intentar tranquilizarles respecto a la llegada del FPÖ al Gobierno.

Schallenberg se reúne con António Costa, presidente del Consejo Europeo, el foro de jefes de Estado y de Gobierno que se reúne cada pocos meses y en el que se sentará Kickl si finalmente es canciller, con Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, y con Kaja Kallas, Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad.

Foto: Herbert Kickl, líder del partido liberal FPÖ. (EFE/Max Slovencik)

Este sábado, el canciller en funciones ha hablado por teléfono con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que se encuentra fuera de Bruselas recuperándose de una “neumonía severa” que ha llevado a su hospitalización durante cerca de una semana. “Hablamos sobre los temas y cuestiones actuales en los que Europa y Austria deben trabajar juntas”, explicó la alemana en un mensaje en redes sociales.

Kickl es una figura enormemente divisiva en Austria, aunque visto por muchos como el político más hábil e inteligente del tablero. Y lo ha demostrado llevando al FPÖ a la victoria electoral en septiembre, alcanzando el 29% del voto, dos puntos y medio por delante de los democristianos. El ÖVP, incluido el actual líder tras la defenestración de Nehammer, ha atacado al líder del FPÖ hasta hace muy poco, identificándolo como un riesgo para Austria y para la Unión Europea. Conocido por sus posiciones prorrusas, muy enraizadas en general en su partido, y su crítica a la Unión Europea, llegando a sugerir que el país podía abandonar el club comunitario.

El ascenso de la ultraderecha

El FPÖ refleja bien cómo ha cambiado el escenario en un cuarto de siglo. El 4 de febrero del 2000, el partido entró por primera vez en un Gobierno austriaco, liderado por el canciller democristiano Wolfgang Schüssel, y las consecuencias fueron prácticamente inmediatas. Los socios europeos, días antes de su entrada en el Gobierno, anunciaron que tomarían represalias. En una nota que circuló la presidencia portuguesa del Consejo, los otros 14 Estados miembros anunciaron que "suspender(í)án todos los contactos políticos bilaterales" con Viena en caso de la entrada del FPÖ en el Gobierno.

En aquel momento el partido estaba liderado por la que ha sido su principal figura, la que marcó un cambio de rumbo y el ingreso de la extrema derecha en las altas esferas de Viena: Jörg Haider. Sus padres habían formado parte del partido nazi austriaco, y con sus puntos de vista, radicales, antieuropeos y nacionalistas, logró mover al FPÖ hacia la derecha desde su llegada a la presidencia del partido en 1986, y también hacia arriba en todos los resultados electorales, pasando de ser un partido muy minoritario cuando cogió las riendas a ser uno de los principales a finales del siglo XX.

El FPÖ fue fundado en 1956 por Anton Reinthaller, un antiguo miembro de las SS nazis. Curiosamente, Reinthaller mantuvo al partido en posiciones moderadas y consideradas como liberales. De hecho, en los años ochenta apoyó varios Gobiernos de los socialistas del SPÖ. Fue la llegada de Haider lo que hizo que la formación diera un violento volantazo a la derecha. Tras algunas crisis internas, el FPÖ volvió a ganar popularidad a mediados de la década del 2010 bajo el liderazgo de Heinz-Christian Strache, que devolvió al partido al Gobierno en 2017. Ya entonces, solamente 17 años después de que los socios europeos rompieran los contactos políticos con Viena por la llegada del FPÖ al poder, en Bruselas y el resto de capitales reinó el silencio. Ya no hubo crítica ni medidas.

Foto: Nehammer anuncia el fin de las negociaciones para formar gobierno. (Reuters)

Ahora la esperada llegada de Kickl al poder completa el proceso por el que se ha ido aceptando la presencia de formaciones de extrema derecha en el poder que antes estaban proscritas. El trabajo de Schallenberg consiste en convencer a Bruselas de que el ÖVP seguirá vigilando de cerca al FPÖ. Una misión similar a la que tuvo Antonio Tajani, líder de Forza Italia, cuando se dedicó a garantizar a los socios europeos que el Gobierno de Georgia Meloni, hasta entonces considerada una política ultraconservadora y peligrosa, no dañaría la cooperación entre Italia y la Unión Europea.

Kickl sería el segundo líder europeo en sentarse en el Consejo Europeo que pertenece a la familia de los Patriotas por Europa (PfE), la familia política europea liderada por el primer ministro húngaro Viktor Orbán y donde también se encuentran formaciones como Vox o la Lega de Matteo Salvini. Si Kickl llega al poder, será junto con Orbán y el primer ministro eslovaco Robert Fico, uno de los líderes más cercanos al Kremlin. En 2016, bajo el liderazgo de Strache, el partido firmó un “acuerdo de cooperación” con la formación del presidente ruso Vladímir Putin.

Alexander Schallenberg tiene una misión. El hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno federal austriaco, que desde 2019 y hasta hoy ha sido una coalición de democristianos (ÖVP) y verdes (Grüne), se convirtió en canciller federal en funciones el pasado viernes. Su anterior jefe, el ya exlíder de ÖVP Karl Nehammer, abandonó el puesto al frente del Gobierno y de su partido tras fracasar en su último intento de mantener fuera del poder a la formación de extrema derecha FPÖ y a su controvertido líder, Herbert Kickl.

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