La peor pesadilla de China en Siria: los islamistas quieren la ruta de la Seda
El colapso del régimen sirio despierta el temor en China por el auge del extremismo islamista uigur en Xinjiang y la posible amenaza terrorista para la Nueva Ruta de la Seda
La transformación de Siria en un bastión islamista ha desatado la peor pesadilla de China: el auge del Partido Islámico de Turkestán (PIT), un grupo yihadista compuesto en gran parte por combatientes uigures, una minoría étnica de origen turco que lucha por la autonomía en la región china de Xinjiang. Durante la última década, el PIT se consolidó como un actor clave en la insurgencia siria, con una fuerte alineación con Al Qaeda. Los líderes del PIT en Siria ya han declarado su intención de llevar la “guerra santa” a China, lo que genera preocupación en Pekín. El grupo, que operaba anteriormente en Afganistán y Pakistán, ahora podría utilizar Siria como plataforma para lanzar ataques contra los intereses chinos, desestabilizando Xinjiang y proyectos estratégicos como la Nueva Ruta de la Seda.
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La región de Xinjiang es vital para China, tanto por sus recursos naturales como por su posición estratégica. Sin embargo, las políticas represivas del gobierno chino hacia los uigures, incluyendo vigilancia masiva, campos de reeducación y asimilación cultural forzada, han alimentado el resentimiento y reforzado la narrativa extremista del PIT. Pekín enfrenta ahora un dilema geopolítico: aunque tradicionalmente ha evitado involucrarse directamente en conflictos internacionales, el ascenso de grupos islamistas como el PIT representa una amenaza directa para su estabilidad interna y su influencia en Asia Central. Este escenario podría redefinir el equilibrio de poder global, trasladando el impacto de la crisis siria hasta el corazón de China.
La transformación de Siria en un bastión islamista ha desatado la peor pesadilla de China: el auge del Partido Islámico de Turkestán (PIT), un grupo yihadista compuesto en gran parte por combatientes uigures, una minoría étnica de origen turco que lucha por la autonomía en la región china de Xinjiang. Durante la última década, el PIT se consolidó como un actor clave en la insurgencia siria, con una fuerte alineación con Al Qaeda. Los líderes del PIT en Siria ya han declarado su intención de llevar la “guerra santa” a China, lo que genera preocupación en Pekín. El grupo, que operaba anteriormente en Afganistán y Pakistán, ahora podría utilizar Siria como plataforma para lanzar ataques contra los intereses chinos, desestabilizando Xinjiang y proyectos estratégicos como la Nueva Ruta de la Seda.