Musk, by Bannon: tiempos nuevos para los adalides de la derecha alternativa
Desde que el multimillonario, empresario y dueño de la red social X, Elon Musk, saltara al carro de la campaña de Donald Trump, son muchos los que han rabiado con vehemencia contra él. Pero nadie tanto como Steve Bannon
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Steve Bannon, sobre Elon Musk:
"Solo sacas provecho de la guerra, no eres un nacionalista estadounidense, no eres ni estadounidense; eres un globalista (...) que vive de subsidios y contratos públicos".
"Un perrito faldero del enemigo [China]".
"Son los ciudadanos de este país los que os dan una plataforma a vosotros, empollones, incluso para existir".
"Solo piensa en sí mismo y en sus empresas, su único objetivo es conseguir ser billonario (trillionaire). La acumulación de riqueza y, a través de la riqueza, de poder: ese es su objetivo".
"Tiene la madurez de un niño (...) francamente, la gente que rodea a Trump está cansada de él. Hemos visto su naturaleza intrusiva, su falta de comprensión de los problemas reales y su apoyo solo para sí mismo".
"Conseguiré que echen a Elon Musk antes de la toma de posesión. No tendrá un pase azul con acceso total a la Casa Blanca. Será como cualquier otro. Es una persona muy malvada".
"Es un señor tecnofeudal".
Desde que el multimillonario, empresario y dueño de la red social X, Elon Musk, saltara al carro de la campaña de Donald Trump, convirtiéndose en uno de sus mayores valedores y, tras recoger los frutos en la aplastante victoria electoral contra Kamala Harris en forma de una muy buena relación con el nuevo presidente, son muchos los que han rabiado con vehemencia contra él. Los demócratas estadounidenses primero y, ahora, los líderes europeos, ante lo que han considerado interferencias electorales.
Pero nadie ha rabiado tanto como Steve Bannon, considerado antiguo ideólogo/Moisés del propio Trump. Entre 2016 y 2017, Steve Bannon fue el villano favorito de América, desde que fuera nombrado director de la campaña de Trump y hasta que fue defenestrado de su puesto de asesor presidencial. Se le dibujó como "Maquiavelo" y "autor intelectual" de la Administración Trump, el ultraderechista que dirigió la avanzadilla de un nuevo grupo de políticos republicanos que tiraron al suelo sus complejos. El "segundo hombre más poderoso del mundo" como lo definió la revista Time en 2017.
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Epítetos exagerados o no, Bannon encarnó un papel que ahora ha sido radicalmente cambiado en la figura de Musk. Y ese baile de sillas o de afectos, que Bannon ve con rabia desde su abstinencia del poder que llegó a tocar y ya le ha quedado vedado, es un reflejo del cambio de época. De los "ideólogos" que sabían encontrar la cuerda del malestar de América (y Europa), a aquellos que cabalgan salvajes el nuevo mundo de los tecnoligarcas.
Nuevos personajes, nuevas formas, y el fin de la figura que encarnaba Bannon como tal. Lo anterior son apenas unos fragmentos de entrevistas a Bannon en los últimos dos meses, en su videopódcast War Room y en el periódico italiano Corriere della Sera, publicada hace apenas tres días. En el desprecio exagerado de Bannon —que lo llega a vender como algo "personal"— contra Musk, obviamente hay mucho del temperamento de Bannon, pero también de esa oportunidad que ya nunca va a volver.
La herencia de las ideas sigue ahí. "Quizá sea necesario separar el personaje de su proyección; una cosa es Bannon y otra la forma de hacer política que representa, y que estos días goza de una salud robusta. Su arrugada silueta aún acecha la política americana”, escribió Janah Ganesh en Financial Times, en referencia a Bannon. “En su sustancia, este es un Gobierno bannonita. Más bannonita, de hecho, que cuando él formaba parte”.
Pero mientras Bannon necesitó a los medios para alimentar su imagen de Maquiavelo y sus agendas (aunque los vilipendiaba; "la verdadera oposición son los medios", declaró), Elon Musk tiene su propia plataforma de la que beben los medios. Con un retuit ha sido capaz de rescatar un escándalo de hace diez-veinte años del que todavía no logra salir el gobierno laborista de Reino Unido (que estuvo fuera del poder durante los últimos 14 años), mientras los medios van detrás. Bannon decía: "La mejor manera de lidiar con los medios es llenar la zona de 'mierda'". Musk dijo a sus seguidores en X: "Ahora vosotros sois los medios".
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Pero incluso el propio Bannon es consciente de la mejora que implica, para su agenda ideológica, la irrupción de alguien como Musk como nuevo caballero blanco de este tipo de política. "Musk acaba de gastar un cuarto de mil millones de dólares para que Trump fuera elegido. Si pone la misma cantidad de dinero en Europa, pondrá a cualquier nación dentro de la agenda populista", afirmó en una reciente entrevista con Bloomberg. "No hay gobierno centrista en Europa que pueda aguantar semejante embestida".
El interés de Musk en Europa, como por ejemplo en las elecciones alemanas del próximo febrero, es un eco de lo que Bannon intentó también, con escasos resultados. Aunque, después de ser defenestrado del gobierno Trump, logró crear toda una red de contactos con partidos ultraderechistas en Europa (de Bélgica a Holanda, Italia o Hungría) y, en su momento, se le llegó a considerar todo un maestro a seguir en el camino de estos partidos hacia el poder en la UE, muchos de esos partidos que al principio lo tantearon ahora se alejan de su "Movimiento".
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"Dinero e información son las armas nucleares gemelas de la política moderna y Musk puede desplegar ambas en una escala sin precedentes", continúa.
Aunque en las últimas horas de su primer mandato Trump aprovechó para indultar a Bannon de las acusaciones de fraude que le perseguían, fue el portazo del magnate lo que hundió a "su ideólogo". Porque el gran error de Bannon fue pensar que él era el artífice de Trump. Según Joshua Green, periodista y autor de la biografía sobre el gurú Devil's Bargain: Steve Bannon, Donald Trump, and the Nationalist Uprising, en una entrevista anterior con El Confidencial, Bannon no solo se consideraba el cerebro de la operación, el gurú que había sacado a Trump de los 'realities' de la televisión y le había sentado en el Despacho Oval, sino también se veía como su sucesor.
"Como casi siempre ocurre, su ego lo arruinó todo", analizaba Green. Después de la publicación del libro Fuego y Furia, de Michael Wolff, que detalla entresijos de la primera Administración Trump y cita todo un aluvión de críticas jactanciosas que Bannon había hecho al entorno y la familia del mandatario, Trump se libró de él. "Creo que se dio cuenta muy rápido de que la estrella en el universo Trump pertenecía a Donald Trump, no a Steve Bannon. Y entonces creo que se dio cuenta muy rápidamente de que para tener cualquier tipo de influencia en la política del Partido Republicano, que es lo que Bannon quería, tendría que haberse inclinado hacia Trump", añade.
Es pronto todavía para saber si Musk recordará esa valiosa lección, o si creerá que, efectivamente, fue toda su maquinaria financiera (más de 250 millones de dólares) y digital (con decenas de campañas en X) la que llevó de nuevo a Trump a la victoria, como Moisés llevando al pueblo judío a la Tierra prometida. Es pronto también para saber si, en algún momento, dos personalidades tan fuertes acabarán chocando; si Trump dará manga ancha al poder de Elon a base de tuits o si temerá que pueda hacerle sombra.
De momento, este es Trump, sobre Elon:
"Tenemos una nueva estrella. Una estrella ha nacido. Elon. Es un tipo increíble. Un genio. Por eso me encantas".
Steve Bannon, sobre Elon Musk: