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La nueva Siria bajo HTS: con promesas de democracia, pero sin elecciones a la vista
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Más de cinco millones de sirios exiliados

La nueva Siria bajo HTS: con promesas de democracia, pero sin elecciones a la vista

Reconstruir un país desde sus cimientos es una tarea difícil. El grupo islamista del HTS cree que Siria podrá celebrar elecciones en cuatro años, cuando consiga redactar un marco constitucional y elaborar un nuevo censo

Foto: La brigada Jaled celebra un desfile militar en Damasco. (Reuters)
La brigada Jaled celebra un desfile militar en Damasco. (Reuters)

"El régimen sirio ha destruido mis recuerdos más preciados. Destruyeron mi infancia. No hay nada que no hayan destruido". El activista sirio Mazen al-Hamada se encontraba como refugiado en Berlín cuando dijo estas palabras. Para personas como Mazen el exilio era la única opción viable para no morir bajo el terror de la dictadura siria. "Ahora voy a trabajar como un ser humano. Como un hombre con principios y dignidad. Somos personas que tenemos valores. No somos como el régimen de Al-Asad nos ha descrito", afirmaba entre sollozos. Coaccionado por el Gobierno baazista, Mazen regresó a Siria en el año 2020. Fue entonces, tras su regreso, cuando se convirtió en un desaparecido más de los 130.000 que cifra la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas.

Tras la caída del régimen de Al-Asad, después de que la coalición islamista liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lograse en una semana lo que no ocurrió en 13 años de conflicto civil, las puertas de la prisión de Sednaya se abrieron por primera vez desde su creación. Los presos que quedaban vivos fueron liberados. Los cadáveres de los que no empezaron a identificarse. En la morgue del Hospital de Damasco hallaron, entre decenas de cuerpos apilados, a Mazen. Su cuerpo presentaba claros signos de tortura.

Mazen no pudo ver cómo su país salía de las tinieblas de una de las dictaduras más represivas a nivel mundial. Sin embargo, para miles de sirios se convirtió en un símbolo más de la crueldad del régimen de Al-Asad. En un multitudinario funeral, celebrado en las calles de Damasco, cientos de sirios corearon su nombre con la promesa de que no permitirán que Siria vuelva a vivir la represión.

Que se repita o no depende en gran medida de un hombre: Mohamed al Jolani, el líder de facto de Siria, conocido ahora como Ahmed al Sharaa, su verdadero nombre tras haber decidido dejar atrás su distintivo de guerra. El que fue considerado terrorista por Estados Unidos — Washington ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier tipo de información que condujese a su captura — ha recibido a los ministros de Exteriores de Alemania y Francia, como representación de la Unión Europea, en la primera visita de alto nivel de dos potencias occidentales en Damasco.

Foto: Un hombre sirio vestido de Papá Noel camina junto a la bandera siria de las tres estrellas en un barrio predominantemente cristiano de Damasco. (Reuters/Amr Abdallah Dalsh)

"Un nuevo comienzo solo puede ocurrir si a todos los sirios, independientemente de su grupo étnico o religioso, se les da un lugar en el proceso político", ha afirmado en su cuenta personal de X la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, tras su visita. "Nuestra oferta europea es que el nuevo capítulo para Siria sea un capítulo pacífico. Pero no nos engañamos. Sabemos que Siria todavía está entre dos mundos", ha señalado Baerbock. "Queremos ayudar, pero no estamos dispuestos a aportar dinero a nuevas estructuras islamistas".

La vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas, también se ha unido a este mensaje y ha pedido al nuevo gobierno de transición "respetar los principios acordados con los actores regionales y garantizar la protección de todos los civiles y las minorías", algo que es "de suma importancia".

Una demanda que, por el momento, el gobierno sirio estaría aplicando concretamente en el ámbito educativo. En una de las primeras medidas del nuevo gobierno de transición, el ministro de Educación sirio, Nazir al Qadri, ha ordenado sustituir la asignatura de Educación Nacional, donde se glorificaba a Al-Asad, por la de Educación Religiosa, a escoger entre la confesión islámica o la cristiana. También ha ordenado cambiar todas las banderas del régimen que aparezcan en los libros de texto por la nueva bandera de Siria libre.

En el nuevo plan se han modificado, además, "algunas informaciones incorrectas que el régimen de Al Asad había metido en el plan de estudios de educación islámica, como la explicación incorrecta de algunos versículos del Corán" por los libros de interpretación coránica del tasfir, tal y como señala un comunicado emitido por el Ministerio de Educación. Junto a esto, informan que se creará una comisión para conformar "el nuevo sistema educativo".

Foto: Desfile militar de HTS en Damasco. (Reuters/Amr Abdallah Dalsh)

"La resolución 2254 de las Naciones Unidas es clara", afirma el profesor de historia y geopolítica de la facultad de relaciones internacionales de la Universidad de Vigo, Luis Velasco, en una entrevista para El Confidencial. "Dice expresamente que la puesta en marcha de una transición política en Siria tendría que hacerse con el respeto de las minorías y respetando e incluyendo el papel de la mujer".

"El nuevo gobierno tendrá que ceñirse a eso, si pretende buscar la legitimación internacional", señala. "Es posible que haga algunas cosas y otras no" pero "buena parte de los actores tienen grandes expectativas en lo que ha pasado en Siria". Sin embargo, advierte de que "también hay muchos problemas", ya que "hay un recuerdo claro de donde vienen [los islamistas]".

En el caso de los actores europeos, como Alemania y Francia, país que Velasco recuerda que "tiene un interés genuino en Siria desde el siglo XIX y su sociedad va a exigir que tenga un papel importante", ven la caída de Al-Assad "con muy buenos ojos". Afirma que si "se quiere reconstruir el estado en Siria hay que integrar a las minorías y algunas en el territorio son muy mayoritarias, como son las zonas kurdas".

"Al nuevo gobierno se le va a exigir el respeto hacia los cristianos"

"No es solo buscar legitimidad en el exterior, sino también que todos los ciudadanos que viven en Siria respeten la legitimidad del nuevo gobierno" y se sientan representados. Desde el exterior, indica, "al nuevo gobierno se le va a exigir el respeto hacia los cristianos, pero también hacia los kurdos y eso choca directamente con los intereses de Turquía", país que alberga cerca de tres millones de refugiados sirios, según las cifras del Gobierno turco.

En este contexto, Al-Sharaa también ha recalcado su intención de integrar a las milicias kurdas en la estructura de defensa del país. Sin embargo, ha reiterado que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por Ankara, quedará excluido de este proceso. "No permitiremos que Siria se convierta en una base de operaciones para los ataques del PKK".

En lo que respecta al respeto por las diferentes religiones en otro tipo de ámbitos, en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, Al-Sharaa también recibió a varias delegaciones de las comunidades cristianas sirias. El momento ha quedado inmortalizado en una imagen que no deja de circular por las redes sociales. En ella se ve al nuevo líder rodeado de líderes religiosos cristianos, algo impensable hace unos años cuando el Daesh impuso su Califato y que ha dado esperanzas de poder crear una convivencia pacífica para muchos. Sin embargo, para otros, esto forma parte de una estrategia de aperturismo internacional, similar a la que protagonizaron los talibanes tras su avance en el país con la consiguiente huida del presidente afgano, Ashraf Ghani.

Los analistas creen que hasta que no haya un nuevo gobierno consolidado, ni la UE ni Estados Unidos levantarán las sanciones que siguen aplicando en el país. La UE impuso sanciones a Siria por primera vez en 2011, como respuesta a la violenta represión ejercida por el régimen de Al Asad contra la población civil tras el levantamiento popular. Estas medidas, que estarán vigentes hasta junio de 2025, también afectan a sectores económicos de los que el régimen obtenía beneficios. Sin embargo, la delegación europea ha aclarado que dichas sanciones no tienen como propósito obstaculizar la entrega de ayuda humanitaria en ninguna parte del país.

Se estima que más de 16 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, en las que se incluyen más de 7 millones de niños y de niñas, de acuerdo con los datos de Unicef. Además, casi 13.6 millones de sirios necesitan acceso a agua potable, saneamiento e higiene.

Una transición de cuatro años

El escepticismo domina la agenda en Siria, y desde el exterior, cada movimiento de Al-Sharaa se observa con cautela. Sin embargo, dentro del país, algunos sirios consideran que cualquier cambio, por más pequeño que sea, debe realizarse de manera planificada, a través de comités especializados, con un consenso político previo para formar un gobierno representativo y con la celebración de unas elecciones libres. Sin embargo, los comicios cada vez están más lejos de producirse. Al menos así lo señaló el propio Al-Sharaa quien afirmó que el futuro proceso de transición podría extenderse hasta cuatro años, ya que requiere cumplir con dos condiciones: la redacción de un marco constitucional y la elaboración de un nuevo censo poblacional.

Cuando se den estos dos acontecimientos, HTS habrá "desaparecido", según ha asegurado en una entrevista para la cadena panárabe Al Arabiya. Además, ha expresado su intención de anunciar la disolución de la organización durante la próxima Conferencia de Diálogo Nacional, cuya fecha aún no está definida y que, previsiblemente, se llevará a cabo en Damasco.

"Unas elecciones en el horizonte de tres o cuatro años no es un espacio temporal excesivo"

"Unas elecciones en el horizonte de tres o cuatro años no es un espacio temporal excesivo", opina el profesor Velasco. "Tenemos 14 millones de desplazados y cinco millones de exiliados. Las estructuras básicas del estado están desmontadas. Hay que dotar de seguridad, de servicios básicos y de unas capacidades económicas mínimas de producción al estado y eso no va a ser una tarea sencilla".

"Estamos ante una Siria completamente devastada después de casi 14 años de guerra. Hay que recomponer y reedificar muchas cosas", indica. "Sin que esto funcione, es difícil que el gobierno transicional tenga éxito. La prioridad para ello es la normalización política y social del país, donde las minorías sean respetadas y no se imponga una visión radical del islam. Habrá que verlo".

"El régimen sirio ha destruido mis recuerdos más preciados. Destruyeron mi infancia. No hay nada que no hayan destruido". El activista sirio Mazen al-Hamada se encontraba como refugiado en Berlín cuando dijo estas palabras. Para personas como Mazen el exilio era la única opción viable para no morir bajo el terror de la dictadura siria. "Ahora voy a trabajar como un ser humano. Como un hombre con principios y dignidad. Somos personas que tenemos valores. No somos como el régimen de Al-Asad nos ha descrito", afirmaba entre sollozos. Coaccionado por el Gobierno baazista, Mazen regresó a Siria en el año 2020. Fue entonces, tras su regreso, cuando se convirtió en un desaparecido más de los 130.000 que cifra la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas.

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