Ucrania cierra el grifo: el dramático final del penúltimo gasoducto ruso hacia Europa
A pesar de un diciembre cargado de tensiones, el gobierno de Volodímir Zelenski cumplió su promesa de cortar uno de los últimos vínculos económicos con Moscú en plena guerra
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Año nuevo, vida nueva. Este 1 de enero marca un punto de inflexión en las relaciones energéticas del continente con la expiración del contrato que durante décadas permitió el tránsito de gas natural ruso a través de Ucrania hacia Europa. A pesar de un diciembre cargado de tensiones, ni las amenazas rusas, ni las críticas de algunos Estados miembros de la UE, ni las súplicas de empresas energéticas lograron doblegar la determinación del gobierno de Volodímir Zelenski de cortar uno de los últimos vínculos económicos con Moscú en plena guerra.
El presidente ucraniano había dejado clara su posición: Ucrania no permitirá la extensión del tránsito de gas ruso mientras continúe la invasión, salvo bajo condiciones que el Kremlin considera inaceptables, como el pago diferido hasta el fin del conflicto. Se trata de una decisión dolorosa, dado que el tránsito de gas aportaba entre 800 y 1.000 millones de dólares anuales en tarifas para Kiev. Sin embargo, para el Ejecutivo ucraniano, permitir que Rusia continúe obteniendo beneficios millonarios utilizando su territorio supone una contradicción inadmisible en su esfuerzo por desvincularse completamente de Moscú.
El cierre del tránsito a través de Ucrania, compuesto por los gasoductos Brotherhood-Progress y Soyuz con una capacidad de 15.000 millones de metros cúbicos anuales (15 bcm), marca el fin de la penúltima ruta activa que conectaba Rusia con Europa para el suministro de gas. Dos días antes de la invasión rusa, Alemania suspendió la aprobación del Nord Stream 2, la controvertida tubería submarina que estaba lista para entrar en funcionamiento. Posteriormente, Moscú cerró el gasoducto Yamal en represalia por el apoyo polaco a Kiev y un atentado (probablemente consentido por el Gobierno ucraniano) dejó inoperativo el Nord Stream 1. La única vía restante es la del TurkStream, a través del mar Negro.
La negativa a renovar el contrato también ha supuesto un foco de tensión con varios integrantes de la UE. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, cuyo país es uno de los principales receptores de gas ruso a través de Ucrania, ha advertido en múltiples ocasiones que su Gobierno podría tomar represalias contra Kiev. Eslovaquia depende del hidrocarburo para cubrir dos tercios de sus necesidades energéticas y estima que alternativas a la ruta ucraniana podrían costar entre 200 y 500 millones de euros adicionales en tarifas de tránsito.
Fico, quien la semana pasada se reunió por sorpresa con el presidente ruso Vladímir Putin en Moscú, anunció que su gobierno está considerando cortar el suministro eléctrico hacia Ucrania, un país que ha visto su infraestructura energética devastada por los ataques rusos. Ante esta declaración, Volodímir Zelenski respondió con contundencia en la red social X: “Parece que Putin le dio a Fico la orden de abrir un segundo frente energético contra Ucrania, sacrificando los intereses del pueblo eslovaco”.
It appears that Putin gave Fico the order to open the second energy front against Ukraine at the expense of the Slovak people’s interests. Fico's threats to cut off Ukraine's emergency power supply this winter while Russia attacks our power plants and energy grid can only be…
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) December 28, 2024
Varias empresas energéticas de Europa Central —sobre todo de Eslovaquia, Hungría, Austria e Italia— también presionaron a Ucrania para preservar el tránsito de gas ruso. En una declaración conjunta a mediados de diciembre, las compañías advirtieron de que la interrupción del flujo de gas en pleno invierno tendría consecuencias económicas graves: “Si llega un frente frío, esta situación puede provocar escasez de gas y problemas con su suministro en toda Europa”.
Sin embargo, la Comisión Europea, que lleva preparándose para este corte de suministro desde que el gobierno ucraniano lo adelantó en julio de 2023, ha garantizado que los niveles de almacenamiento de gas son más que suficientes y que el impacto en los precios energéticos del fin del contrato será "negligible". En Bruselas también afirman que las importaciones de gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos y Qatar mitigarán cualquier impacto a largo plazo. “La Comisión no tiene ningún interés en que continúe el tránsito de gas ruso a través de Ucrania”, sentenció la institución en declaraciones a Bloomberg.
El gas ruso ha fluido por Ucrania de forma constante desde 1968, cuando las primeras moléculas del hidrocarburo siberiano llegaron a Austria. Fue el inicio de un modelo que permitió a Rusia consolidar su dominio en el mercado energético europeo, alcanzando en su auge más del 40% del suministro total de gas consumido por la Unión Europea. Sin embargo, la guerra en Ucrania transformó radicalmente este panorama. Las exportaciones rusas de gas cayeron de 150.000 millones de metros cúbicos (bcm) en 2021 a apenas 43 bcm en 2023. La estatal Gazprom, el mayor símbolo del poder energético de Moscú, sufrió en 2023 sus primeras pérdidas en casi un cuarto de siglo, con un saldo negativo de 7.000 millones de dólares.
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Para Rusia, la pérdida de acceso a los pocos clientes del mercado europeo que continuaban interesados en su gas por tubería consolida el declive de un modelo para el que todavía no cuenta con sustituto. Aunque Moscú ha intentado diversificar sus exportaciones hacia Asia, la falta de infraestructura suficiente de GNL y de gasoductos hacia China —con un Power of Siberia 2 permanentemente atascado— dificultan este cambio.
Año nuevo, vida nueva. Este 1 de enero marca un punto de inflexión en las relaciones energéticas del continente con la expiración del contrato que durante décadas permitió el tránsito de gas natural ruso a través de Ucrania hacia Europa. A pesar de un diciembre cargado de tensiones, ni las amenazas rusas, ni las críticas de algunos Estados miembros de la UE, ni las súplicas de empresas energéticas lograron doblegar la determinación del gobierno de Volodímir Zelenski de cortar uno de los últimos vínculos económicos con Moscú en plena guerra.