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Muere a los 100 años Jimmy Carter: el expresidente más fructífero de EEUU
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Hay vida después de la Casa Blanca

Muere a los 100 años Jimmy Carter: el expresidente más fructífero de EEUU

Carter fue un presidente que vivió un momento bisagra, antes de que Ronald Reagan llegara con una gran sonrisa y con la idea de que "vuelve a ser por la mañana en América". Un presidente "imperfecto", pero un expresidente "extraordinario"

Foto: El expresidente de EEUU Jimmy Carter, abrazando a su homólogo israelí Menachen Begin en 1978. (EFE/Yaacov Saar)
El expresidente de EEUU Jimmy Carter, abrazando a su homólogo israelí Menachen Begin en 1978. (EFE/Yaacov Saar)

Quizás una de las frases que mejor definen la presidencia de un mandato de Jimmy Carter, fallecido este domingo a los 100 años de edad en su casa de Plains (Georgia), es la que le dedicó el periodista George Packer en Our Man: Richard Holbrooke and the End of the American Century: "Carter prometió decirle la verdad al pueblo estadounidense", escribe Packer. "Nadie volvería a cometer ese error".

La Administración Carter, que duró de 1977 a 1981, estuvo jalonada por todo tipo de dificultades que él afrontó con una humildad rara en política y poco apreciada en su momento. Cuando Estados Unidos se asomaba a la escasez energética, como consecuencia de los coletazos de la crisis del petróleo de 1973, el presidente Carter recomendó a sus conciudadanos que fueran más responsables.

"Todos nosotros debemos aprender a malgastar menos energía", dijo Carter, ataviado con un jersey tipo cárdigan de color beige y sentado junto a una chimenea. "Si, por ejemplo, mantenemos nuestros termostatos simplemente a 65 grados [18 grados centígrados] durante el día y a 55 grados [13 grados centígrados] por la noche, podríamos ahorrarnos la mitad de la actual escasez de gas natural".

El discurso, que ha pasado a la historia como "el discurso del jersey", no sentó bien a muchos estadounidenses, que no estaban dispuestos a recortar su ambicioso, colorido y consumista estilo de vida. En la parte de atrás de muchos vehículos empezaron a aparecer pegatinas que decían: "Carter, kiss my gas". Una frase que, para un oído anglófono, no suena tan inocua.

Foto: Henry Kissinger en 2005. (Getty/AFP/DDP/Thomas Lohnes)

Con una inflación superior al 10% y desafíos como el de la crisis de los rehenes de Irán en 1979, la presidencia de Carter se recuerda como una época pesimista y crepuscular: como si un amable tío segundo diera consejos no solicitados a los bravos estadounidenses, y utilizara ideas tan poco estimulantes como "malestar". "La erosión de nuestra confianza en el futuro amenaza con destruir el tejido social y político de EEUU", dijo Carter en su famoso discurso de 1979.

Una pálida presidencia...

Con el beneficio de la perspectiva, se suele describir a Carter como el último espasmo del gran ciclo demócrata de Estados Unidos, que empezó con Franklin D. Roosevelt, fue renovado con John F. Kennedy y tuvo sus últimos destellos en la productiva presidencia de Lyndon B. Johnson. Cuando llegó Carter, que se presentó como un renovador moral de la política tras el oprobio del caso Watergate y la dimisión de Richard Nixon, y la deshonrosa salida de Vietnam, el Zeitgeist había pasado. En Carter, en palabras de Mark Lilla citando a Karl Marx, la historia que se repite como "farsa": el pálido reflejo de lo que era un presidente demócrata.

Aunque Carter también tuvo éxitos. Los Acuerdos de Camp David, que sellaron la paz entre Israel y Egipto en 1978, han demostrado ser efectivos y duraderos, como también el talante que demostró con la Unión Soviética. Uno de los acuerdos de reducción del arsenal nuclear más completos, el SALT II, se debe a Jimmy Carter. Y la desregulación que relanzaría la economía en los años siguientes, que se suele atribuir a Ronald Reagan, realmente empezó con el líder demócrata.

... y una fructífera expresidencia

Pero el verdadero legado del 39 presidente de EEUU se forjó después de dejar el cargo. Ningún otro exjefe de Estado norteamericano ha tenido una vida pública tan activa, diversa y, sobre todo, fructífera, como Carter. El famoso Carter Center, que sigue teniendo su sede en Atlanta, es responsable de haber reducido en un 99,99% la enfermedad de la lombriz de Guinea, presente en el agua contaminada por copépodos (un tipo de crustáceo microscópico) de muchos países pobres.

A lo largo de las últimas décadas, el Centro Carter también ha luchado a gran escala contra otras enfermedades insidiosas de las regiones pobres de África y América Latina, como la tracoma o la enfermedad parasitaria crónica llamada oncocercosis. Contra esta última, conocida como "ceguera del río", la gente de Carter ha distribuido cerca de 500 millones de tratamientos en varios países.

El Centro Carter ha establecido infraestructuras médicas en miles de pueblos, desplegado observadores electorales en una cuarentena de países y defendido los derechos de las mujeres y de la niñez en todo el mundo. Como consecuencia, Carter recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002.

Foto: El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, durante la inauguración de una placa conmemorativa en Adís Abeba. (Getty)

Más allá de su presidencia y de su activismo humanitario, este antiguo ingeniero, miembro de la Marina de EEUU, granjero de cacahuetes y gobernador de Georgia que fue Jimmy Carter, deja una vida llena de hitos. Y es que Carter fue muy duradero: por su edad, 100 años, la más alta de los expresidentes; por haber vencido un complicado cáncer diagnosticado en 2015, por haber estado casi dos años, de los 98 a los 100, sin recibir tratamientos médicos, y por su matrimonio. Carter estuvo 77 años casado con su mujer, Rosalynn, que falleció a finales de 2023.

"Aquellos de nosotros que hemos tenido la fortuna de haber servido como presidentes entendemos que este es un club muy exclusivo, y solo nosotros podemos sentirnos identificados con la enorme responsabilidad de liderar la Nación Más Grande de la Historia", escribió el presidente electo de EEUU, Donald Trump, en Truth Social. "Los desafíos que afrontó Jimmy como presidente llegaron en un momento bisagra para nuestro país y él hizo todo lo que pudo para mejorar la vida de los todos los americanos. Por ello, tenemos con él una deuda de gratitud".

Así se ha ido James Earl Carter. Un presidente que, como dice Trump, vivió un momento bisagra, antes de que Ronald Reagan llegara con una gran sonrisa y con la idea de que "vuelve a ser por la mañana en América". Jimmy Carter perdió las elecciones, pero le quedaban por delante muchas cosas por hacer. Como se lee en el obituario de USA Today, Carter fue un presidente "imperfecto", pero un expresidente "extraordinario".

Quizás una de las frases que mejor definen la presidencia de un mandato de Jimmy Carter, fallecido este domingo a los 100 años de edad en su casa de Plains (Georgia), es la que le dedicó el periodista George Packer en Our Man: Richard Holbrooke and the End of the American Century: "Carter prometió decirle la verdad al pueblo estadounidense", escribe Packer. "Nadie volvería a cometer ese error".

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