Descifrando a Taleb: lo más inquietante del perfil del asesino del mercadillo de Navidad es que nos va a dar igual
Alemania intenta descifrar los motivos del sospechoso, un mejunje ideológico que lo convierte en inquietante, pero que la política alemana ha convertido en un espejo ideológico
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Era julio de 2019 la primera vez que hablamos con Taleb Al Abdulmohsen. Era una de nuestras fuentes para un reportaje. Cinco años después, su nombre abrió los periódicos en Alemania: había sido identificado como el hombre que, montado en todoterreno de alquiler, mató a cinco personas e hirió a más de 200 en un mercadillo navideño en Magdeburgo, Alemania.
En 2019, Taleb Al Abdulmohsen era un activista saudí residente en Alemania que había organizado una red de abogados probono para ayudar a las cientos de mujeres saudíes que intentaban escapar del sistema walayah, que las convierte en eternas niñas dependientes de un padre, un hermano, un marido, un hijo.
Al Abdulmohsen había creado también un foro online, al que había que acceder con VPN para evitar ser localizado fácilmente, en el que se volcaban consejos para estas mujeres que, por no poder, ni siquiera pueden salir del país sin permiso del "guardián". "Si estás en el aeropuerto y necesitas quedarte en el país y hacer tiempo, puedes ir al baño y beber agua con sal. Eso te ayudará a fingir un ataque de pánico a volar".
En la conversación del que salió parte del reportaje, Al Abdulmohsen habló de cómo Arabia Saudí utilizaba métodos de seguimiento cada vez más sofisticados, como del código IMEI del teléfono, al tiempo que establecía campañas de acoso patriótico, que también aplicaban contra activistas exiliados del país, como se consideraba a sí mismo.
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Debió ser aquella época cuando comenzó con uno de los rasgos que destacan todos los perfiles que se han escrito sobre el perpetrador el atentado de esta Navidad: la paranoia. "Desde 2019 empezó a tener mucha paranoia. Piensa que todo el mundo está contra él", cuenta una saudí que lo conocía.
Abdulmohsen era notorio en la comunidad saudí en el extranjero. "Mandaba muchos mensajes, otras personas me mandaban mensajes sobre él. Cuando llegó MBS [Mohamed bin Salman, príncipe saudí que controla el gobierno del país], dijo que habría esperanza con él. Pero en 2019 empezó a decir que las autoridades alemanas solo protegen a los refugiados islámicos, musulmanes, que no hacen nada por los refugiados saudíes, ateístas, que salieron del islam", continúa la mujer a El Confidencial.
Cinco años de paranoia creciente que culminan en los mensajes de este último invierno: "Los mensajes que me enviaban sobre él hace unos días eran claros. Quería atacar a Alemania. Me sorprende mucho que Alemania no hiciera nada, que no lo pusiera en su radar".
Un perfil 'atípico'
Berlín está intentando descifrar más detalles sobre el perfil del hombre cuyo ataque ha conmocionado a la sociedad alemana días antes de Navidad. El viernes 20 de diciembre ha traído los peores recuerdos de otro diciembre, el de 2016, cuando un tunecino simpatizante del Estado Islámico arrolló un mercadillo navideño en Berlín y mató a 13 personas.
En este caso, las primeras pistas sobre Al Abdulmohsen apuntan a que era un crítico del Gobierno de Alemania, así como del islam radical. También era muy activo en redes sociales y sus publicaciones cargadas de extremismo político provocaron que Arabía Saudí emitiera una alerta a las autoridades en Berlín. En agosto, publicó: "¿Hay una manera de obtener justicia en Alemania sin hacer estallar una embajada alemana o masacrar indiscriminadamente a ciudadanos alemanes?... No la he encontrado".
Las autoridades, sin embargo, no encontraron tampoco los indicios suficientes para hacer un seguimiento en profundidad del perfil del médico saudí. Ahora, han prometido una investigación exhaustiva para intentar esclarecer los motivos que le llevaron a arrollar a cientos de personas en el mercadillo de la ciudad de Magdeburgo. Por ahora, han difundido información como que Taleb Al Abdulmohsen apoya al partido Alternativa para Alemania (AfD), pero aclaró que su perfil no encajaba en la descripción de un extremista de extrema derecha, y lo describió como "atípico".
La complejidad de este caso ha amenazado con influir en la política alemana, en un momento precisamente inestable tras la caída del Gobierno tripartito de Olaf Scholz y el adelanto electoral previsto para el 23 de febrero. Y, también, ha desvelado una verdad inquietante: la primera reacción, tanto por la izquierda como por la derecha, ha sido de intentar utilizar el "atípico" perfil del terrorista para su propia narrativa. Las pruebas, la realidad, cada vez darán más igual porque, al final, Abdulmohsen es una especie de espejo ideológico donde cada uno cogerá un elemento para justificar su narrativa.
El partido de extrema derecha AfD actuó con rapidez y, después de condenar el ataque, aprovecharon el trauma alemán para insistir en sus políticas migratorias. "La AfD habría deportado a este hombre hace tiempo", publicó en las redes sociales Sven Tritschler, vicepresidente de la formación en el Parlamento del estado de Renania del Norte-Westfalia.
La diputada del partido AfD en el parlamento estatal de Baja Sajonia Vanessa Behrendt respondió en esa publicación que los socialdemócratas de centroizquierda (SPD), los demócratas cristianos de centroderecha (CDU) y los Verdes eran culpables del atentado. "Ellos son responsables de esto. Ellos solos".
Algunas informaciones difundidas por figuras de la formación de ultraderecha apuntan a teorías sin confirmar, como un presunto sentimiento anticristiano por parte del sospechoso, lo que explicaría, según ellos, que atacara un mercadillo navideño.
Un día después del ataque en Magdeburg, unos 2.000 activistas de extrema derecha se manifestaron en la ciudad alemana para pedir la "liberación del pueblo alemán". "¡Deportad! ¡Deportad!", gritaron. Alternativa para Alemania convocó otra protesta para este lunes, en la que se espera la participación de Alice Weidel, la líder de la formación.
La posición de Al Abdulmohsen contra el islam ha roto los esquemas forjados después de ataques como el de 2016 en Berlín, pero algunos miembros de AfD han intentado cuadrar su lenguaje antimigratorio y antiislámico con sus políticas. "No importa si los extranjeros justifican su odio hacia nosotros, los alemanes, con el Islam o con otra cosa", dijo un político del partido de extrema derecha citado por The Economist.
Todo pasa por la ideología
Para la izquierda alemana, el foco ha estado en la postura presuntamente "islamófoba" de Taleb Al Abdulmohsen. El sospechoso se declaró como "el crítico más agresivo del Islam de la historia" en una entrevista con el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung concedida en 2019. En otra ocasión, dijo que la excanciller Angela Merkel merecía ser ejecutada por su "proyecto secreto criminal para islamizar Europa".
La ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, lo ha descrito como "obviamente islamófobo" en sus declaraciones tras el atentado en Magdeburgo. Esta característica de Al Abdulmohsen choca con el clásico discurso de políticos de extrema derecha como los de AfD. Pero también ha sido un elemento utilizado por otras formaciones, que han abadonado su retórica anteriormente utilizada y basada en el mensaje de que "no hay que buscar ideología", tal y como han hecho en los otros ataques perpetrados por personas de religión musulmana y extremista.
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No han dudado, por otro lado, de sacar provecho de la simpatía del presunto atacante de Magdeburgo con Alternativa para Alemania. Además del partido de ultraderecha, Al Abdulmohsen también mostró su admiración por líderes como el holandés Geert Wilders. Tahir Abbas, profesor asociado de islamofobia y violencia política en la Universidad de Leiden en los Países Bajos, dijo que el sospechoso parece haberse convertido en "una especie de fanático de los ideales etnonacionalistas populistas". "Lo que creo que esto hace es alinear las motivaciones de este perpetrador de manera más amplia con las prácticas e ideologías de extrema derecha", señaló a Al Jazeera.
Algunos políticos han convertido esta información en una herramienta para alertar sobre los peligros del extremismo, en algunos casos con alusiones claras a Alternativa para Alemania. "A la extrema derecha se le permite movilizarse casi sin obstáculos", apuntó Jorinde Schulz, activista y miembro del partido Die Linke. "Para ellos, este ataque es un trampolín para ganar más apoyo, lo que es aún más inquietante porque son ellos los que van a atacar a la gente de color en la calle e intimidar a los activistas políticos".
Mientras Olaf Scholz ha hecho un llamado a la unidad en el país, han aparecido informaciones falsas sobre el presunto atacante de Magdeburgo que sirven como espejo ideológico para los simpatizantes tanto de la izquierda como de la derecha alemana. Para estos últimos, se ha convertido también en un arma política para atacar al Gobierno. "Es de esperar que los partidos, sobre todo los de derecha, intenten atacar al ministro del Interior y al SPD en el tema de la seguridad", afirma Benjamin Höhne, politólogo de la Universidad Técnica de Chemnitz.
Y coincidió en que la propagación de los discursos como el de un presunto anticristiano de Al Abdulmohsen están protagonizados, en su mayoría, por la extrema derecha alemana. "Una política migratoria abierta que intenta reconocer los derechos humanos en todo el mundo (en referencia a la aplicada por el Gobierno) ya ha caído en desgracia. Sucesos catastróficos como el de Magdeburgo probablemente acentuarán esta tendencia".
Era julio de 2019 la primera vez que hablamos con Taleb Al Abdulmohsen. Era una de nuestras fuentes para un reportaje. Cinco años después, su nombre abrió los periódicos en Alemania: había sido identificado como el hombre que, montado en todoterreno de alquiler, mató a cinco personas e hirió a más de 200 en un mercadillo navideño en Magdeburgo, Alemania.