Es noticia
"Es un terreno fértil": ¿por qué hay israelíes que espían para Irán?
  1. Mundo
Vendidos al enemigo

"Es un terreno fértil": ¿por qué hay israelíes que espían para Irán?

Los casos de israelíes espiando para el archienemigo Irán han sacudido al país y, según los expertos, revelan la creciende fractura social bajo la administración de Netanyahu

Foto: Un hombre porta una bandera israelí cerca de varios murales en homenage a los secuestrados por Hamás, en Tel Aviv. (Reuters/Thomas Peter)
Un hombre porta una bandera israelí cerca de varios murales en homenage a los secuestrados por Hamás, en Tel Aviv. (Reuters/Thomas Peter)

El corresponsal de la región norte del país para la emisora pública Kan subía las escaleras de un modesto edificio en una localidad cercana a Haifa. Mientras avanzaba, explicaba a la cámara que lo seguía que iba a la casa de la madre de uno de los israelíes arrestados esa misma mañana por espiar para Irán. Tras llamar a la puerta, el periodista se identificó, pero la mujer se negó a responder a las preguntas que hacía a la puerta semicerrada. Cuando la situación se volvió insosteniblemente incómoda, el corresponsal devolvió la conexión al estudio, donde la presentadora y varios comentaristas, con gestos y palabras, calificaron el caso como una "vergüenza nacional".

Israelíes espiando para el archienemigo Irán es más de lo que se puede tolerar en esta guerra intolerable. Esa en la que en cuanto te descuidas matan sin saberlo al líder de Hamás, Hahya Sinwar; en la que Irán lanza cientos de misiles a Israel; en la que mueren de golpe familias enteras de palestinos en Gaza; en la que soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tirotean por error a rehenes israelíes descamisados que ondean banderas blancas y sin camisa y en la que decenas de secuestrados arrancados de sus casas están siendo torturados en los subterráneos de Gaza en estos momentos.

"Incluso a la gente a la que no nos gustan las dicotomías a las que nos tiene sometidos este gobierno radical y esta guerra, que solo fomenta los extremismos como 'ellos o nosotros' o 'unidos venceremos', nos resulta chocante que un judío israelí lleve a cabo misiones para Irán", dice Kojava Ander, arquitecta residente en Tel Aviv.

Los anuncios de la policía y del servicio de seguridad interior Shin Bet en los últimos seis meses, que revelaron las identidades y actividades de veinte ciudadanos israelíes pertenecientes a cinco supuestas células, no parecen ser el cierre de las investigaciones. Al contrario, se espera descubrir más casos. Todos los arrestados tienen en común haber sido reclutados dentro de Israel y haber transmitido información a Irán con el objetivo de que el régimen de la República Islámica orquestara operaciones de diversa envergadura dentro del país.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe en la Casa Blanca al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. (Reuters/Archivo/Elizabeth Frantz)

Como los arrestos fueron realizados en tiempo de guerra, las acusaciones son muy graves. Los investigadores asumen que los sospechosos representan dos anillos separados, reclutados y controlados por personal del ministerio de la inteligencia iraní.

El primer anillo lo forman judíos israelíes que emigraron desde Azerbaiyán hace una década y que espiaron con aparente calma durante dos años. Entre ellos se encuentra un soldado israelí que desertó de su unidad. Sus misiones incluían recopilar información de inteligencia sobre bases aéreas militares y otras instalaciones de las FDI, así como sobre la sede del Mossad, el servicio de inteligencia exterior, y la unidad de inteligencia militar 8.200, ambas ubicadas al norte de Tel Aviv.

Según se desprendió de los interrogatorios, los sospechosos fueron aparentemente reclutados por colaboradores iraníes de Azerbaiyán y Turquía y se les pagó en moneda digital rusa. Por ahora, el Shin Bet no ha encontrado pruebas de que las agencias de inteligencia rusas, azeríes y turcas hayan colaborado con Irán. Algunos de los lugares que los sospechosos filmaron e investigaron fueron objeto de ataques por parte de Hezbolá y Teherán.

El otro anillo incluía a seis palestinos residentes de Israel y un palestino no residente, todos de una localidad cercana a Jerusalén, que tenían misiones similares a las del grupo anterior, más la de localizar e informar sobre un científico nuclear israelí.

Los motivos

Ely Karmon, investigador principal del Instituto Internacional para el contraterrorismo ICT Reichman, señala que los que traicionan a su país suelen hacerlo por causas como la avaricia, la venganza, porque están alienados socialmente o porque buscan aventura.

Foto: Un anuncio antiisraelí muestra al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y a su exministro de Defensa Yoav Gallant tras las rejas, en Teherán (Irán) (EFE/Abedin Taherkenareh)

"Durante la Guerra Fría, el espionaje británico, estadounidense, soviético, era básicamente ideológico, pero ahora está más basado en asuntos económicos y psicológicos", indica Karmon. El investigador concede que puede haber una motivación ideológica más activa en los sospechosos palestinos, pero que "la motivación principal de los judíos era la económica".También indica que estos casos no son incidentes aislados y que deberían ser observados desde una perspectiva política y social más amplia.

Estas actitudes parecen reflejar una erosión moral y una fractura en la solidaridad israelí, considerada durante mucho tiempo un pilar fundamental del país. Según numerosos analistas, esta cohesión comenzó a resquebrajarse con la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamin Netanyahu un año antes de la masacre del 7 de octubre.

En aquel entonces, cientos de miles de personas salieron a las calles para oponerse a los cambios que el Gobierno buscaba implementar, destinados a reducir las prerrogativas del poder judicial. Este malestar social marcó una fractura que Netanyahu aprovechó para deslegitimar a la disidencia, presentándola como un movimiento de anarquistas y enemigos del país. Al mismo tiempo, los verdaderos enemigos declarados de Israel —Hamás, Hezbolá e Irán— identificaron esta división interna y la utilizaron en su propio beneficio.

placeholder Protestas contra la reforma judicial del Gobierno de Netanyahu. (EFE)
Protestas contra la reforma judicial del Gobierno de Netanyahu. (EFE)

Otros sostienen que la desunión social en Israel tiene raíces más profundas, vinculadas a décadas de ocupación militar y al impacto que esta ha tenido en los valores tanto de los ocupados como de los ocupantes. También señalan la persistente desigualdad social, no solo con los palestinos residentes en Israel, sino también con comunidades como los etíopes, drusos y otros grupos, que estuvieron notablemente ausentes de las manifestaciones contra lo que en Israel se conoce como el "golpe de Estado" del Gobierno de Netanyahu. Esta ausencia podría explicarse por su percepción de no ser plenamente reconocidos como parte del Estado, incluso en tiempos más favorables.

De todas las edades y procedencias

Yossi Melman, veterano periodista israelí especializado en temas de seguridad nacional e inteligencia, y co-autor de Cada espía es un príncipe: La historia completa de la comunidad de inteligencia de Israel (1990), dice que minimizar la gravedad de los casos y presentar a los sospechosos como gente de los márgenes de la sociedad sería un autoengaño. "La dolorosa realidad que no puede ser ignorada es que más y más judíos israelíes están dispuestos a espiar para Irán y llevar a cabo en su nombre asesinatos en represalia", escribió en Haaretz.

Los arrestados son hombres y mujeres, jóvenes y mayores, de todo el país. Representan a la gran variedad humana israelí: un estudiante de psicología del centro del país, un empresario de Ashkelon, un estudiante ultraortodoxo de una yeshiva (centro de estudio religioso) de Beit Shemesh, una pareja de inmigrantes de Bielorrusia y Ucrania…

Foto: Vista de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén. (EFE/Manuel de Almeida)

Se sabe que en los últimos dos años cientos de israelíes han sido interpelados por reclutadores de la inteligencia iraní, principalmente a través de medios sociales. Algunos ignoraron las solicitudes, otros las comunicaron a las autoridades y otros aceptaron un contacto inicial. Muchos de ellos fueron descubiertos por el Shin Bet y en los interrogatorios la mayoría dijo que no había entendido la gravedad de sus acciones.

"Esta gente no es el tipo de persona que piensa hasta el final las cosas, también suelen ser de las que creen que la suerte les acompaña", indica Karmon, "y allí precisamente reside la fortaleza de Irán, en identificar a este tipo de personas”. "No olvidemos que la inteligencia iraní fue adiestrada por el Mossad en los años 70 (...) Aprendieron mucho de Israel. A lo mejor aún están ahí aquellos mismos agentes indicándoles qué hacer", agrega el experto.

Karmon especula que, con el cambio de régimen en Irán, es posible que eliminaran a los generales y coroneles iraníes que trabajaron con Israel, pero que los cargos medios se quedaran.

Otros espías israelíes

A lo largo de los 76 años de existencia del país ha habido algunos casos de espías israelíes trabajando para un gobierno exterior. En todos los casos, según Melman, tenían motivaciones ideológicas, puesto que creían en el comunismo y espiaban para la Unión Soviética o sus satélites.

En las contadas ocasiones en que israelíes han espiado para los archienemigos de su país —aquellos que insisten en su objetivo de destruir Israel, como Hamás, Hezbolá e Irán—, los casos han conmocionado profundamente a la sociedad israelí. Todavía cuesta comprender cómo pudieron hacerlo, más allá de por dinero, claro, o por algún desajuste personal vinculado a su manera de pensar o actuar. Dos nombres destacan: el exministro y pediatra Gonen Segev, que aún cumple condena en prisión, y el empresario Nahum Manbar, quien llegó a vender armas, incluidas químicas, a Irán.

Foto: El exministro de Defensa de Israel Yoav Gallant. (Reuters/Nir Elias)

Melman señala que una situación como la actual, con políticas bélicas y beligerantes a las que no se les ve el final y la economía deteriorada, "es terreno fértil para el cultivo de espías". Y sugiere al gobierno Netanyahu un cambio de estrategia para sanar tanta ruptura y desconfianza.

El Código Penal de Israel divide los cargos de espionaje en cinco delitos diferentes, cada uno con características, gravedad y penas distintas. Los delitos graves de espionaje y transmisión de información al enemigo pueden conllevar penas de prisión que van desde diez años hasta la cadena perpetua.

Sin embargo, en línea con los tiempos que corren en Israel, hay políticos que piden endurecer hasta el extremo las medidas punitivas contra el espionaje. "El fenómeno de los traidores, que dañan la seguridad de Israel para obtener ganancias económicas mientras nosotros luchamos por nuestro futuro, requiere el uso de las medidas más duras, incluida una ley de pena de muerte", escribió Miki Zohar, del Likud, ministro de Cultura y Deportes, en su cuenta X. Por su parte, el ministro del Interior, Moshe Arbel, del partido ultraortodoxo Shas, ordenó al comité asesor que considerara la revocación de la ciudadanía de los israelíes sospechosos de espiar para Irán. "Así es como debemos actuar y, si Dios quiere, así es como procederemos", sentenció.

El corresponsal de la región norte del país para la emisora pública Kan subía las escaleras de un modesto edificio en una localidad cercana a Haifa. Mientras avanzaba, explicaba a la cámara que lo seguía que iba a la casa de la madre de uno de los israelíes arrestados esa misma mañana por espiar para Irán. Tras llamar a la puerta, el periodista se identificó, pero la mujer se negó a responder a las preguntas que hacía a la puerta semicerrada. Cuando la situación se volvió insosteniblemente incómoda, el corresponsal devolvió la conexión al estudio, donde la presentadora y varios comentaristas, con gestos y palabras, calificaron el caso como una "vergüenza nacional".

Israel
El redactor recomienda