Es noticia
Elecciones en Alemania, moción en Francia... ¿Por qué parece que los líderes europeos duran cada vez menos?
  1. Mundo
Política efímera

Elecciones en Alemania, moción en Francia... ¿Por qué parece que los líderes europeos duran cada vez menos?

Las causas coyunturales de cada país explican en gran medida la caída de estas figuras, pero también se atisban elementos coincidentes en el contexto en el que se han ido produciendo

Foto: La ex primera ministra británica, Liz Truss. (Europa Press/Jacob King/PA Wire/DPA)
La ex primera ministra británica, Liz Truss. (Europa Press/Jacob King/PA Wire/DPA)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Este mes, en Francia se cumplió un nuevo récord. Michel Barnier se convirtió en el primer ministro más breve de la historia de la V República. Tres meses duró el excomisario europeo hasta que la izquierda y la ultraderecha lo desalojaron del Palacio de Matignon mediante una moción de censura. Un hito que recuerda al registrado no hace mucho al otro lado del Canal de la Mancha, cuando la ex primera ministra británica Liz Truss sobrevivió en el cargo apenas 45 días y tardó en dimitir menos que lo que tarda en secarse una lechuga. Este lunes se ha sellado el final del gobierno alemán, con el canciller Olaf Scholz perdiendo la moción de confianza del Parlamento. También trae a la memoria la caída de los efímeros gobiernos italianos, cuya última víctima fue Mario Draghi, aunque por ahora parece que Giorgia Meloni está consiguiendo resistir.

Aunque las causas coyunturales de cada país explican mejor la temprana salida de estos líderes, las comparaciones son inevitables. Irónicamente, el mismo Emmanuel Macron no pudo resistirse el pasado verano, cuando advirtió que un Gobierno liderado por Marine Le Pen duraría lo mismo que el de Liz Truss en Reino Unido.

Afirmar que estos “liderazgos efímeros” son una tendencia es “un poco arriesgado” porque la “cuestión interna” de cada país explica muy bien la salida de estas figuras, advierte Héctor Sánchez Margalef, investigador del CIDOB, en conversación con El Confidencial. Al fin y al cabo, Barnier era el primer líder de gobierno no respaldado por una mayoría parlamentaria en Francia; Draghi era una solución tecnocrática en Italia, pese a que no contaba con el apoyo de las formaciones de Salvini, Meloni o Cinco Estrellas; y Liz Truss cayó “por su propio peso” al plantear “ideas totalmente contrarias a lo que demandaba el contexto”, recuerda. Por su parte, Scholz no ha durado una legislatura completa. El sucesor de Angela Merkel ha tenido que forzar elecciones anticipadas después de que se haya derrumbado su coalición de gobierno.

Sin embargo, “hay ciertas razones estructurales” que explican que estas dinámicas se estén repitiendo en distintos países, añade Sánchez Margalef. “Vivimos cada vez más rápido, hay más control sobre los líderes políticos de lo que había en el pasado con las redes sociales y los medios digitales, y hay un parte del escrutinio que se centra mucho en el individuo y no tanto sobre la estructura, lo que lleva a que los partidos se debiliten frente a los liderazgos y, cuando cae el líder, están sin escudo”, enumera el investigador. También apunta a la nostalgia del pasado como un factor que pesa cada vez más. “En ese pasado teóricamente ideal donde vivíamos mejor, los liderazgos eran mejores y, por lo tanto, hay cierta comparación entre lo de ahora y lo de antes que nos lleva a pensar que lo de ahora es peor y que hay que pasar página más rápido, porque lo de ahora no nos sirve”, explica.

Foto: El primer ministro francés, Michel Barnier, abandona la tribuna tras pronunciar un discurso durante la moción de censura contra su Gobierno. (EFE/Yoan Valat)

Asimismo, se aprecia como tendencia general en Europa que “cada vez hay mayor inestabilidad política”, coincide en señalar por su parte Marta Rebolledo, experta en comunicación política y vicedecana en la Universidad Americana de Dubai. “Y cuando no tienes estabilidad, no puedes construir nada. Como todo en la vida. Si quieres construir una familia, necesitas seguridad. Si quieres construir un negocio, necesitas estabilidad”. A esto se añade “la falta de liderazgos fuertes”, indica. “Los políticos en general ejercen la política con una visión muy cortoplacista, centrados en agarrarse al poder y no tanto en liderar el país, en construir o en servir”. De esta manera, se da “el caldo de cultivo” para que aparezca una “política efímera”, explica a este periódico. “Vemos que todo se diluye, muchos líderes en horas bajas, gente que aparece en política y que desaparece rápidamente”.

Además, se está produciendo un proceso de “emotivización de la política”, puesto que los que la ejercen “se centran mucho en la forma, pero no tanto en el fondo”, de tal manera que “todo se basa en palabras y no en las acciones” y, a la larga, genera “un descrédito y una falta de confianza” en la sociedad que fomenta la política efímera, destaca Rebolledo. “Una cosa es motivar al ciudadano a ir a votar, pero no puedes basar toda tu política en el uso de las emociones, del miedo, en la palabrería”.

Foto: Liz Truss, de salida. (Reuters/Henry Nicholls)

Otro elemento en común de estos líderes caídos es que no han salido directamente de las urnas. Barnier fue la elección de Macron para liderar el gobierno, pese a que las elecciones adelantadas a la Asamblea Nacional arrojaron como ganadora a la coalición de la izquierda tras competir en segunda vuelta con la formación ultraderechista de Marine Le Pen. Liz Truss se convirtió en primera ministra tras ganar las primarias del Partido Conservador después de la dimisión de Boris Johnson, pero sin presentarse a unas elecciones. Y Mario Draghi formó gobierno en Italia después de que el presidente de la república, Sergio Mattarella, se lo encargara para evitar un adelanto electoral tras romperse la coalición que lideraba Giuseppe Conte. El alemán Scholz, aunque ganó las elecciones, ha tenido que contar con otros dos partidos para formar gobierno.

“Los pactos los hacen los políticos, pero igual la gente no está votando esto”, apunta Rebolledo. Sin embargo, “con el fin de salir adelante o quedarse en el poder, recurren a las artimañas”, apunta la investigadora, que también pone como ejemplo a Kamala Harris en Estados Unidos, donde la candidata demócrata no se sometió a un proceso de primarias como es habitual en el Partido Demócrata, sino que “simplemente fue puesta ahí” y, al final, estas maniobras “no ayudan”. De esta manera, “luego no nos puede sorprender que los partidos extremistas estén ganando cada vez más adeptos, ya que a la larga la gente empieza a estar cansada ya de lo mismo”, agrega.

¿Volverán los liderazgos más duraderos?

Complicado es también valorar si el aumento de los liderazgos efímeros es un fenómeno específicamente europeo, aunque sí es algo exclusivamente ligado a las democracias, porque allí donde hay autocracias, el líder siempre perdura, recuerda Héctor Sánchez Margalef, del CIDOB. También señala que, en contra de la tendencia, el contexto de Europa demanda líderes “fiables” que ofrezcan “estabilidad”, aunque duda que se den las condiciones para ello: “Estamos increíblemente polarizados”.

Foto: Mario Draghi abandona el Palacio del Quirinal tras reunirse con el presidente, Sergio Matarella. (EFE/EPA/Massimo Percossi)

Sin embargo, de la necesidad han salido algunas figuras que resisten, como la de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha conseguido renovar en su cargo por un segundo mandato. “Tienes a una presidenta de la Comisión que ha estado cinco años, que se ha enfrentado a unas crisis increíbles que no habíamos vivido nunca en Europa, o que hacía mucho que no vivíamos en el caso de las guerras, y que te puede gustar más o te puede gustar menos, pero sabes a qué atenerte”, apunta el investigador.

Precisamente “líderes consistentes” es lo que Europa necesita, defiende Marta Rebolledo, que también ve “muy difícil” que sigan apareciendo con la misma frecuencia estas figuras, aunque cree que “todavía hay margen”. “Ahora que es cuando tenemos muchísimos retos, es cuando es preciso tener líderes que sean consistentes y responsables, no gente que pase por ahí o que simplemente piensen en su escaño, sino que piensen a largo plazo”.

Pedro Sánchez, la 'rara avis'

En todo este ecosistema europeo, una de las figuras que más sorprende por su resistencia es la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. “Es la rara avis de la política ahora mismo”, destaca la experta, ya que cumple gran parte las características de esta nueva política efímera, pero aguanta en el poder. El socialista acude al uso de las emociones, como azuzar el miedo a la ultraderecha, cambia de postura según las circunstancias del momento y resiste en el poder pese a no haber ganado las elecciones mediante maniobras y pactos políticos. “Consigue ganarse a los socios, pero creo que a la larga eso va a dejar un campo de juego mucho más embarrado para el que llegue después”, prevé Rebolledo.

Son precisamente los socios los que Sánchez Margalef considera clave para explicar la supervivencia de Sánchez frente a otros contextos europeos. “Hay una parte de habilidad, sin duda”, apunta el investigador, pero también en España “el Gobierno depende de los nacionalismos periféricos que ven en Vox un anatema y que, por lo tanto, apoyan cualquier cosa antes de que Vox llegue al Gobierno”.

Foto: La UE cierra el acuerdo comercial de la UE con Mercosur.

Asimismo, destaca que, de puertas para fuera, se percibe que Sánchez ha traído calma interna tras la convulsión que experimentó España con el intento catalán de secesión, lo que le permite liderar en Europa también. “Es lo contrario que le ha pasado a Macron, que era un líder por vocación propia europeo, pero la situación interna se le ha ido complicando tanto que ahora ya nadie lo tiene demasiado en cuenta”, concluye Sánchez Margalef.

Este mes, en Francia se cumplió un nuevo récord. Michel Barnier se convirtió en el primer ministro más breve de la historia de la V República. Tres meses duró el excomisario europeo hasta que la izquierda y la ultraderecha lo desalojaron del Palacio de Matignon mediante una moción de censura. Un hito que recuerda al registrado no hace mucho al otro lado del Canal de la Mancha, cuando la ex primera ministra británica Liz Truss sobrevivió en el cargo apenas 45 días y tardó en dimitir menos que lo que tarda en secarse una lechuga. Este lunes se ha sellado el final del gobierno alemán, con el canciller Olaf Scholz perdiendo la moción de confianza del Parlamento. También trae a la memoria la caída de los efímeros gobiernos italianos, cuya última víctima fue Mario Draghi, aunque por ahora parece que Giorgia Meloni está consiguiendo resistir.

Noticias de Francia Reino Unido Unión Europea Noticias de Italia
El redactor recomienda